Fracasa la cumbre sobre la contaminación por plástico

Un trabajador de reciclaje en Corea del Sur, sede de la conferencia mundial sobre la contaminación plástica, labora en la clasificación de residuos. Los delegados de más de 170 países no pudieron acordar un borrador de tratado que limite la producción y frene la contaminación por plásticos, con una cerrada defensa de la industria por parte de países petroleros. Imagen: Soojung Do / Greenpeace

BUSAN, Corea del Sur – La quinta ronda de negociación de un tratado vinculante mundial para frenar la contaminación por plástico terminó este lunes 2 sin acuerdo entre los 3300 delegados de 177 países, científicos, representantes de empresas y de organizaciones civiles congregados durante una semana en esta ciudad portuaria.

El centro del desacuerdo estuvo en el alcance del tratado, si debe abarcar la creciente producción de plástico, como plantearon decenas de países de Europa y del Sur en desarrollo, o solo concentrarse en la contaminación de sus residuos, como defendieron las naciones y empresas productoras de petróleo.

Los hidrocarburos son insumo básico para la producción de plástico en el mundo, que fue de 50 millones de toneladas en 1970, 200 millones de TM en el año 2000, 440 millones de TM el año pasado y podría duplicarse hacia el año 2040.

Al mismo tiempo, cada año se generan hasta 350 millones de TM toneladas de residuos plásticos, menos de 10 % son reciclados y probablemente la mitad de los desechos va a vertederos, ríos, lagos y mares.

“Hemos logrado avances significativos en nuestro esfuerzo colectivo para abordar la contaminación por plástico. Sin embargo, nuestro trabajo está lejos de completarse”, resumió el diplomático ecuatoriano Luis Vayas, presidente de la quinta ronda del Comité de Negociación Internacional (INC-5) del tratado, que debío ser la última.

Las conferencias buscaban desde 2022 la elaboración de un “Instrumento Jurídicamente Vinculante sobre el Proceso de Contaminación Plástica”, que pudiera ser adoptado el año próximo. Ahora solo cabe esperar que se llegue a algún acuerdo en una ronda INC-5.2 en algún momento de 2025.

En Busan se adoptó sin mbargo por consenso un “texto del presidente”, que presentó Vayas como una guía alternativa y de compromisos más generales y flexibles, para utilizarlo como borrador en una próxima negociación.

Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), dijo que “el compromiso mundial de poner fin a la contaminación por plásticos es claro e innegable”.

Consideró que “los negociadores han alcanzado una mejor comprensión de las posiciones de los países y los desafíos compartidos. Nos han acercado a acordar un tratado global jurídicamente vinculante que protegerá nuestra salud, nuestro medio ambiente y nuestro futuro de la avalancha de contaminación por plásticos”.

“Pero está claro que persisten divergencias en áreas críticas y se necesita más tiempo para abordarlas”, añadió Andersen.

El principal punto de desencuentro lo protagonizaron un grupo de 70 países, entre ellos varios latinoamericanos y los de la Unión Europea, frente a productores de hidrocarburos como Arabia Saudí, Bahréin, Irán y Rusia, con apoyo o condescendencia de grandes economía como Estados Unidos, China e India.

Mientras los primeros abogan por limitar la producción de polímeros primarios de plástico, procedentes del petróleo y que se usan para fabricar casi todos los plásticos de un solo uso, los segundos proponen centrarse solo en la gestión de residuos y en su reciclaje, para no afectar a la industria petrolera.

“Si se puede detener la contaminación plástica, no debería haber problemas con la producción de plásticos”, resumió el representante saudí, Abdulrahman Al Gwaiz.

Estados Unidos, ubicado como el principal contribuyente de desechos plásticos en el mundo, apoyó el objetivo de reducir la contaminación plástica pero se opuso a fijar límites obligatorios a la producción.

En Busan también planeó la sombra del relevo de gobierno en Washington, pues el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca no se percibe como un buen augurio para los entendimientos multilaterales que comporten límites a la actividad de las grandes firmas de hidrocarburos.

A lo largo de las rondas, organizaciones ambientalistas como Greenpeace y el Fondo Mundial para la Naturaleza han abogado, también, en favor de que se prohíba a la industria la utilización, en la fabricación de plásticos, de ciertos productos químicos que son nocivos para la salud, otro tema pendiente de consenso.

Finalmente, y a pesar del fracaso de la ronda que debió ser definitiva para adoptar un borrador de tratado, se ha recogido consenso acerca de que la contaminación por plástico debe detenerse porque, entre otras razones, su proceso aumenta la generación de gases de efecto invernadero que precipitan la crisis climática.

A-E/HM

 

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