NACIONES UNIDAS –  La decisión de la administración de Donald Trump de abandonar la política de diversidad, equidad e inclusión (DEI), que tenía como objetivo promover un trato justo en el lugar de trabajo, está teniendo repercusiones en las Naciones Unidas.

Estados Unidos ha estado presionando a las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que abandonen la DEI, que protege en gran medida a los grupos minoritarios, y a las mujeres en particular, que históricamente han estado infrarrepresentadas o han sido objeto de discriminación.

Al menos una agencia de la ONU ha eliminado una sección completa sobre la DEI tras las intervenciones de Estados Unidos. Y hay informes de que algunas agencias de la ONU también están eliminando de sus sitios web todas las referencias a la DEI.

Ante las amenazas de retirada de Estados Unidos o de recortes de financiación, algunas de las agencias de la ONU están haciendo todo lo posible para apaciguar a la administración Trump.

Estados Unidos ya ha decidido retirarse del Consejo de Derechos Humanos y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que otras dos agencias de la ONU están siendo objeto de un «nuevo escrutinio»: la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Orientge (Unrwa).

Durante la segunda semana de marzo se confirmó que, además, Estados Unidos ha recortado 377 millones de dólares en fondos para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), lo que podría tener «consecuencias devastadoras» para las mujeres y las niñas.

La amenaza contra la ONU se ha reforzado tras la iniciativa de varios legisladores republicanos que han presentado un proyecto de ley sobre la salida de Estados Unidos de la ONU, alegando que la organización no se ajusta a la agenda «Estados Unidos primero» de Trump, reforzada desde que volvió a la Casa Blanca el 20 de enero.

En una reunión paralela y prevía a la sesión anual de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, en inglés), el 13 de marzo, Jonathan Shrier, representante interino de Estados Unidos ante el Consejo Económico y Social, dio elementos para la preocupación.

«En las Naciones Unidas, Estados Unidos sigue abogando por el empoderamiento de la mujer, al tiempo que se opone firmemente a los intentos de redefinir la feminidad de manera que socaven el progreso real y significativo que las mujeres han logrado», aseguró.

Agregó que «estamos comprometidos con la promoción de políticas que apoyen a las mujeres y a las familias de una manera que reconozca y celebre las diferencias biológicas y sociales que nos hacen ser quienes somos».

«En Nueva York, hemos participado en duras negociaciones en una amplia variedad de resoluciones de la ONU, luchando contra la ideología de género y convocando votaciones, si es necesario, para promover la política exterior de ‘Estados Unidos primero’ del presidente Trump».

Según datos del sitio web UN Dispatch del 13 de marzo, incluso antes de que comenzara la CSW, «Estados Unidos intentó entorpecer todo el evento al objetar referencias, por lo demás anodinas, a la igualdad de género en un documento de la conferencia, bajo la premisa de que ese lenguaje contradice directamente las órdenes ejecutivas de Trump contra la DEI».

Dicho con otras palabras, los representantes de Trump en la ONU intentaron bloquear las referencias a la igualdad de género en una conferencia dedicada a la igualdad de género.

Y según una orden ejecutiva de la Casa Blanca de enero, el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB), «coordinará la terminación de todos los programas discriminatorios, incluidos los mandatos, políticas, programas, preferencias y actividades ilegales de DEI»

Igualmente, las políticas de diversidad, equidad, inclusión y accesibilidad (Deia) en el gobierno federal estadounidense, «sea cual sea el nombre con que aparezcan».

Joseph Chamie, demógrafo consultor y exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas, dijo a IPS que la decisión interna de la administración Trump de abandonar la DEI tiene graves implicaciones para las Naciones Unidas, especialmente con las amenazas de retirada y recortes de financiación de Estados Unidos.

En particular, la decisión de la administración estadounidense de abandonar la DEI, dijo, tiene como objetivo no solo remodelar las relaciones entre Estados Unidos y la ONU, sino también remodelar las prácticas y políticas de las Naciones Unidas y sus diversos organismos y programas.

Las preocupaciones sobre la diversidad y la meritocracia varían entre las poblaciones de los países y difieren considerablemente a nivel mundial.

Sin embargo, al igual que Estados Unidos, los países de todo el mundo están luchando con la cuestión de cómo equilibrar mejor la diversidad y la meritocracia entre los distintos subgrupos étnicos, raciales, de casta, lingüísticos y religiosos de sus poblaciones.

«Cómo equilibrar mejor la diversidad y la meritocracia sigue siendo un gran desafío para los países y las Naciones Unidas. Ese desafío se ha vuelto más difícil para muchos países como resultado del uso perjudicial de categorías raciales, étnicas, lingüísticas, de ascendencia y de origen», dijo Chamie.

En un número creciente de áreas, como la política, el empleo, las carreras, la educación, las fuerzas armadas, la inmigración, el sistema judicial, el entretenimiento y los deportes, los países están tomando decisiones de gran alcance sobre cuándo luchar por la diversidad y cuándo hacer hincapié en la meritocracia.

Muchos países con preocupaciones internas sobre la diversidad, la equidad y la inclusión probablemente acogerán con satisfacción el intento del gobierno de Trump de disminuir o eliminar las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión en las Naciones Unidas, señaló.

Chamie consideró que con una población mundial en crecimiento de más de 8000 millones de personas, los cambiantes paisajes demográficos de las poblaciones nacionales y la necesidad fundamental de garantizar los derechos humanos para todos, cabe esperar que el desafío de equilibrar la diversidad y la meritocracia se vuelva aún más crítico y trascendental para los países, así como para las Naciones Unidas, en los próximos años.

Según la publicación estadounidense independiente PassBlue, la delegación estadounidense ha estado diciendo a algunas entidades de la ONU que deben eliminar el lenguaje sobre DEI de su trabajo.

Los comentarios de los representantes de Estados Unidos se han repetido de una forma u otra en las juntas directivas de ONU Mujeres, El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Las dos últimas de estas agencias están dirigidas por estadounidenses.

Purnima Mane, presidenta y directora ejecutiva de Pathfinder International y exdirectora ejecutiva adjunta del Unfpa, dijo a IPS que es realmente desafortunado que la decisión del gobierno de Estados Unidos de alejarse de la diversidad, la equidad y la inclusión esté creando un efecto dominó entre otras entidades, especialmente aquellas que se benefician del apoyo y las contribuciones de Estados Unidos.

Las primeras pruebas, señaló, sugieren que algunos organismos de la ONU están empezando a mostrar una mayor cautela con respecto a la DEI, especialmente en lo que respecta a su posicionamiento y lenguaje.

Irónicamente, esta cautela se está produciendo en torno a la 69 sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, que se desarrolla desde el 16 y hasta el 21 de marzo en la sede la ONU en Nueva York.

«Las reacciones iniciales de precaución en torno a la DEI que estamos presenciando por parte de todas las organizaciones y entidades con las que Estados Unidos trabaja o de las que forma parte (ya sean la ONU, las organizaciones sin ánimo de lucro, los principales donantes u otros gobiernos) son inevitables», consideró Mane.

Estados Unidos, dijo, ha desempeñado un papel clave en la formación, el desarrollo y la evolución de la ONU y, por supuesto, sigue prestando un apoyo fundamental a la misma.

«Por lo tanto, no es sorprendente que la ONU, a la que Estados Unidos contribuye de muchas maneras significativas, sea sensible a la evolución de los puntos de vista estadounidenses, pero esto no debería dar lugar a que la ONU se desentienda de los principios fundamentales sobre los que fue creada», reflexionó.

DEI, recordó, es un acrónimo que ha llegado a significar cosas diferentes para diferentes personas y países, pero su filosofía y principios fundamentales están en la raíz de la ONU y pueden y deben protegerse incluso si se altera el lenguaje de DEI.

«Dentro de la ONU debe haber un debate y una discusión sanos y constructivos entre los Estados miembros sobre cómo la resistencia a la DEI podría amenazar la filosofía y los principios que defiende la ONU y a los que los gobiernos se han adherido colectivamente, cuestionando así la propia existencia de la ONU», insistió Mane.

Sin duda, consideró, «todos los Estados miembros se sienten capacitados para expresar sus opiniones y encontrar formas de garantizar que los principios básicos de la ONU se mantengan firmes».

A juicio de Mane, «poner a tu propio país en primer lugar no implica automáticamente que no haya que centrarse en una agenda común y acordada basada en el respeto a todos».

Ian Richards, expresidente del Comité de Coordinación de Sindicatos y Asociaciones Internacionales del Personal y economista de ONU Comercio y Desarrollo (Unctad), con sede en Ginebra, consideró que «no creo que sea correcto decir que la ONU está abandonando la DEI».

en diálogo con IPS recordó que el secretario general de la ONU, António Guterres,  «afortunadamente es un gran defensor y sigue apoyando iniciativas históricas sobre sexo, raza, discapacidad, origen regional, edad e identidad de género».

En diversos grados, estos establecen cuotas de contratación, formación obligatoria y requisitos de presentación de informes.

Este verano boreal se organizará una conferencia sobre DEI en Lisboa, organizada por el gobierno de Portugal, para identificar nuevas formas de reforzar las medidas.

A diferencia de otras organizaciones, la Secretaría General de la ONU también ha mantenido el derecho del personal a elegir sus pronombres de autoreferencia en las comunicaciones por correo electrónico.

T: MF / ED: EG