Nuevo retroceso en el uso de minas antipersonales

Imagen de archivo de una funcionaria del Servicio de Remoción de Minas de las Naciones Unidas trabajando para despejar de minas antipersonales un campo en Iraq. Aunque 164 países sostienen un Tratado de prohibición de las minas antipersonales, continúa su empleo por parte de potencias, países en conflicto, como Rusia y Ucrania, y grupos armados no estatales. Imagen: Unmas

WASHINGTON – Estados Unidos autorizó a Ucrania este miércoles 20 para que use minas antipersonales de fabricación estadounidense en la guerra contra Rusia, apenas cinco días antes de que un centenar de países se reúnan en la quinta Conferencia de Examen sobre el Tratado de Prohibición de Minas de 1997.

El secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, aseguró que el presidente demócrata Joe Biden tomó la decisión “para ayudar a frenar el avance de Rusia en el campo de batalla”, una semana después de autorizar a Ucrania para utilizar misiles estadounidenses de largo alcance sobre territorio ruso.

Mary Wareham, subdirectora de la División de Crisis, Conflictos y Armas de la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW), dijo que la decisión de Washington “es un hecho impactante para el Tratado de Prohibición de minas, pone en riesgo a los civiles, y merece condena”.

Las medidas estadounidenses responden a la comprobación de avances rusos en el teatro de guerra, que ya cumplió 1000 días desde su inicio en febrero de 2022. Ese avance implicaría mayores contingentes de infantería y Austin sostuvo que Ucrania “tiene necesidad de cosas que puedan ayudar a frenar ese esfuerzo”.

Ante las fuertes críticas que el empleo de esas armas suscita en el movimiento mundial de derechos humanos, Austin comentó que “las minas que buscaríamos proporcionarles serían minas que no son persistentes. Podremos controlar cuándo se autoactivarían, se autodetonarían y eso las hace eventualmente mucho más seguras”.

El anuncio estadounidense coincidió con la difusión de un informe de HRW previo a la Conferencia de Examen que se realizará en Siem Riep, Camboya, del 25 al 29 de noviembre, alertando de que el Tratado, de 164 países, se ve socavado por el nuevo uso de minas antipersonales por países como Rusia y Myanmar.

Mark Hiznay, director asociado sobre armas en HRW, comentó que “el efecto positivo del Tratado se puede apreciar en el descenso de la producción de minas antipersonales, la conclusión casi total de las transferencias de esas armas, y la destrucción de más de 55 millones de minas en reserva”.

“Sin embargo, los nuevos usos de minas antipersonal por países que no se han sumado al tratado amenazan tanto la vida de civiles como la eficacia de este tratado que salva vidas”, añadió el también editor del Monitor de Minas Terrestres 2024.

El tratado prohíbe de manera general las minas antipersonales y exige que los países destruyan las reservas con las que cuenten, despejen las zonas afectadas por minas y asistan a las víctimas.

Entre los Estados que no son miembros de la convención antiminas figuran China, Corea del Norte, Corea del Sur, Cuba, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, India, Irán, Israel, Myanmar (también conocido por su antiguo nombre de Birmania) y Rusia.

Paradójicamente, Ucrania sí es miembro del pacto antiminas, desde 2006, así como los países de la alianza militar Otan (Organización del Tratado del Atlántico Norte), con la excepción de Estados Unidos.

En el año 2022, el presidente Biden estableció el objetivo de eventualmente sumar a Estados Unidos al acuerdo, y compaginó la política estadounidense con la mayoría de las prohibiciones fundamentales del tratado, según HRW.

Dos años antes, el entonces presidente y actual mandatario electo, el republicano Donald Trump había cancelado una política que habría eliminado todas las minas antipersonales en el arsenal de Estados Unidos.

HRW destacó nuevamente que las minas antipersonales matan y hieren a personas de forma indiscriminada. Suelen colocarse en forma manual, pero también pueden esparcirse por medio de aeronaves, proyectiles y artillería, o dispersarse desde vehículos especializados.

Las minas terrestres que no se despejan representan un peligro hasta que se las retira y se las destruye. Los suelos minados pueden generar el desplazamiento de la población civil, obstaculizan la provisión de ayuda humanitaria e impiden desarrollar actividades agrícolas.

Rusia ha utilizado minas terrestres antipersonal en reiteradas ocasiones en Ucrania desde su invasión a gran escala de ese país el 24 de febrero de 2022, lo que provocó cientos de víctimas y vastas extensiones de suelos contaminados.

Ucrania investiga si sus propias fuerzas utilizaron minas antipersonales PFM en la sudoriental ciudad de Izium y alrededores fue ocupada por fuerzas rusas en 2022.

Las fuerzas armadas de la Junta de Myanmar han usado minas terrestres antipersonales de manera ininterrumpida desde 1999.

Myanmar encabeza, por primera vez, la lista del Monitor de Minas Terrestres sobre países con el mayor número de víctimas anuales, y el informe indica que, en 2023, esas minas mataron o hirieron a 1.003 personas en el país, cuyo ejército confronta a varias insurgencias tras tomar el poder con un golpe de Estado en 2021.

Anteriormente, Siria registró el mayor número anual de víctimas por tres años consecutivos. Los señalamientos de HRW apuntan que la Guardia Revolucionaria Islámica del gobierno iraní, y Corea del Norte, también usaron minas antipersonales en 2023 y durante el primer semestre de 2024.

Distintos grupos armados no estatales utilizaron sobre todo minas antipersonales improvisadas en al menos cinco países -Colombia, India, Myanmar, Pakistán y Palestina (Gaza)- durante 2023 y la primera mitad de 2024, así como en la región africana del Sahel, una franja semiárida en el centro de ese continente.

En Gaza, las Brigadas de Izz al-Din al-Qassam, el brazo armado de Hamás, han manifestado en numerosas ocasiones que sus combatientes usaron minas antipersonales desde el 7 de octubre de 2023, cuando estalló el actual conflicto dominado por la fuerte ofensiva israelí en ese territorio palestino.

En 2023 hubo al menos 5757 nuevas víctimas de minas terrestres y restos explosivos de guerra en 53 países y en otras dos áreas, con 1983 muertes. Fueron civiles 84 % de las víctimas y 37 % niños y niñas.

También el año pasado se despejaron 281,5 kilómetros de suelos contaminados, la mayor superficie desde 2019, y se destruyeron 160 566 minas antipersonales. Al amparo del tratado, 33 Estados completaron la remoción de todas las minas antipersonales de su territorio desde 1999.

A-E/HM

 

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