Opinión

Los hombres y mujeres mayores viven ahora más tiempo

Este es un artículo de opinión de Joseph Chamie, demógrafo, consultor independiente y exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas.

Los años de vida adicionales en la vejez son, sin duda, una buena noticia para las personas mayores, así como para sus familias, amistades y comunidades. Sin embargo, esos años extra también plantean desafíos importantes. Imagen: Shutterstock

PORTLAND, Estados Unidos – En la actualidad, los hombres y mujeres mayores viven más tiempo que nunca. En todo el mundo, quienes llegan a la vejez pueden esperar tener más años de vida por delante que las generaciones anteriores.

No obstante, estos años adicionales, junto con las disparidades entre y dentro de los países, incluidas las diferencias entre hombres y mujeres mayores, presentan importantes desafíos económicos, sociales y políticos para las sociedades.

Tendencias globales

En 1950, la esperanza de vida promedio mundial a los 65 años era de unos 11 años adicionales para los hombres y 12 para las mujeres. Para 2025, esas cifras aumentaron más de 50 %, alcanzando aproximadamente 16 años más para los hombres y 19 para las mujeres.

Se espera que esta tendencia continúe a lo largo del siglo XXI. Para 2100, por ejemplo, las esperanzas de vida promedio mundial a los 65 años se proyectan en 21 años adicionales para los hombres y 23 para las mujeres, el doble que en 1950 (Imagen 1).

Imagen 1. Esperanza de vida promedio estimada y proyectada a los 65 y 80 años para los hombres y mujeres del mundo: 1950, 2025 y 2100. Fuente: Naciones Unidas

La buena noticia sobre la mayor longevidad también se refleja a los 80 años. En 1950, la esperanza de vida promedio mundial a esa edad era de aproximadamente 5 años. Para 2025, se estima que ese promedio habrá aumentado cerca de un 50 %, llegando a unos 8 años adicionales para los hombres y 9 para las mujeres.

Al igual que a los 65 años, se espera que esta tendencia continúe hasta fin de siglo. Para 2100, la esperanza de vida mundial a los 80 años se proyecta en aproximadamente 11 años para los hombres y 12 para las mujeres.

Las ganancias en longevidad en edades avanzadas también han ampliado las diferencias entre hombres y mujeres. No solo las mujeres viven más que los hombres, sino que la brecha en años de vida adicionales a edades avanzadas se ha ampliado en los últimos 75 años.

Tendencias por país

Las mayores ganancias y los niveles más altos de esperanza de vida en edades avanzadas se observan en los países más ricos y desarrollados. Aunque los países menos desarrollados también han registrado avances, sus aumentos han sido considerablemente menores, lo que ha ampliado la brecha.

En Japón e Italia, por ejemplo, los años de vida adicionales actuales a los 65 años son de aproximadamente 20 años para los hombres y 24 para las mujeres, casi el doble que en 1950. Un patrón similar se observa en esos países para las personas de 80 años.

En contraste, en Nigeria y la República Democrática del Congo, los años de vida adicionales actuales a los 65 años son de unos 13 años, apenas algunos más que en 1950. Además, desde ese año las mejoras a los 80 años han sido relativamente modestas: normalmente solo un año más (Tabla 1).

Tabla 1. Esperanza de vida promedio estimada y proyectada a los 65 y 80 años para hombres y mujeres de países seleccionados: 1950, 2025 y 2100. Fuente: Naciones Unidas

De cara al futuro, se espera que los años de vida adicionales de las personas mayores sigan aumentando en todo el mundo. En Japón e Italia, por ejemplo, los hombres y mujeres de 65 años a fin de siglo podrían vivir aproximadamente 28 y 32 años más, respectivamente.

En cambio, los aumentos proyectados para los hombres y mujeres de 65 años en Nigeria y la República Democrática del Congo son mucho menores: alrededor de 15 años adicionales hacia finales del siglo.

Además de las diferencias entre países, la esperanza de vida de las personas mayores también varía significativamente dentro de cada país.

En Estados Unidos, por ejemplo, la esperanza de vida en la vejez difiere entre los 50 estados. Estas variaciones se deben, principalmente, a diferencias en el nivel socioeconómico, el acceso a la atención médica, las políticas de salud pública, los estilos de vida y las políticas gubernamentales.

En 2021, las mayores esperanzas de vida a los 65 años eran de aproximadamente 18 años para los hombres y 21 para las mujeres en Hawái, Connecticut, Massachusetts, Minnesota y Nueva York. En cambio, las menores cifras se registraban en Misisipi, Virginia Occidental, Alabama, Oklahoma y Kentucky: unos 15 años para los hombres y 18 para las mujeres (Imagen 2).

Imagen 2. Cinco esperanzas de vida más bajas y más altas a partir de los 65 años para mujeres y hombres entre los cincuenta estados de Estados Unidos. Fuente: Informes Nacionales de Estadísticas Vitales de EEUU

Desafíos

Los años adicionales de vida en la vejez son, sin duda, una buena noticia para las personas mayores, sus familias, amistades y comunidades. Vidas más largas les ofrecen más tiempo para aprender, disfrutar, desarrollarse, trabajar y contribuir.

Sin embargo, esos años extra también implican desafíos importantes.

Por ejemplo, se plantean dificultades en áreas como la salud pública, la vivienda, el empleo y la jubilación, la atención médica y los cuidados a largo plazo. Además, el aumento de la esperanza de vida incrementa los riesgos de enfermedades múltiples, discapacidad, demencia y dolencias degenerativas.

Al mismo tiempo que las personas mayores viven más, las tasas de fecundidad están disminuyendo en todo el mundo, y muchos países registran niveles por debajo del reemplazo poblacional. Como consecuencia, los países se adentran en territorios desconocidos de declive poblacional y envejecimiento demográfico.

Una de las consecuencias más importantes de esta tendencia es la disminución de la ratio de apoyo potencial, es decir, la cantidad de personas de entre 20 y 64 años por cada persona de 65 años o más.

Mientras que esa ratio mundial era de 10 en 1950, cayó a 8,6 en 1975 y a 5,0 en 2025. Para 2050, se estima que será de apenas 3,0 (Tabla 2).

Tabla 2. Tasa potencial de apoyo (personas de 20 a 64 años por cada persona de 65 años o más) para el mundo y países seleccionados. Fuente: Naciones Unidas

La caída de esta ratio, que se observa en todo el mundo, aunque es más pronunciada en los países desarrollados, plantea el debate sobre la edad de jubilación.

Las poblaciones envejecidas, la disminución de la fecundidad y la reducción de la ratio de apoyo están afectando la sostenibilidad financiera de los sistemas previsionales. Por eso, una estrategia habitual entre muchos gobiernos es aumentar la edad de jubilación para garantizar la viabilidad de esos sistemas.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Como dijo el presidente francés Emmanuel Macron: “vivre plus longtemps, travailler plus longtemps” (“vivir más tiempo, trabajar más tiempo”). China también está elevando gradualmente la edad de jubilación para hacer frente a la reducción de su fuerza laboral frente al crecimiento de su población mayor.

Del mismo modo que los sistemas previsionales, la mayor longevidad y el creciente número de personas mayores también afectan la asequibilidad y sostenibilidad financiera de los sistemas públicos de salud.

En particular, la creciente prevalencia de enfermedades crónicas, como cardiopatías, diabetes y cáncer, así como la necesidad de cuidados a largo plazo, como residencias y centros de vida asistida, están elevando rápidamente los costos sanitarios para esta población que vive más años.

Conclusiones

En resumen, hay varios aspectos importantes que conviene destacar. En primer lugar, hombres y mujeres mayores están viviendo más que nunca, y esta tendencia de mayor longevidad probablemente se mantenga a lo largo del siglo XXI.

En segundo lugar, los años de vida adicionales han ampliado la brecha entre países más y menos desarrollados. Si bien la esperanza de vida ha aumentado en todo el mundo, las mayores ganancias se registraron en los países más ricos.

Además de las diferencias entre países, las ganancias en longevidad también varían dentro de los países, debido a factores como el nivel socioeconómico, el acceso a servicios médicos, las políticas sanitarias, los estilos de vida y las decisiones políticas.

En tercer lugar, los avances en esperanza de vida en edades avanzadas también han ampliado la diferencia entre hombres y mujeres. No solo las mujeres viven más, sino que la brecha en años adicionales ha aumentado en los últimos años, sobre todo en los países desarrollados.

Por último, los años de vida adicionales, sumados al declive poblacional y al envejecimiento demográfico, presentan desafíos económicos, sociales y políticos de gran importancia para los gobiernos y sus sociedades.

Estos desafíos se manifestarán en áreas como la salud pública, la vivienda, el empleo y la jubilación, la atención médica y los cuidados para personas mayores.

Joseph Chamie es demógrafo y consultor, exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido su libro más reciente: “Niveles de población, tendencias y diferenciales”.

T: GM / ED: EG

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