Las ONG en una lista negra virtual en las reuniones de los líderes mundiales en la ONU

La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, una coalición de 100 organizaciones no gubernamentales de más de 100 países, es una de las que se sienten excluidas por un veto virtual a su participación en la sesión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, que congregará a más de 150 líderes mundiales en Nueva York, entre el 22 y el 30 de septiembre. Imagen: Ican

NACIONES UNIDAS –  Cuando se celebre la reunión de alto nivel de más de 150 líderes políticos mundiales, del 22 al 30 de septiembre, miles de organizaciones no gubernamentales (ONG) y sus representantes acreditados ante las Naciones Unidas serán prohibidos en las instalaciones del organismo o se les permitirá el acceso al edificio con restricciones estrictas, como ocurre cada año.

Este año, de hecho, no será una excepción a la regla.

En un mensaje dirigido la segunda semana del mes al personal, los periodistas y las ONG, en el que se detallaban las estrictas normas básicas durante la cumbre anual, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indicó que los miembros de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y las ONG invitados a asistir a las reuniones de alto nivel u otros eventos deberán contar con requisitos especiales.

Se trata de tener en posesión de un pase válido de ONG y de una entrada para el evento especial (en la que se indique la reunión, la fecha y la hora específicas) en todo momento para poder acceder a las instalaciones para cada encuentro.

«El pase de organización no gubernamental (ONG) de las Naciones Unidas por sí solo no da acceso durante la semana del 22 al 30 de septiembre de 2025», advertía el mensaje.

Estas restricciones se han mantenido a pesar del importante papel que desempeñan las ONG tanto en la ONU como en todo el mundo.

El difunto Kofi Anna, quien fue secretario general de las Naciones Unidas entre 1997 y 2006, describió en una ocasión a las ONG como «la tercera superpotencia mundial».

Y la exsecretaria general adjunta Asha-Rose Migiro (2007-2012) dijo a los delegados en una reunión de las Naciones Unidas que el organismo mundial depende de su colaboración con la comunidad de ONG «en prácticamente todo lo que hace».

«Ya sea en la consolidación de la paz en el África subsahariana o en los derechos humanos en América Latina, la asistencia en casos de desastre en el Caribe o los esfuerzos de desminado en Medio Oriente, las Naciones Unidas dependen de las habilidades de promoción, los recursos creativos y el alcance de base de las organizaciones de la sociedad civil en todo nuestro trabajo», afirmó en un elogio a las ONG.

Entre las ONG que desempeñan un papel importante en la asistencia humanitaria se encuentran Oxfam, Care International, Médicos Sin Fronteras, el Comité Internacional de la Cruz Roja, la Media Luna Roja, Save the Children y Acción contra el Hambre, entre muchas otras.

Durante un acto conmemorativo del 75 aniversario de la Carta de las Naciones Unidas en 2020, el actual secretario general, António Guterres, afirmó que los grupos de la sociedad civil fueron una voz fundamental en la Conferencia de San Francisco (donde se inauguró la ONU hace 80 años).

«Han estado con nosotros a lo largo de décadas, en campos de refugiados, en salas de conferencias y movilizando a comunidades en calles y plazas de todo el mundo», dijo.

Y añadió: «Estáis con nosotros hoy, mientras nos enfrentamos a la pandemia de covid-19».

«Sois nuestros aliados en la defensa de los derechos humanos y la lucha contra el racismo. Sois socios indispensables para forjar la paz, impulsar la acción climática, promover la igualdad de género, proporcionar ayuda humanitaria que salva vidas y controlar la proliferación de armas mortíferas, detalló.

«Y el marco mundial para el progreso compartido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es impensable sin ustedes», dijo Guterres a las ONG.

Pero ninguno de estos reconocimientos ha cambiado la política de larga data de la ONU de restringir el acceso de las ONG a la ONU durante las reuniones de alto nivel, incluida la del 80 Asamblea General de las Naciones Unidas (Agnu).

El ritual anual en el que los miembros de la sociedad civil son tratados como parias políticos y sociales siempre ha desencadenado fuertes protestas. Las Naciones Unidas justifican la restricción principalmente por «razones de seguridad».

Actualmente hay más de 6400 ONG con estatus consultivo activo en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (Ecosoc).

Mandeep S. Tiwana, secretario general de Civicus, una alianza mundial de organizaciones de la sociedad civil, dijo a IPS: «Es realmente decepcionante ver cómo, año tras año, los representantes de la sociedad civil que ayudan a la ONU a cumplir su mandato, comparten sus valores y proporcionan puntos de entrada vitales a las necesidades y aspiraciones de los pueblos, son sistemáticamente excluidos de las instalaciones de la ONU durante la semana de la Agnu, a pesar de poseer pases de seguridad anuales válidos que han sido minuciosamente revisados».

Estas prohibiciones generales de entrada a la ONU para los representantes de la sociedad civil, cuando se están tomando decisiones trascendentales y se están celebrando debates controvertidos, suponen una oportunidad perdida para involucrar a los responsables de la toma de decisiones, afirmó.

Tiwana consideró que «estas asimetrías en la participación son la razón por la que muchos de nosotros hemos estado presionando para que se nombre a un enviado de la sociedad civil en la ONU, con el fin de permitir una participación mejor y más sistémica de la sociedad civil en la ONU, garantizar modalidades de participación coherentes en todo el sistema de la ONU e impulsar el alcance de la ONU a personas de todo el mundo».

«A pesar de que la Carta de las Naciones Unidas comienza con las palabras «Nosotros, los pueblos», nuestra petición ha caído en saco roto. El secretario general de las Naciones Unidas tiene plena potestad para nombrar a un enviado de la sociedad civil, lo que podría ser un logro histórico si se llevara a cabo», remarcó.

Mads Christensen, director ejecutivo de Greenpeace Internacional, afirmó a IPS: «Seguimos creyendo en las Naciones Unidas y en el multilateralismo como elementos esenciales para lograr un futuro verde y pacífico. Las comunidades más afectadas por el cambio climático y los pequeños Estados insulares deben hacer oír su voz, al igual que los jóvenes, cuyo futuro está en juego».

«Nosotros, los pueblos», las primeras palabras de la Carta de las Naciones Unidas, no deben reducirse a «las partes interesadas consultadas». La sociedad civil debe estar «en la sala donde se toman las decisiones», dijo Christensen.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Sanam B. Anderlini, fundadora de la Red Internacional de Acción de la Sociedad Civil (Ican), dijo a IPS: «Me parece irónico y trágico que se excluya a las ONG de la Asamblea General de las Naciones Unidas».

A nivel mundial, señaló, «hemos dado la voz de alarma sobre los conflictos, los abusos de los derechos humanos y la violación del derecho internacional. Nuestro sector es también el más firme defensor del propio sistema de las Naciones Unidas».

«Creemos en el poder y el potencial del multilateralismo, y en la necesidad de una ONU sólida que se adhiera a los principios de la paz y la seguridad humana. Sin embargo, el sistema no está de nuestro lado», añadió.

Hoy más que nunca, argumentó, la sociedad civil a nivel mundial se encuentra bajo presión, tanto política como financiera y sistemáticamente. «Sin embargo, seguimos insistiendo en hacer «lo que podemos» para abordar las necesidades sociales, como primeros intervinientes en crisis humanitarias y mitigando la violencia», planteó Anderlini.

A medida que los poderosos renuncian a sus responsabilidades, los menos poderosos están asumiendo esa responsabilidad de proteger, dijo. La ONU debería acoger y facilitar la participación de este sector en la 80 Agnu en todas sus fases, dijo.

Al igual que la sociedad civil es una defensora de la ONU, la ONU debería ser una defensora de la sociedad civil. «Sin embargo, parece que ‘nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas’, no solo estamos siendo marginados, sino también sometidos a un exceso de seguridad. ¿Cuántos controles de seguridad, cuántos pases de acceso necesita cada persona?», preguntó la fundadora de Ican.

«Qué trágico es que aquellos de nosotros que abogamos por la paz y la justicia estemos fuera de las salas del poder, mientras que aquellos que libran guerras, permiten el genocidio y pisotean las leyes internacionales están dentro», remarcó.

«Pero estaremos allí. Si nuestras voces están ausentes en la ONU, esa ausencia en sí misma hablará más alto que cualquier palabra», aseguró Anderlini.

Andreas Bummel, director ejecutivo de Democracia Sin Fronteras, aseguró a IPS que «la ONU debe resistirse a los esfuerzos de los Estados autoritarios por deslegitimar y excluir a los grupos de la sociedad civil afiliados».

Para el especialista, dado que la organización se encuentra bajo una presión dramática para implementar reformas de reducción de costos, como se ve en la Iniciativa ONU80,  realmente necesita buscar un compromiso más fuerte con la sociedad civil, los ciudadanos y el público en general, no menos.

«No admitir a los representantes de las ONG durante el debate general de la Agnu es otra oportunidad perdida para dejar huella», consideró Bummel.

T: MF / ED: EG

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