La imagen del líder Abdullah Öcalan, condenado a cadena perpetua por un tribunal turco, se eleva sobre las montañas de Qandil, el bastión del PKK en el Kurdistán iraquí. En 1998, un año antes de su arresto, la guerrilla trasladó allí sus bases desde el valle de la Bekaa, en Siria. Imagen: Karlos Zurutuza / IPS