No más promesas de humo (sobre el clima), por favor

Las centrales eléctricas que utilizan combustibles fósiles son de los mayores emisores de gases de efecto invernadero. El Pnuma plantea que se necesitan compromisos y acciones mayores y más urgentes para detener esos procesos responsables del cambio climático. Imagen: Nik Shuliahin / Unsplash

CALI, Colombia – Las emisiones de gases de efecto invernadero están en su nivel más alto, y se requieren medidas urgentes para prevenir picos catastróficos de temperatura y evitar el peor impacto del cambio climático, advirtió este jueves 24 el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, afirmó que “ha llegado el momento crítico. Necesitamos una movilización global a una escala y a un ritmo nunca vistos antes, empezando ahora mismo, antes de la próxima ronda de compromisos ante el cambio climático”.

De lo contrario, advirtió Andersen, “el objetivo de 1,5 grados centígrados (°C) para limitar el aumento de las temperaturas, establecido en el Acuerdo de París sobre el cambio climático, pronto quedará muerto, y temperaturas muy por debajo de los dos grados centígrados ocuparán su lugar en la unidad de cuidados intensivos”.

Para subrayar la urgencia de los cambios, el Pnuma tituló “No más promesas de humo, por favor”, su informe sobre la brecha de emisiones 2024, presentado en la 16 Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (COP16), que se realiza en esta ciudad del occidente de Colombia.

El informe rastrea la brecha entre hacia dónde se dirigen las emisiones globales de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento atmosférico, con los compromisos actuales de los países.

En el Acuerdo de París sobre el clima de 2015 la casi totalidad de los países se comprometieron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, de modo que la temperatura media del planeta no exceda de 1,5 °C hacia el año 2050 ni de dos grados a finales de siglo, en comparación con el promedio de la era preindustrial 1850-1900.

Según el informe, el objetivo de 1,5 °C desaparecerá en pocos años, a menos que los países se comprometan colectivamente a reducir 42 % de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero para 2030, y 57 % para 2035.

La próxima ronda de esas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC en inglés) se prevé para comienzos de 2025, antes de la 30 Conferencia sobre el Cambio Climático que debe efectuarse en Brasil, y la aspiración del Pnuma es que esas medidas se acompañen con una acción rápida y los fondos nbecesarios.

Si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, el mundo podría enfrentarse a un inevitable y catastrófico aumento de temperatura de 3,1 °C, según el informe del Pnuma, en el que se subraya que los gobiernos no están cumpliendo plenamente sus promesas.

El secretario general de la ONU, António Guterres, observó a propósito del informe que “la brecha de emisiones no es una noción abstracta. Existe un vínculo directo entre su aumento y los desastres climáticos cada vez más frecuentes e intensos”.

“Estamos tambaleándonos sobre una cuerda floja planetaria”, advirtió Guterres en un mensaje de video. “O los líderes cierran la brecha de emisiones, o nos precipitamos a un desastre climático, con los más pobres y vulnerables sufriendo más”, agregó.

El Pnuma expone que Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático COP29 , que comienza en Bakú, Azerbaiyán, en noviembre, debería ser plataforma de lanzamiento para un debate detallado de esos nuevos y ambiciosos planes nacionales.

Eso significa que deben reducir todas las emisiones de gases de efecto invernadero y cubrir toda la economía, impulsando el progreso en todos los sectores, y el Pnuma destaca que las 20 economías más grandes, responsables de 80 % de todas las emisiones, deben liderar el proceso.

Para lograr un balance de cero emisiones netas (equilibrio entre las que se emiten a la atmósfera y las que se eliminan o almacenan de modo duradero) es necesario multiplicar por seis, como mínimo, la inversión en las medidas de mitigación.

La inversión incremental estimadapara ese fin está etre 09, y 2,1 Billones (millones de millones) de dólares anuales hasta el año 2050.

A modo de referencia, la economía mundial y los mercados financieros realizan transacciones que totalizan unos 110 billones de dólares cada año.

El informe muestra un potencial significativo para reducir las emisiones en hasta 31 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO₂, principal gas de efecto invernadero) para 2030, un volumen que equivale a 52 % de las emisiones notificadas en 2023, y hasta 41 gigatoneladas para 2035, lo que contribuiría a lograr la meta de 1,5 °C.-

Según su análisis, el aumento del uso de energía solar fotovoltaica y eólica podría contribuir con 27 % de la reducción total en 2030 y 38 % en 2035. Además, la conservación de los bosques podría proporcionar 20 % de las reducciones necesarias en ambos años.

Otras estrategias eficaces incluyen mejorar la eficiencia energética, electrificar diversos sectores y realizar la transición desde los combustibles fósiles en los edificios, el transporte y la industria, según el informe.

El documento asienta que para aprovechar incluso solo una fracción de ese potencial se necesitará una cooperación internacional sin precedentes, y un enfoque integral por parte de los gobiernos, para maximizar los beneficios socioeconómicos y ambientales y minimizar las desventajas.

“Aprovechen las próximas conversaciones de la COP29 en Bakú para aumentar la acción desde ahora, abran el camino para lograr unas NDC más sólidas”, pidió Andersen a los gobiernos, “y luego, juéguense el todo por el todo para lograr la senda de los 1,5 grados centígrados”.

A-E/HM

 

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe