El público apoya más impuestos a petroleras ante daños al clima

Imagen de una demostración organizada por Greenpeace en Viena para exigir más restricciones a la actividad de las industrias de los combustibles fósiles. Una encuesta de esa organización y la alianza Oxfam mostró que tanto en naciones del Norte como del Sur hay respaldo popular para que se impongan impuestos a las empresas del sector para financiar la acción climática en los países en desarrollo. Imagen: Rafal Bittermann / Greenpeace

LONDRES – Una encuesta en 13 países que representan casi la mitad de la población mundial mostró que 81 por ciento de las personas consideran que se debe aplicar más impuestos a las empresas de petróleo, gas y carbón, para compensar las pérdidas y daños relacionados con el clima.

“La gente es consciente de que detrás de las tormentas, las inundaciones, la sequía, los incendios forestales y demás fenómenos meteorológicos extremos están las empresas petroleras y gasísticas”, dijo Rebecca Newsom, responsable de política global en la organización ambientalista Greenpeace, coautora del sondeo.

Por ello, “los gobiernos deben escuchar a la población y exigir a las y los contaminantes ricos responsabilidades por los daños que provoquen”, afirmó Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam, coalición internacional contra la pobreza que condujo el estudio junto a Greenpeace.

La encuesta la realizó la empresa especializada estadounidense Dynata durante los meses de mayo y junio de 2025 en Alemania, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Kenia, India, Italia, México, Filipinas, Reino Unido y Sudáfrica.

En el conjunto de esos países, 86  % de las personas -con distintas edades, afiliaciones políticas y niveles de ingreso- apoyan la canalización de los recursos, derivados de la subida de los impuestos a las empresas petroleras y gasísticas, hacia las comunidades más afectadas por la crisis climática.

El cambio climático afecta de manera desproporcionada a la población de los países del Sur global, que, históricamente, son los que han contribuido en menor medida a generar las emisiones de gases de efecto invernadero.

A la pregunta a quién deberían aplicarse las medidas fiscales destinadas a ayudar a las y los supervivientes de los desastres climáticos provocados por los combustibles fósiles, 66  % de las personas de los países encuestados consideraron que deben ser las empresas petroleras y gasísticas.

Cinco por ciento es partidario de aplicar impuestos a la clase trabajadora, nueve por ciento a los productos que se compran, y 20 % está a favor de la fiscalidad del conjunto de las empresas.

Según 60 % de los encuestados, la industria de los combustibles fósiles y las personas superricas influyen negativamente en la política de su país, y 77 % preferiría apoyar a una persona candidata que dé prioridad a la aplicación de impuestos a los superricos y a la industria de los combustibles fósiles.

El estudio se publicó con motivo de las reuniones de las Naciones Unidas sobre el clima (la 62.ª Sesión de los Órganos Subsidiarios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, SB62), que se realizarán hasta el 26 de junio en Bonn, Alemania.

En ellas los gobiernos están analizando las prioridades climáticas más importantes, con el objetivo de movilizar, como mínimo, 1,3 billones (millones de millones) de dólares estadounidenses anuales en concepto de financiación climática para los países del sur global de aquí a 2035.

La encuesta se acompaña de una investigación adicional realizada por Oxfam que muestra que con la aplicación de un impuesto sobre los beneficios de quienes contaminan a 585 empresas de petróleo, gas y carbón se podrían recaudar hasta 400 000 millones de dólares estadounidenses el primer año.

Esa cifra equivale al costo anual estimado promedio de los daños climáticos en el Sur global, pues las pérdidas y daños derivados del cambio climático en el sur global se sitúan entre 290 000 millones y 580 000 millones de dólares al año de aquí a 2030.

El estudio de Oxfam que esas 585 empresas de combustibles fósiles más grandes y contaminantes del mundo generaron beneficios por valor de 583 000 millones de dólares en 2024, un incremento de 68  % respecto del año 2009.

Las emisiones anuales de 340 de dichas empresas (de las que había datos disponibles) representan más de la mitad de las emisiones antropógenas (causadas por el hombre) de gases de efecto invernadero globales.

Sus emisiones de un solo año bastarían para causar 2,7 millones de muertes asociadas al calor durante el próximo siglo.

Oxfam y Greenpeace plantean que aplicar a esas empresas un impuesto sobre los beneficios de quienes contaminan, garantizaría que las energías renovables resulten más rentables que los combustibles fósiles y alentaría inversiones en esa área, además de evitar más muertes como consecuencia del cambio climático.

Ese nuevo tributo debería ir acompañado de una subida de los impuestos a las personas superricas y a otras empresas contaminantes, los gobiernos deben aplicarlos en sus territorios y colaborar con las Naciones Unidas para garantizar un acuerdo fiscal internacional justo, coinciden las organizaciones.

“En lugar de dejar a las comunidades solas ante costos tan devastadores, los gobiernos pueden liberar enormes sumas de dinero para invertir en soluciones climáticas si hacen que paguen las empresas de los sectores de las energías no renovables”, insistió Newsom.

Behar observó que “las empresas ultrarricas del carbón, el petróleo y el gas conocen desde hace décadas los daños que provocan sus productos contaminantes a la humanidad”.

“Las grandes empresas se siguen llenando los bolsillos a costa de la devastación climática, y sus beneficios excesivos están destruyendo la vida y los medios de vida de las mujeres, hombres, niñas y niños, en particular del sur global, que son quienes han contribuido en menor medida a las causas de la crisis climática”, abundó.

A-E/HM

 

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