PORTLAND, Estados Unidos – Las poblaciones de todo el mundo atraviesan la transformación del envejecimiento demográfico. Las poblaciones relativamente jóvenes que se experimentaron durante gran parte del siglo XX se están transformando cada vez más en las poblaciones de mayor edad del siglo XXI.
Esta histórica transformación del envejecimiento demográfico plantea importantes preocupaciones económicas, políticas y sociales para los países de todo el mundo.
Son preocupaciones que se relacionan especialmente con la fuerza laboral, el consumo, los impuestos, el derecho al voto, la jubilación, las pensiones, la atención médica, las enfermedades crónicas, los cuidados de larga duración, los servicios sociales, el aumento de los costos y la insolvencia de programas.
Los países atraviesan un envejecimiento demográfico debido a los menores niveles de fertilidad y mortalidad.
Se tienen menos hijos que en el pasado reciente, y las tasas de fertilidad de más de la mitad de los países se sitúan muy por debajo del nivel de reemplazo de dos nacimientos por mujer.
Además, las tasas de mortalidad a nivel mundial son más bajas que en el pasado, acompañadas de una mayor longevidad tanto de mujeres como de hombres, con un número creciente de centenarios.
Un indicador claro del envejecimiento demográfico es la edad media de una población. En los últimos años, la edad media de la población mundial ha aumentado considerablemente.
La edad media mundial aumentó de 22 años en 1950 a 31 años en la actualidad. Para mediados de siglo, se prevé que la edad media aumente a 36 años. Y para finales de siglo, se proyecta que la edad media de la población mundial alcance los 42 años, casi el doble del nivel de 1950 (Imagen 1).

Existe una variación considerable en la mediana de edad de los países.
En 1950, por ejemplo, mientras que algunos países como Austria y Bélgica tenían una mediana de edad de unos 35 años, otros como Níger y Filipinas tenían una mediana de edad de unos 15 años. En 2025, las medianas de edad más altas, de aproximadamente 50 años, se encuentran en Italia y Japón.
En cambio, los países con la mediana de edad más baja, de unos 15 años en 2025, incluyen la República Centroafricana y Níger.
El promedio de edad de las poblaciones nacionales sigue aumentando. Para 2050, por ejemplo, los países con los promedios de edad más altos incluyen Corea del Sur, con 57 años, e Italia y Japón, con 53 años. En cambio, los países con la media de edad más baja incluyen la República Centroafricana, con 19 años, y Chad y la República Democrática del Congo (RDC), con 20 años.
Se prevé que el promedio de edad de los países siga aumentando durante la segunda mitad del siglo XXI.
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Para el año 2100, entre los países proyectados como más envejecidos se encuentran China y Corea del Sur, con un promedio de edad de aproximadamente 60 años. Y entre los países más jóvenes para esa fecha futura se espera que se encuentren Chad y la República Democrática del Congo, con una media de edad de 32 años.
Otra medida reveladora que refleja la transformación del envejecimiento demográfico es la proporción de la población de edad avanzada, es decir, de 65 años o más.
Al igual que la media de edad, los porcentajes de personas mayores en la población mundial fueron relativamente bajos durante la segunda mitad del siglo XX, alrededor de 5 % a 7 %, y luego aumentaron notablemente, alcanzando 10 % para 2025.
Se espera que estos porcentajes sigan aumentando, alcanzando 16 % para 2050 y 24 % para finales del siglo XXI (Imagen 2).

Al igual que los promedios de edad, la proporción de personas mayores en la población nacional varía considerablemente y sigue aumentando. En 1950, por ejemplo, mientras que en algunos países como Francia y Bélgica la proporción de personas mayores era de 11 %, en otros como Níger y Mauritania era de 1 %.
Para 2025, las mayores estimaciones de personas mayores se encuentran en Japón, con 30 %, e Italia, con 25 %. En cambio, Chad y Zambia, países con el menor porcentaje de personas mayores, con 2 %.
Para 2050, Corea del Sur, con 40 % y Japón, con 38 %, son los países con el mayor porcentaje proyectado de personas mayores. En marcado contraste, la República Centroafricana y Chad, con 2 % aproximadamente, son los países con los porcentajes proyectados más bajos.
Se prevé que, a finales del siglo XXI, China y Corea del Sur presenten las mayores proporciones de personas mayores, con 45 % aproximadamente. Al igual que con la media de edad, las menores proporciones previstas se encuentran en países africanos como Chad y la República Democrática del Congo, con 0 % aproximadamente.
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Es ampliamente reconocido, especialmente por gobiernos, organismos internacionales, empresas, organizaciones no gubernamentales y académicos, que las poblaciones de todo el mundo están experimentando la transformación del envejecimiento demográfico.
También se reconoce que este proceso está generando enormes desafíos económicos, políticos y sociales para las naciones.
Los funcionarios gubernamentales están preocupados por el aumento de los costos económicos y las previsibles insolvencias de los programas para las personas mayores.
Además, les preocupan las reacciones negativas del público a los cambios en políticas y programas, especialmente en materia de jubilación, pensiones, prestaciones, servicios sociales y atención médica.
En particular, los intentos y sugerencias de aumentar la edad oficial de jubilación y reducir la cobertura sanitaria para las personas mayores han suscitado objeciones y protestas.
Reacios a aceptar las realidades del envejecimiento demográfico, muchos gobiernos han tendido a posponer la adopción de los cambios necesarios en políticas, programas y gastos para sus poblaciones en proceso de envejecimiento.
En lugar de asumir plenamente la transformación del envejecimiento demográfico, muchos gobiernos han intentado elevar sus bajas tasas de fecundidad, al menos hasta el nivel de reemplazo. Con ello, esperan volver a las estructuras de edad comparativamente jóvenes del pasado.
Los diversos intentos de aumentar las tasas de fecundidad y volver a las estructuras de edad más jóvenes del pasado no han logrado los objetivos deseados. Además, las proyecciones de población internacionales prevén que las tasas de fecundidad se mantendrán por debajo del nivel de reemplazo en el futuro previsible.
En lugar de intentar regresar a las estructuras de edad comparativamente jóvenes del pasado, los países deben reconocer y aceptar la realidad del envejecimiento demográfico de sus respectivas poblaciones.
Tras ese reconocimiento y aceptación, los gobiernos y sus ciudadanos deben comenzar a adaptarse activamente a los numerosos y formidables desafíos que surgen de la transformación del envejecimiento demográfico.
Además, cuanto antes comiencen a realizar los ajustes y cambios necesarios, más fluida y sencilla será la transición hacia el envejecimiento demográfico del siglo XXI.
Joseph Chamie es demógrafo y consultor, exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido su libro más reciente: “Niveles de población, tendencias y diferenciales”.
T: MLM / ED: EG