NUEVA JERSEY, Estados Unidos – India se ha convertido en la quinta mayor economía del mundo y ha superado a China para reclamar el título de la nación más poblada. Sin embargo, este rápido ascenso no está exento de desafíos: el aumento del desempleo y la inflación amenazan el dividendo demográfico y su ambicioso objetivo de mantener un crecimiento del producto interno bruto de entre 7 y 8 %.
Las proyecciones indican una asombrosa población de 1700 millones de habitantes para 2050, lo que intensificará problemas como la elasticidad del empleo, el aumento de las tasas de pobreza, la congestión urbana, la contaminación ambiental y el agotamiento de los recursos naturales.
Estos retos crecientes entrañan el riesgo de daños ecológicos irreversibles, amenazan el delicado equilibrio de especies y hábitats y tienen graves ramificaciones para la salud pública y la sostenibilidad.
Afrontar el desarrollo sostenible en este contexto, especialmente en medio de las aspiraciones de una pujante juventud, es una tarea urgente y formidable. Una solución poderosa y rentable consiste en reducir conscientemente nuestra huella humana.
Hay que integrar urgentemente la planificación demográfica en las iniciativas sobre el cambio climático y los objetivos de desarrollo sostenible para forjar políticas a largo plazo que protejan nuestro planeta.
Para ello es necesario incorporar los debates sobre población a estrategias medioambientales más amplias, capacitar a las mujeres mediante la educación y el acceso a servicios de salud reproductiva, y poner en marcha iniciativas específicas en distritos de alta fecundidad mediante la creación de redes de colaboración entre gobiernos, oenegés y comunidades locales.
El panorama demográfico de la India se encuentra actualmente en una coyuntura crítica, lo que plantea importantes retos a la hora de gestionar el rápido crecimiento de su población.
En los últimos 50 años, la población india casi se ha triplicado, lo que plantea serias dudas sobre su futuro. Con 18 % de la población mundial concentrada en solo 2,4 % de la superficie terrestre, dar cabida a un mayor crecimiento es un reto urgente e inequívoco.
Esta cuestión ha suscitado puntos de vista opuestos dentro del país: algunos consideran inequívocamente que el aumento de la población en edad de trabajar es un dividendo demográfico, mientras que otros lo perciben firmemente como una crisis potencial que exige atención inmediata.
Las tendencias demográficas actuales en India dibujan un panorama de urgencia, que exige una acción inmediata para abordar la creación de empleo. La tasa de desempleo es de 8,5 %, y el índice de pobreza multidimensional alcanza a 14,9 % de la población.
Existe una importante disparidad de riqueza: 10 % de los más ricos en India posee más de 60 % de la riqueza total, mientras que 50 % de los más pobres ha experimentado una disminución de sus recursos.
El sistema educativo se encuentra bajo presión, con más de 1,2 millones de niños sin escolarizar en 2022-2023, luchando por acomodar a la creciente población. La urbanización está sobrecargando aún más las infraestructuras y los servicios esenciales.
El gastopúblico en sanidad sigue siendo bajo, alcanzado solo 2,1 % del PIB, lo que pone de relieve la necesidad de una cobertura sanitaria universal. La creciente población ejerce una inmensa presión sobre las tierras cultivables, lo que agrava la degradación del suelo y afecta a la base de recursos.
Además, el aumento de la población y de la riqueza ha provocado un rápido incremento de la producción y el consumo de energía, lo que contribuye a la contaminación atmosférica y al calentamiento global. Estos retos medioambientales están afectando significativamente a la salud pública y obstaculizando el desarrollo sostenible.
A pesar de los avances en la productividad agrícola con la llamada Revolución Verde, una proporción significativa de la población sigue teniendo un acceso inadecuado a una nutrición adecuada, lo que pone de relieve la urgente necesidad de abordar la sostenibilidad alimentaria.
El aumento de la población seguirá sobrecargando los ecosistemas dañados, reduciendo su capacidad de recuperación y aumentando el riesgo de epidemias, desertificación del suelo y pérdida de biodiversidad.
El panorama demográfico actual de la India está marcado por una floreciente población en edad de trabajar de 500 millones de personas, lo que ofrece un importante potencial de desarrollo en contraste con la disminución de la población de China.
Sin embargo, el crecimiento demográfico de India puede plantear problemas debido a su superficie relativamente menor y a su PIB inferior al de China.
Mientras que la política china de un solo hijo facilitó un rápido crecimiento económico, existen diversas perspectivas sobre la tasa de fertilidad de India, que al parecer ha caído por debajo del nivel de reemplazo de 2,1.
Algunos abogan por políticas demográficas, mientras que otros cuestionan la necesidad de tales medidas, citando la resistencia histórica a las políticas demográficas coercitivas de India en la década de los años 80.
A pesar de una tasa de crecimiento de 7,2 % en 2022-2023, lo que se traduce en seis millones de puestos de trabajo, la población activa aumentó en 10 millones, lo que lleva a un «crecimiento sin empleo».
Aunque la tasa de fertilidad está disminuyendo, los modelos científicos proyectan que la población de la India no necesariamente disminuirá debido al «impulso demográfico».
Los esfuerzos históricos de los años setenta y ochenta por promover la planificación familiar a través de diversos medios de comunicación y la divulgación pública resultaron prometedores en un principio. Sin embargo, la eficacia de estas iniciativas ha decaído con el tiempo, dejando el reto del crecimiento descontrolado de la población como una cuestión crítica que sigue sin abordarse eficazmente.
La reticencia a abordar este asunto está profundamente arraigada en preocupaciones políticas, religiosas y culturales. El rápido crecimiento económico y los avances de la ciencia y la tecnología han intensificado la actividad humana, lo que dificulta su control.
Regular el crecimiento de la población humana es crucial para el desarrollo sostenible, y las pruebas históricas de los años 60 indican que el crecimiento descontrolado de la población conduce a la escasez de recursos.
El fracaso en la gestión de las poblaciones humanas puede socavar los esfuerzos de forestación y desarrollo de infraestructuras. Además, el desempleo incontrolado, sobre todo entre los jóvenes con estudios que se enfrentan a oportunidades limitadas, se ha relacionado con el aumento de la violencia política.
India se ha fijado el ambicioso objetivo de alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2070, a pesar de las proyecciones que indican un aumento de la población de 2.000 millones de personas.
Una encuesta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 2024 revela que 77 % de los ciudadanos indios aboga por una acción climática gubernamental más enérgica.
El marco I=PAT subraya que el impacto ambiental (I) está influido por el tamaño de la población (P), el nivel de riqueza (A) y la tecnología (T).
La clase media de la India representa actualmente 31 % de la población y se espera que crezca hasta 38 % en 2031 y 60 % en 2047, aumentando el consumo por habitante. Es importante señalar que la única variable que puede gestionarse directamente es la huella humana (P).
Dada la compleja naturaleza de la cuestión y los marcos sociales subyacentes, concentrarse únicamente en persuadir a los individuos para que adopten comportamientos menos perjudiciales para el medio ambiente es ineficaz y potencialmente contraproducente.
Es imperativo desestigmatizar e integrar los debates sobre el crecimiento demográfico en los diálogos sobre medio ambiente.
Los gobiernos, las comunidades y los individuos que abogan por medidas proactivas deben asumir colectivamente esta responsabilidad. Debería centrarse en modificar los sistemas y las estructuras para incentivar a las comunidades a abstenerse voluntariamente de procrear durante un año, impulsando así cambios de comportamiento significativos a gran escala.
El gobierno debe dar prioridad a los distritos de alta fecundidad en los estados superpoblados, especialmente en el norte de la India, y mejorar urgentemente el acceso a los anticonceptivos y a los servicios de planificación familiar en estas zonas.
El estado de Kerala es un ejemplo de que las tasas de natalidad son más bajas allí donde las mujeres tienen acceso a la educación, la atención sanitaria y la capacidad de controlar el número de hijos.
Las mujeres mejor educadas tienden a tener menos hijos, lo que también indica una mayor igualdad de género. La capacitación de las mujeres y su participación activa en la toma de decisiones pueden reducir significativamente el crecimiento de la población, ofreciendo la esperanza de un futuro más sostenible.
En conclusión, la interacción entre el crecimiento demográfico de la India, la sostenibilidad medioambiental y la salud pública plantea un reto complejo que requiere una actuación inmediata y estratégica. Para abordar esta cuestión con eficacia, se requiere:
1) Integrar los debates sobre población: Establecer foros y asociaciones que unan a responsables políticos, ecologistas y líderes comunitarios para incorporar el crecimiento demográfico a estrategias medioambientales más amplias.
2) Capacitar a las mujeres: Invertir en programas educativos y mejorar el acceso a los servicios de salud reproductiva, especialmente en los distritos de alta fertilidad, para que las mujeres puedan tomar decisiones informadas sobre sus familias.
3) Poner en marcha iniciativas específicas: Desarrollar y apoyar iniciativas gubernamentales centradas en reducir las tasas de natalidad en zonas superpobladas, promoviendo al mismo tiempo prácticas sostenibles a nivel comunitario.
4) Fomentar la colaboración: Fomentar la colaboración entre gobiernos, ONG y comunidades locales para promover una vida consciente y adoptar prácticas respetuosas con el medioambiente.
Ha llegado el momento de actuar con determinación. Las decisiones colectivas que se tomen hoy determinarán la calidad de vida de las generaciones venideras. Adoptando estas recomendaciones, la nación puede forjar un legado que garantice no solo la prosperidad, sino también el bienestar de todos los ciudadanos.
Shibu Thomas, con maestrías en estudios de desarrollo y enciencias, es un analista independiente sobre seguridad internacional y salud mundial afincado en Nueva Jersey, en Estados Unidos. Antes fue alumno de la Escuela de Diplomacia y Relaciones Internacionales de la estadounidense Universidad de Seton Hall y profesor adjunto de la Universidad de Ajman, en los Emiratos Árabes Unidos.
T: MF / ED: EG