BULAWAYO, Zimbabue – Aliko Dangote, el hombre más rico de África, expone su frustración tan visiblemente como lleva su pasaporte. Para viajar por el continente al que llama hogar, necesita 35 visados, cada uno es un obstáculo burocrático y un recordatorio de las barreras a la libre circulación y al comercio en África.
«Como alguien que quiere hacer grande a África, tengo que solicitar 35 visados diferentes», se lamentó Dangote durante el anual Foro de Directores Ejecutivos de África, celebrado en mayo de 2024 en Kigali, la capital de Ruanda.
El empresario nigeriano controla el Grupo Dangote, el mayor conglomerado industrial de África, con 30 000 personas empleadas, intereses de producción básica en cerca de 10 países africanos e ingresos anuales cercanos a los 5000 millones de dólares. En 2024 se calcula que su patrimonio personal era de 20 000 millones dólares.
Por todo ello sus palabras hicieron de caja de resonancia de la frustración generalizada de un continente que se enfrenta a la paradoja de multiplicar las iniciativas para cimentar la integración continental, mientras lucha contra el inagotable cierre de fronteras.
Casi una década después de que los líderes africanos imaginaran un continente sin fronteras, el sueño está en gran medida incumplido.
Problemas con los visados
El Índice de Apertura de Visados de África 2024, presentado en diciembre en Botsuana, es revelador: solo cuatro países (Benín, Gambia, Ruanda y Seychelles) ofrecen acceso sin visado a todos los africanos. Ghana se acaba de unir a la lista después de anunciar la exención de visados para todos los africanos en este mes de enero.
Publicado por el Banco Africano de Desarrollo (BAfD) y la Unión Africana (UA), el Índice mide el grado de apertura de los 54 países africanos a los ciudadanos de otros países del continente en función de si se requiere o no un visado antes del viaje y si este puede ser expedido a la llegada.
Se han producido algunos avances desde la primera edición del informe en 2026, ya que varios países africanos han introducido reformas para simplificar la libre circulación de personas en todo el continente.
Según el Índice, unos 17 países africanos han mejorado su apertura en materia de visados intracontinentales, mientras que 29 están introduciendo reformas en la expedición de visados para africanos.
En 28 % de los escenarios de viaje entre países de África, los ciudadanos africanos no necesitan visado para cruzar la frontera, lo que supone una mejora notable con respecto a 20 % de 2016.
Sin embargo, el coste de la inacción política al respecto es evidente. El comercio intraafricano representa un escaso 15 % del comercio total, frente a 60 % en Asia y y 70 % en Europa, según un estudio de la Comisión Económica para África (Cepa).
La apertura de los visados podría impulsar el comercio y el turismo intraafricanos, al tiempo que facilitaría la movilidad laboral y la transferencia de competencias e impulsaría el crecimiento económico de África.
Por ahora, las fronteras cerradas siguen siendo la señal de stop de África a la libre circulación.
Zodwa Mabuza, responsable principal de Integración Regional del BAfD, señaló durante el lanzamiento del Índice 2024, durante la Conferencia Económica de África 2024, celebrada en Botsuana en diciembre, que la apertura de visados no tenía que ver con la migración permanente, sino con la facilitación del turismo, el comercio y las inversiones.
«Este es el tipo de movimiento que estamos promoviendo, en particular porque estamos promoviendo la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA, en inglés)», dijo Mabuza.
Detener en nombre del crimen
«El miedo a la migración ilegal, el terrorismo y la perturbación económica mantiene las fronteras de África cerradas para los africanos, a pesar de las pruebas de que esos temores suelen ser exagerados», dijo Francis Ikome, Jefe de Integración Regional y Comercio de la Cepa.
Ikome advirtió que sin la libre circulación de los africanos por todo el continente, la zona de libre comercio africana está «muerta al nacer».
«No podemos volver a discutir las preocupaciones de seguridad, aunque haya una sobreprotección de la migración y cuando hablamos de migración, se ve seguridad», dijo Ikome.
Cuando un extranjero pasa por inmigración, añadió, los funcionarios aduaneros «ven problemas incluso antes de mirar su pasaporte».
«Los migrantes son creadores de empleo; hay muchos profesores universitarios, contables y otras habilidades que los migrantes aportan», subrayó Ikome.
Paradoja del paso libre
Desde el lanzamiento de la AfCFTA, la mayoría de los países africanos no han ratificado el Protocolo de Libre Circulación de Personas lanzado en 2018 por la UA y firmado por 33 de sus Estados miembros. Solo cuatro países han ratificado el Protocolo.
El investigador de migración Alan Hirsch destacó que algunos países africanos más ricos son más proteccionistas de sus fronteras y varios de los países más abiertos son Estados insulares o países pobres que no esperan inmigración o pueden controlarla más fácilmente.
A su juicio hace mucha falta aumentar la confianza entre los países africanos, pero es una tarea que requiere tiempo y esfuerzo.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
«La reticencia de algunos países está relacionada con sus preocupaciones sobre la calidad de la documentación y los sistemas en algunos países, los temores relacionados con cuestiones de seguridad, ya que hay organizaciones terroristas en algunas partes de África, y los temores de que los visitantes sean migrantes económicos disfrazados y no se vayan», dijo Hirsch a IPS.
Pero pese a todas las reticencias aseguró que hay muchos avances en las comunidades regionales de África.
«Las fronteras se abren con frecuencia de forma bilateral o multilateral, como muestra el Índice de apertura de visados», dijo Hirsch, profesor emérito de la Escuela de Gobernanza Pública Nelson Mandela de la sudafricana Universidad de Ciudad del Cabo.
Sabelo Mbokazi, jefe de Empleo, Trabajo y Migración de la Comisión de la UA, sugiere que se debe incentivar a los países que promueven la libre circulación para que mejoren.
«¿A quién estamos sirviendo con todas estas restricciones de visado? ¿Estamos sirviendo a la gente o a la política del momento? ¿Estamos sirviendo a las poblaciones o a nuestra popularidad? ¿Estamos sirviendo a la gente de todo el continente o estamos sirviendo a los beneficios? Estas son las paradojas que vemos en África», dijo.
Destacó que la migración intraafricana representaba 80 %, mientras el restante 20 % tenía como destino Europa o América.
Ello pese a que los europeos que vienen a África se mueven más fácilmente que los propios africanos.
Dado que algunos africanos no tienen pasaporte y otros son nómadas, viajar sin visado podría ser una pesadilla logística de la que muchos países prescindirían.
África también ha tratado de romper las barreras aduaneras con la iniciativa del pasaporte africano, que se puso en marcha en 2016.
Pero este pasaporte continental solo se ha expedido hasta ahora a jefes de Estado africanos, ministros de Asuntos Exteriores y diplomáticos acreditados por la UA.
Los pasaportes regionales que se desarrollado en los últimos tiempos sí están funcionando bien, dijo Hirsch. Citó el pasaporte de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) y el pasaporte de la Comunidad de África Oriental (CAO).
«Probablemente era demasiado pronto para un pasaporte totalmente africano», dijo el profesor emérito sudafricano.
«En el análisis, detener a los viajeros africanos en su camino es contrario a las aspiraciones de integración regional», argumentó Joy Kategekwa, directora de la Oficina de Coordinación de la Integración Regional del BAfD.
«La paradoja de la integración en África es que hablamos mucho de panafricanismo; nos apasiona, pero mantenemos a los africanos excluidos de él detrás del visado», lamentó.
Consideró que detrás de los problemas de la libre circulación de personas ha estado la mala aplicación de la Decisión de Yamoussoukro para liberalizar el transporte aéreo.
«La conectividad aérea en África es una pesadilla», sentenció Kategekwa.
Hirsch es optimista en cuanto a que África puede impulsar su desarrollo a través del comercio y la migración, si bien admitió que la apertura de los cielos africanos lleva tiempo.
Además de la iniciativa africana de «cielos abiertos» y el protocolo de libre circulación de personas, está la AfCFTA, la Zona de Libre Comercio Continental Africana, dijo. dijo.
Las tres iniciativas se acordaron en 2018 y la AfCFTA está avanzando y podría ayudar a allanar el camino para que lo hagan las otras dos.
Hay mucho en juego en lo acordado en 2018. AfCFTA, destinada a unir a 1300 millones de personas en un mercado único, corre el riesgo de fracasar. Con fronteras y cielos cerrados, una África sin visados es un sueño aplazado.
T: MF / ED: EG