LONDRES – Hasta 60 por ciento de las mejores zonas bananeras del mundo están en peligro debido al aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático, advirtió un informe divulgado este martes 13 por la organización británica e irlandesa Christian Aid, que trabaja por el desarrollo sostenible y contra la pobreza.
“Los bananos no son solo la fruta favorita del mundo, sino también un alimento esencial para millones de personas. Tenemos que despertar ante el peligro que supone el cambio climático para este cultivo vital”, dijo Osai Ojigho, director de Política y Campañas de Christian Aid al presentar el informe.
El banano es la fruta más consumida del mundo y el cuarto cultivo alimentario más importante a nivel mundial, en términos de volumen de producción, después de los habituales trigo, arroz y maíz. Más de 400 millones de personas dependen de él para obtener entre 15 % y 27 % de sus calorías diarias.
Holly Woodward-Davey, coordinadora de proyectos de Banana Link, organización británica que trabaja en toda la cadena de suministro del plátano o la banana, otros nombres de la fruta, afirmó que “los productores de banano se enfrentan a condiciones cada vez más precarias como consecuencia del cambio climático”.
“La escasez de agua y el aumento de las temperaturas reducen los rendimientos y presionan sobre los ingresos de la población rural. Provoca condiciones de trabajo más peligrosas para los trabajadores, expuestos a un calor cada vez más intenso”, expuso Woodward-Davey.
El informe indica que, debido al estrés térmico, la planta del banano se vuelve más vulnerable a enfermedades e infecciones.
Woodwatrd-Davey dijo que “sin un cambio sistémico, corremos el riesgo de asistir a la devastación de la variedad Cavendish por el Fusarium Tropical Race 4 (o “Mal de Panamá”), una infección fúngica que ataca las raíces de las plantas y puede provocar la pérdida total de explotaciones y plantaciones”.
La enfermedad se encuentra ya en países proveedores clave de los supermercados europeos, como Colombia y Perú.
América Latina y el Caribe es responsables de 80 % de las exportaciones de bananos, las cuales abastecen a los supermercados de todo el mundo.
Sin embargo, el informe destaca que 60 % de las zonas más aptas para el cultivo en esa región podrían perderse de aquí a 2080 debido al aumento de las temperaturas y a las condiciones meteorológicas extremas.
“Las vidas y los medios de subsistencia de personas que no han hecho nada para provocar la crisis climática ya están amenazados”, expresó Ojigho.
Entre los casos estudiados, el informe muestra los de dos países centroamericanos, Costa Rica y Guatemala.
Costa Rica es el tercer exportador mundial de banano con ingresos de 1190 millones de dólares en 2023. El banano es vital para la economía, la industria representa más de 100 000 puestos de trabajo y 28 000 propiamente en las plantaciones del país.
La naturaleza de gran empresa y alta intensidad de las plantaciones exportadoras costarricenses se refleja tanto en el crecimiento a gran escala de variedades Cavendish de monocultivo como en el alto nivel de uso de agroquímicos.
Costa Rica es vulnerable a los impactos climáticos y es el octavo país con mayor exposición al riesgo económico de tres o más amenazas naturales: 77,9 % de la población y 80,1 % de su producto interno bruto se encuentran en zonas de alto riesgo ante inundaciones, ciclones, mareas y, a largo plazo, subida del nivel del mar.
Guatemala ocupa el cuarto lugar entre los países exportadores de banano, con un valor de 1150 millones de dólares, lo que convierte a ese fruto en la principal fuente de ingresos por exportación del país.
La fuerte dependencia económica de esas exportaciones es potencialmente peligrosa en un país que ocupa el quinto lugar entre los países con mayor exposición al riesgo económico de tres o más amenazas climáticas.
Hasta 83,3 % de las regiones generadoras del producto interno bruto se encuentran en zonas de riesgo, y el país también corre un riesgo notable de sufrir los efectos del cambio climático, ya que se encuentra entre los cinco países más afectados por fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y huracanes.
El aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera puede seguir afectando negativamente a Guatemala y aumentando la incertidumbre sobre las condiciones de cultivo, las que repercutirán en 27 % de los trabajadores empleados en la agricultura, incluido el banano.
Para revertir estas tendencias y proteger las mejores regiones bananeras del mundo, Christian Aid pide a los países más ricos y contaminantes que reduzcan urgentemente sus emisiones de carbono.
La agencia también hace un llamamiento para que los productores de banano y las comunidades agrícolas reciban apoyo específico de la financiación climática internacional, para adaptarse al cambio climático que ellos no han provocado.
También se insta a los consumidores para que ayuden, eligiendo el comercio justo, que garantiza que se pague una cantidad mayor a los productores.
Los compradores, reza el informe, pueden buscar bananos ecológicos para ayudar a combatir el elevado uso de fertilizantes químicos en la producción, que contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y dañan la salud de los ecosistemas a largo plazo.
A-E/HM