Mejora el acceso universal a la electricidad y a la cocina limpia

Habitantes de Aglakope, en el área del lago Volta, Ghana, ven televisión alimentada por una cercana planta de energía solar. Las energías renovables distribuidas se presentan como solución para el acceso a la electricidad en zonas rurales de África, la región con mayor carencia de ese servicio, que todavía no llega a 666 millones de personas en todo el mundo. Imagen: Kennedy Fosu / BM

ABU DABI, Emiratos Árabes Unidos – Casi 92 por ciento de la población mundial cuenta ahora con acceso básico a la electricidad, aunque 666 millones de personas todavía carecen de ese servicio, indicó este miércoles 25 un reporte de agencias multilaterales que hacen seguimiento a ese Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS).

El acceso a la cocina limpia progresa, pero por debajo de las tasas observadas en la década de 2010, ya que los esfuerzos siguen obstaculizados por los reveses durante la pandemia covid-19, las subidas repentinas de los precios de la energía, y las crisis de deuda.

El “Informe de Progreso Energético 2025” fue elaborado por expertos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), la División de Estadística de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Destaca el papel de la energía renovable distribuida (combinación de minirredes y sistemas solares aislados) para acelerar el acceso, ya que la población que permanece sin conexión vive principalmente en zonas remotas, de bajos ingresos y frágiles.

“Las energías renovables han experimentado un crecimiento récord en los últimos años, recordando al mundo su asequibilidad, escalabilidad y su papel en la reducción de la pobreza energética”: Francisco La Camera.

La tasa actual de avances en el proceso de electrificación es insuficiente para alcanzar las metas del ODS7 (Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna) para 2030, y el progreso tiene como punto clave aumentar el apoyo financiero a soluciones como la energía renovable distribuida.

Francesco La Camera, director general de Irena, dijo que “las energías renovables han experimentado un crecimiento récord en los últimos años, recordando al mundo su asequibilidad, escalabilidad y su papel en la reducción de la pobreza energética”.

“Sin embargo, debemos acelerar el progreso en este momento crucial. Esto implica superar desafíos, entre ellos las deficiencias de infraestructura. Que reflejan el acceso limitado a la financiación”, agregó La Camera.

También se necesitan soluciones descentralizadas para ampliar el acceso a la cocina limpia, de lo que carecen un estimado de 1500 millones de personas en zonas rurales.

Más de 2000 millones de personas siguen dependiendo de combustibles contaminantes y peligrosos, como la leña y el carbón vegetal, para cocinar.

El uso de tecnologías limpias fuera de la red, como plantas de biogás domésticas y minirredes que facilitan la cocina eléctrica, puede ofrecer soluciones que reduzcan el impacto en la salud causado por la contaminación del aire en los hogares.

Si las tendencias actuales continúan, solo 78 % de la población mundial tendrá acceso a tecnologías limpias para cocinar en 2030.

Entre los hallazgos clave del informe está que 310 millones de personas obtuvieron acceso a electricidad desde 2010, pese a lo cual aún 666 millones carecen de ella.

El mayor crecimiento en el acceso entre 2020 y 2023 se produjo en Asia central y meridional, y 18 de los 20 países con los mayores déficits de acceso a la electricidad en 2023 se encontraban en África subsahariana.

En 2022, la participación mundial de las fuentes de energía renovables en el consumo final total de energía fue de 17,9 %, a medida que aumentó gradualmente.

La capacidad instalada de energía renovable alcanzó los 478 vatios per cápita en 2023, lo que indica un crecimiento de casi 13 % con respecto a 2022. Sin embargo, el progreso no es suficiente para alcanzar los objetivos internacionales sobre el clima y el desarrollo sostenible.

Además, los esfuerzos mundiales deben abordar las importantes disparidades existentes. Los países menos adelantados y África subsahariana contaban con solo 40 vatios per cápita de capacidad instalada de energías renovables, en comparación con los países desarrollados, que contaban con más de 1100 vatios instalados.

La eficiencia energética global ha experimentado un progreso lento en los últimos años. La tendencia global muestra que la intensidad energética primaria, definida como la relación entre el suministro total de energía y el producto interno bruto (PIB), disminuyó 2,1 % en 2022.

Los flujos financieros públicos internacionales hacia los países en desarrollo en apoyo a la energía limpia aumentaron 27 % desde 2022, alcanzando los 21 600 millones de dólares en 2023.

Sin embargo, el informe revela que el mundo en desarrollo recibió menos flujos en 2023 que en 2016, cuando los compromisos alcanzaron un máximo de 28 400 millones de dólares.

A-E/HM

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