AWAZA, Turkmenistán – El teatro de la diplomacia puede ser más revelador que los discursos. Bajo el sol abrasador del Caspio en Awaza, una ciudad de la costa delmayor mar interior del mundo, dos infantes de marina bajaron las banderas con la precisión de un ballet. La seda verde de Turkmenistán, el país anfitrión, doblada en un pulcro paquete ante la bandera azul y blanca de la ONU, ondeó brevemente y desapareció.
Los delegados entrecerraron los ojos ante el resplandor. Un guardia de seguridad, agotado tras días de maratonianas negociaciones, susurró: «Lo hemos conseguido». Los aplausos que siguieron llevaban implícita la apuesta de que la geografía ya no condenaría a los 32 países en desarrollo sin litoral (PDSL) al estancamiento económico.
«Esto no es el final», dijo Rabab Fatima, la máxima representante de la ONU para los PDSL, a los delegados de alto nivel. «Es el comienzo de un nuevo capítulo para los PDSL. Los PDSL pueden estar enclavados, pero no están más enclavados en cuanto a oportunidades», aseguró.
Sus palabras pusieron fin a cuatro días de negociaciones, entre el 5 y el 8 de agosto, durante la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países en Desarrollo sin Litoral, que dio lugar a la Declaración Política de Awaza y a la aprobación final del Programa de Acción de Awaza, de 10 años (2024-2034), que promete una transformación económica estructural, la integración regional, infraestructuras resilientes, la adaptación al clima y la movilización de asociaciones de financiación.
Pero que estas ambiciones se conviertan en una ruta asfaltada, con iniciativas como cable de fibra óptica en los países y corredores comerciales depende de lo que suceda a continuación, empezando por la reunión ministerial de los PDSL el 26 de septiembre en Nueva York, paralela a la semana de alto nivel de la 80 Asamblea General de las Naciones Unidas.
«Por primera vez, contamos con un programa de acción para los países en desarrollo sin litoral, que incluye un área prioritaria dedicada a la acción climática y la resiliencia ante los desastres», afirmó Fatima, que ejerció como la secretaria general de la Conferencia de Awaza.
Añadió que «como todos sabemos, la tecnología digital está transformando la forma en que el mundo aprende, comercia, gobierna e innova. El Programa de Acción de Awaza sitúa la transformación digital en el centro de sus prioridades mediante la inversión en ciencia, tecnología e infraestructuras asequibles para el aprendizaje electrónico, la gobernanza electrónica y el comercio electrónico».
El impuesto geográfico
El hecho de no tener salida al mar sigue siendo uno de los obstáculos más antiguos para el desarrollo de los PDSL.
Más de 600 millones de personas viven en países en desarrollo sin litoral. Sus exportaciones deben cruzar al menos una frontera internacional —y a menudo varias— antes de llegar a un puerto. Los costos de transporte pueden ser el doble que los de las economías costeras, lo que erosiona los márgenes de beneficio y desalienta la inversión.
Dean Mulozi, delegado de Zambia, lo expresó sin rodeos durante la tercera conferencia: «No es solo que estemos lejos del mar. Es que las arterias del mundo no llegan fácilmente hasta nosotros. Siempre estamos esperando: combustible, cable de fibra óptica, contenedores, inversiones».
La Declaración de Awaza pretende desbloquear esas arterias: tránsito más libre, aduanas armonizadas, corredores de transporte integrados y transformación digital, políticas diseñadas para reducir los retrasos en las fronteras, disminuir los costos y atraer a los inversores.
Para países como Ruanda y Burundi, esto no es retórica. Los productores de café ruandeses pierden beneficios cuando los camiones avanzan lentamente por estrechas carreteras de montaña hacia el puerto de Dar es Salaam, en Tanzania. Los productores de té burundeses se enfrentan a regímenes aduaneros que pueden convertir un retraso de una semana en la ruina financiera.
Ambición frente a realidad
El Programa de Acción de Awaza incluye una propuesta de Mecanismo de Financiación de Inversiones en Infraestructuras, con un compromiso inicial de 10 000 millones de dólares estadounidenses por parte del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras.
En teoría, esto podría crear corredores fiables que conectaran el corazón de África Oriental con la Zona de Libre Comercio Continental Africana. En la práctica, compromisos similares se han evaporado en el pasado cuando se agotó la voluntad política o el dinero.
Cinco prioridades dominan el plan: duplicar la producción manufacturera y las exportaciones de servicios; profundizar la integración comercial; construir enlaces de transporte; incorporar la resiliencia climática; y movilizar asociaciones con bancos de desarrollo e inversores privados. Fátima lo calificó como «»n plan de acción, no solo palabras», pero la distancia entre ambos es grande.
Ruanda y Burundi: potencial vinculado a la tierra
Consideremos el caso de Ruanda, que ha adoptado la innovación digital y se encuentra entre los principales reformadores de África en materia de clima empresarial. Sin embargo, transportar un contenedor de Kigali a Dar es Salaam cuesta más que enviarlo de Dar es Salaam a Shanghái.
Las pruebas piloto de blockchain (base de datos compartida) entre Ruanda y Uganda ya han reducido los tiempos de despacho en la frontera en 80 %, pero ampliar estas reformas requiere la cooperación regional, la esencia misma del llamamiento de Awaza a pensar en términos de «conexión terrestre».
Burundi se enfrenta a retos aún más difíciles. La inestabilidad política ha interrumpido los acuerdos de tránsito con los países vecinos. El mal mantenimiento de las carreteras y las limitadas opciones ferroviarias hacen que los fabricantes burundeses paguen un impuesto geográfico oculto por cada artículo exportado.
Un corredor de transporte coordinado en África Oriental, financiado con fondos de Awaza, podría reducir a la mitad los tiempos de tránsito y el deterioro de los productos perecederos.
Poniendo a prueba las promesas
La primera prueba llegará el 26 de septiembre, cuando los ministros de los PDSL se reúnan al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Se espera que nombren coordinadores nacionales, armonicen los presupuestos y presionen para que se tengan en cuenta las preocupaciones de los PDSL en la 30 Conferencia de las Partes (COP30) sobre cambio climático, que acogerá la ciudad de Belém, en Brasil, en noviembre, y la 16 Conferencia de ONU Comercio y Desarrollo (Unctad), que acogerá Ginebra en octubre.
Como advirtió el ministro de Asuntos Exteriores de Turkmenistán, Rashid Meredov, la red de coordinadores será determinante para el éxito o el fracaso de la implementación del Programa de Acción.
El dilema climático
Los países menos adelantados, de los que son parte buena parte de los PDSL, se encuentran entre los más expuestos a las crisis climáticas: las sequías paralizan a los agricultores de la región del Sahel, los ciclones cortan las rutas comerciales del sur de África y el deshielo de los glaciares amenaza el suministro de agua de Asia Central. Ruanda y Burundi, que dependen de los cultivos de secano, pueden ver cómo una sola inundación arrasa con las ganancias de toda una temporada.
Dentro del Sur global, los 32 países de los PDSL se concentran en África y Asia, ya que en América Latina solo hay dos sudamericanos que carecen de litoral: Bolivia y Paraguay.
El plan de Awaza para crear un Grupo de Negociación Climática de los Países Menos Adelantados tiene como objetivo amplificar su voz en las conversaciones globales. Las redes hidroeléctricas compartidas y los corredores de energía renovable, si se construyen, podrían estabilizar las cadenas de suministro y mantener las fábricas en funcionamiento.
Desvíos digitales
La infraestructura física no es el único obstáculo. María Fernanda, una emprendedora tecnológica boliviana, expuso la lucha digital: «A veces parece que internet es más lento aquí porque tiene que escalar montañas, como nosotros mismos», al recordar la geografía altiplánica de su país, enclavado en el centro de Sudamérica.
Las redes de fibra óptica y los centros de datos regionales, fundamentales en la agenda de Awaza, podrían nivelar el campo de juego digital. La ambición de Ruanda de convertirse en el centro de datos de África oriental y la expansión de la banca móvil en Burundi son un anticipo de cómo podrían ser las economías «interconectadas por tierra».
La política de los oleoductos
Awaza también trató sobre geopolítica. Turkmenistán aprovechó su papel como anfitrión para reforzar su neutralidad y promocionar planes de energía de hidrógeno, marcos de economía circular y proyectos medioambientales en el Caspio.
El desarrollo de los países sin litoral, señalalaron sus representantes, no es solo un problema técnico, sino también diplomático. Los Estados de tránsito y las economías del interior deben cooperar, y no competir, en materia de corredores y oleoductos.
Como observó un funcionario de desarrollo de las Naciones Unidas, «la conexión terrestre da un giro a la narrativa: los países sin litoral se convierten en puentes, no en barreras. Con la Zona de Libre Comercio Continental Africana, la ZCLCA, los países en desarrollo sin litoral pueden convertir la geografía en una ventaja competitiva, transportando bienes, servicios y datos de forma más rápida y asequible por toda África y más allá».
Incorporar a la sociedad civil y a los jóvenes a la mesa
Una innovación de la Conferencia de Awaza fue la inclusión deliberada de jóvenes y activistas de base «no fuera de las salas, sino aquí mismo, en las salas de reuniones» de las delegaciones oficiales.
Este enfoque multilateral podría garantizar que las voces locales, como las cooperativas de agricultores de Ruanda o las comerciantes de Burundi, den forma a las políticas que les afectan. Pero la inclusión debe mantenerse más allá de los cuatro días en Awaza.
De Awaza a la acción
Es probable que la reunión ministerial del 26 de septiembre ponga de relieve tres tareas urgentes:
Poner en marcha el mecanismo financiero: sin desembolsos oportunos, los corredores y las autopistas digitales prometidos seguirán siendo solo papel mojado.
Integrar las prioridades de los países en desarrollo sin litoral en las agendas mundiales: garantizar que la COP30 y la 16 Unctad aborden las vulnerabilidades de los países en desarrollo sin litoral.
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Garantizar la rendición de cuentas y la transparencia: los informes periódicos sobre los progresos realizados, tal vez siguiendo el modelo de los balances de la COP30 sobre el clima, podrían mantener el impulso.
Las palabras finales de Fátima resuenan: «Hagamos que la promesa de la «conexión terrestre» no sea solo una frase, sino una nueva forma de vida».
Una oportunidad frágil
Para Mazhar Amanbek, el camionero de Kazajistán cuyas manzanas se pudren en la aduana, y para Mohamad Oumar, transportista de cereales de Burkina Faso, las palabras de Awaza deben convertirse en asfalto y telecomunicaciones.
Para las cooperativas ruandesas que apuestan por las exportaciones de café de primera calidad, o los empresarios burundeses que buscan mercados más allá de sus fronteras, la declaración podría significar la diferencia entre la subsistencia y la prosperidad.
Se presionará a la ONU para que negocie los acuerdos y la financiación que puedan hacer competitivos a los países en desarrollo sin litoral. A estas naciones sin litoral no les faltan recursos ni ambición: abundan los minerales, los suelos fértiles y el talento humano. El reto es convertir el potencial en prosperidad.
Mientras la bandera azul de la ONU se doblaba bajo el cielo del Caspio, las botas de los marines resonaban en el paseo marítimo y el calor curvaba el aire en ondas resplandecientes. Los delegados de Awaza subieron a los aviones llevando un delgado pliego de papel con una ambición desmesurada: convertir la maldición más antigua de la geografía en un motor de crecimiento compartido.
La atención del mundo se centrará ahora en Nueva York, donde los ministros de los países menos adelantados sin litoral deben demostrar que Awaza no fue un espejismo.
Si aprovechan el momento, la próxima década podría ver camiones de África Oriental circulando por nuevas autopistas, cables de fibra óptica zumbando bajo los desiertos y naciones sin litoral, desde Bolivia hasta Burundi, comerciando en igualdad de condiciones. Si no es así, las banderas dobladas de Awaza se unirán al archivo de promesas que se derritieron bajo un sol abrasador.
T: MF / ED: EG