ÁMSTERDAM – La Federación Internacional de Fútbol Asociado (Fifa) debe tomar medidas urgentes y concretas para proteger los derechos humanos de todas las personas involucradas en la Copa Mundial Masculina de Fútbol 2026, advirtió la coalición Sport & Rights Alliance (Alianza por el Deporte y los Derechos).
Andrea Florence, directora ejecutiva de la alianza, recordó que “en 2018, Estados Unidos, México y Canadá asumieron compromisos claros en materia de derechos humanos en sus documentos de candidatura para albergar la Copa Mundial Masculina de la Fifa 2026”.
“Pese al lema de la Fifa de que ‘el fútbol une al mundo’, una Copa Mundial celebrada bajo políticas discriminatorias y excluyentes corre el riesgo de profundizar las divisiones sociales en lugar de tender puentes”, expuso Florence.
Por ello, “la Fifa debe ejercer su influencia y exigir garantías concretas y legalmente vinculantes de que no se seguirán sacrificando derechos humanos en nombre del juego”, agregó la dirigente de la coalición.
La alianza está integrada por organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la Confederación Sindical Internacional, Reporteros Sin Fronteras, la World Players Association, The Army of Survivors, Football Supporters Europe, y la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersexuales (Lgbti).
Una declaración del grupo recordó que la Fifa, en su manual jurídico, su política de derechos humanos y en la Guía de Proceso de adjudicación para 2026, reconoce su responsabilidad de respetar los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos.
Esta guía exige expresamente, a los países aspirantes, documentar su compromiso de “garantizar que la organización y celebración de la competición no implique impactos adversos sobre los derechos humanos reconocidos internacionalmente”.
Asimismo, presta especial atención a “los derechos laborales, de la niñez, la igualdad de género, la libertad de expresión y de reunión pacífica, y la protección de todas las personas frente a cualquier forma de discriminación”.
La alianza identificó “varias áreas críticas en las que las políticas gubernamentales de los países anfitriones de 2026 -en particular en Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump- representan riesgos significativos e inmediatos para los derechos”.
Entre los derechos afectados están los de las personas migrantes; los de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales; la seguridad de los niños, niñas y adolescentes; el derecho a no sufrir discriminación, y la libertad de prensa y de expresión.
La Fifa estima que hasta 6,5 millones de personas podrían asistir al evento de 2026 en los países anfitriones.
Sin embargo, “las políticas migratorias abusivas del actual gobierno de Estados Unidos -incluidas desapariciones forzadas amparadas en la Ley de Enemigos Extranjeros, vetos migratorios, incremento de las detenciones y restricciones de visado- ponen en riesgo el carácter inclusivo y global de la Copa”, según la alianza.
Una orden ejecutiva del presidente Trump establece que los equipos clasificados para el Mundial masculino de 2026 estarán exentos de las prohibiciones de viaje, pero hasta el momento no se permite la entrada a Estados Unidos de personas aficionadas o familiares procedentes de los países vetados.
“Las demoras, los rechazos y el riesgo real de detención para personas aficionadas, periodistas y otros particulares de países participantes podrían afectar gravemente el torneo”, observa la declaración.
Según la alianza, “la Fifa debe reconocer públicamente las amenazas que representan las políticas migratorias y otras medidas contrarias a los derechos humanos del gobierno estadounidense para la integridad del torneo”.
Minky Worden, de Human Rights Watch, dijo que la Fifa también debería “utilizar su influencia para garantizar que se respeten los derechos de todos los equipos clasificados, su personal de apoyo, los medios de comunicación y la afición, sin importar su nacionalidad, identidad de género, religión u opiniones”.
Ronan Evain, director ejecutivo de Football Supporters Europe, declaró que “las personas aficionadas viajan a la Copa del Mundo para celebrar y expresar su pasión, y cualquier intento de restringir nuestros derechos fundamentales, incluida la libertad de expresión, es una traición al espíritu del fútbol”.
“Nos preocupa especialmente la posibilidad de que se apliquen normas de forma selectiva, y se discrimine a la afición en función de su origen nacional o de sus opiniones políticas percibidas”, agregó Evain.
La alianza expresó que “de cara al Mundial, que podría convertirse en una plataforma para la crítica pública y la polémica, resulta profundamente preocupante el aumento de la represión contra la libertad de expresión y de reunión pacífica en Estados Unidos”.
“Especialmente hacia quienes se manifiestan o expresan opiniones sobre los derechos de las personas palestinas”, advirtió la coalición.
Las y los periodistas que cubran el Mundial “enfrentarán riesgos específicos y alarmantes tanto en México como en Estados Unidos. México continúa figurando entre los países más peligrosos y mortales del mundo para ejercer el periodismo”, destaca la declaración de la alianza.
Y en Estados Unidos, “los periodistas podrían ser sometidos a controles intrusivos, monitoreo de redes sociales e incluso denegación de entrada debido a sus opiniones políticas, lo que pone en peligro su capacidad de informar con independencia”.
La Confederación Sindical Internacional considera que “el clima abiertamente antisindical promovido por la administración Trump aumenta el riesgo de explotación laboral, trabajo infantil, robo de salarios y condiciones laborales peligrosas” para trabajadores esenciales en la Copa.
“La red de contratos para la construcción de estadios, la hostelería y los servicios vinculados al torneo en las ciudades anfitrionas debe estar cimentada en el respeto a los derechos laborales”, insistió Luc Triangle, secretario general de la Confederación.
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