GINEBRA – El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, expresó este viernes 26 su alarma por el rápido deterioro de la situación en Sudán del Sur, tras informes de que casi 2000 civiles han muerto solo este año a causa de la confrontación política y la violencia comunitaria.
“Ante los temores de un colapso del Acuerdo de Paz Revitalizado de 2018 y el retorno a la intensificación de la violencia generalizada, me preocupa profundamente la difícil situación de los civiles en Sudán del Sur”, dijo Türk.
Ese acuerdo entre las principales fuerzas contendientes en la guerra civil desatada desde 2013 -apenas dos años después de que el país se independizase de Sudán- no pudo detener el conflicto, que se intensifica a medida que año tras año se posponen unas posibles elecciones generales para instalar un gobierno aceptado por todos.
De manera llamativa, los principales bandos en pugna responden a los principales líderes y rivales por el poder, el presidente Salva Kiir y el vicepresidente Riek Machar, ambos con seguidores en todas las regiones y grupos étnicos de este país de África oriental, de 644 000 kilómetros cuadrados y 13 millones de habitantes.
La larga guerra ha dejado más de 400 000 civiles muertos y forzó el desplazamiento de sus hogares de unos cuatro millones de personas. Más de dos millones huyeron a países vecinos, como Sudán, y miles han regresado apresuradamente tras estallar en 2023 una guerra entre ejércitos rivales en ese otro país.
La pugna entre Machar y Kiir llevó al fallecido papa Francisco a ejecutar un gesto sin precedentes: en 2019, durante una visita al Vaticano de los líderes sudaneses, el pontífice católico se arrodilló para besar los pies de ambos, en un ruego por una paz duradera que aún está lejos de concretarse.
Este año aumentaron las bajas civiles, al intensificarse los enfrentamientos armados entre las partes del conflicto, a lo que se suman ejecuciones extrajudiciales.
Al menos 1854 personas murieron, 1693 resultaron heridas, 423 fueron secuestradas y 169 sufrieron violencia sexual en conflictos entre enero y septiembre, según información documentada por Acnudh, la oficina de la ONU que dirige Türk.
Eso representa un aumento de 59 % en el número total de víctimas documentadas en comparación con el mismo período del año anterior. Es probable que las cifras reales sean mayores, ya que las restricciones de acceso en las zonas afectadas por el conflicto dificultan la verificación completa de los incidentes de violencia.
Las operaciones militares, incluyendo ataques aéreos indiscriminados en zonas pobladas de varios estados, desde marzo, lo que ha provocado bajas civiles, desplazamiento de población y destrucción de instalaciones médicas, escuelas y viviendas.
La violencia comunitaria también se ha intensificado, con un aumento interanual de 33 % y costo mortal entre los civiles, en particular por los ataques y contraataques intra e intercomunitarios efectuados por los clanes de las etnias dinka y lou nuer.
Acnudh también documentó continuas ejecuciones extrajudiciales a manos de las fuerzas de seguridad. Al menos 45 personas fueron asesinadas en circunstancias que constituyen privación arbitraria de la vida, entre ellas dos niños.
“Hombres, mujeres y niños han sido asesinados, heridos y desplazados, y hogares, escuelas, centros de salud y otras infraestructuras han sido destruidos, con consecuencias devastadoras para la población civil. Esto es inadmisible y debe cesar”, declaró Türk.
El 22 de septiembre comenzaron en la capital, Yuba, los procedimientos judiciales contra Machar y otros altos cargos del Movimiento de Liberación del Pueblo Sudanés, de oposición.
Enfrentan a cargos de asesinato, traición, crímenes de lesa humanidad y otros delitos relacionados con el ataque a una base militar en la ciudad nororiental de Nasir, en marzo de este año.
“Es imperativo que los procedimientos judiciales en curso contra el primer vicepresidente Machar y sus coacusados cumplan plenamente con las normas internacionales de derechos humanos”, advirtió Türk.
Finalmente, Türk instó “a las partes del Acuerdo de Paz Revitalizado y a la comunidad internacional, incluidos los organismos regionales, a que hagan todo lo que esté a su alcance para sacar a Sudán del Sur del abismo y garantizar que el acuerdo duramente alcanzado se mantenga y se aplique plenamente”.
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