GINEBRA – Israel destruyó el sistema educativo de Gaza y más de la mitad de los lugares religiosos y culturales de esa franja, en la que sus fuerzas han cometido crímenes de guerra, concluyó la Comisión internacional independiente de las Naciones Unidas para los territorios palestinos ocupados, incluida Jerusalén Oriental.
La jurista sudafricana Navi Pillay, presidenta de la Comisión, establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, afirmó que “estamos presenciando crecientes indicios de que Israel libra una campaña sistemática para erradicar la vida palestina en Gaza”.
“Los ataques israelíes contra la vida educativa, cultural y religiosa del pueblo palestino perjudicarán a las generaciones actuales y futuras, e impedirán su derecho a la autodeterminación”, dijo Pillay al entregar un adelanto del informe que presenta ante el Consejo el 17 de junio.
El reporte detalla que Israel se ha valido de bombardeos aéreos, incendios provocados y demoliciones deliberadas para destruir y dañar más de 90 % de los edificios escolares y universitarios de Gaza, imposibilitando la educación de niños y adolescentes, y acabando con el medio de vida del profesorado.
El actual conflicto estalló cuando la milicia islamista Hamas atacó el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, murieron 1200 personas y 250 fueron tomadas como rehenes, desatando una ofensiva israelí en la que han muerto unos 55 000 palestinos y 124 000 han resultado heridos.
La mayoría de las viviendas y demás estructuras han sido destruidas o inutilizadas, con desplazamiento forzoso cerca de 90 % de los 2,3 millones de habitantes de Gaza -365 kilómetros cuadrados a orillas del Mediterráneo oriental-, sumidos en una grave carencia de alimentos y servicios esenciales.
La Comisión indicó que las fuerzas israelíes cometieron crímenes de guerra, incluyendo ataques dirigidos contra civiles, y asesinatos intencionales en sus ataques a instalaciones educativas que causaron víctimas civiles.
Añade que al matar a civiles que se habían refugiado en escuelas y lugares religiosos, “las fuerzas de seguridad israelíes cometieron el crimen de lesa humanidad de exterminio”.
El grupo investigó y documentó varios casos de incendio y demolición de instalaciones educativas por parte de las fuerzas israelíes, encontrando que todos ellos fueron deliberados e innecesarios.
También denunció que soldados israelíes grabaron y distribuyeron videos en los que se burlaban de los palestinos y de la educación palestina antes de destruir escuelas y universidades, mostrando la intención de restringir el acceso de los palestinos a la educación a largo plazo.
El comité afirmó que esta conducta constituye una violación de las disposiciones del derecho internacional humanitario, que obligan a las partes en conflicto a distinguir entre bienes civiles y objetivos militares.
“Los niños de Gaza han perdido su infancia. Sin acceso a la educación, deben preocuparse por sobrevivir a los ataques, la incertidumbre, el hambre y las condiciones de vida infrahumanas”, subrayó Pillay.
Los 10 sitios religiosos y culturales de Gaza investigados por la Comisión eran bienes civiles en el momento del ataque y sufrieron una destrucción devastadora, para la cual la Comisión no pudo identificar una necesidad militar legítima. Se destruyeron, sustrajeron o saquearon objetos.
La Comisión encontró pruebas de que los militares israelíes se apoderaron de instalaciones educativas y las utilizaron como bases o zonas de concentración para sus actividades, incluyendo la conversión de parte del campus de la Universidad Al-Azhar en Al-Maghraqa en una sinagoga para soldados.
Los expertos también registraron un caso en el que el ala militar de Hamás utilizó una escuela con fines militares.
En lo que respecta al otro territorio palestino, Cisjordania y Jerusalén Oriental, al este de Israel y con tres millones de habitantes, el sistema educativo se ha visto afectado por el aumento de las operaciones militares israelíes.
Se han incrementado el acoso a estudiantes, los puestos de control, las demoliciones y los ataques de colonos que han afectado a más de 806 000 estudiantes palestinos.
En cuanto a los sitios religiosos y culturales de la Franja de Gaza -algunos de los cuales servían de refugio a los desplazados-, el informe reporta ataques israelíes que se insertan en una campaña más amplia para destruir objetivos civiles e infraestructura mediante ataques aéreos y bombardeos.
La Comisión halló que las fuerzas de seguridad israelíes conocían, o deberían haber conocido, la ubicación y la importancia de los sitios culturales prominentes de Gaza, y tendrían que haber planificado todas las operaciones militares para garantizar que no se les causaran daños.
En la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, las autoridades israelíes han agredido sitios de patrimonio que representan las culturas palestina, judía y otras, y han desplazado a residentes palestinos de dichos lugares e impedido o restringido severamente el acceso.
“Los ataques a sitios culturales y religiosos han impactado profundamente la cultura intangible, como las prácticas religiosas y culturales, la memoria y la historia”, enfatizó Pillay.
La Comisión instó al gobierno israelí a cesar de inmediato los ataques contra instituciones culturales, religiosas y educativas, así como la confiscación y el uso de estas instituciones con fines militares, y a poner fin de inmediato a su ocupación ilegal del territorio palestino.
A-E/HM