PORTLAND, Estados Unidos – En todo el mundo, las tasas de natalidad son bajas. En 2022, más de cien países, que representan dos tercios de la población mundial, tenían tasas de fecundidad inferiores al nivel de reemplazo de 2,1 nacimientos por mujer.
Las tasas de fecundidad inferiores al nivel de reemplazo eran relativamente poco comunes en un pasado lejano. Pero hoy, muchos de los países con tasas de fecundidad sostenidas por debajo del nivel de reemplazo enfrentan un declive demográfico acompañado de envejecimiento de la población.
Muchos países están intentando revertir sus bajos niveles de fertilidad. Sus políticas pronatalistas incluyen licencias parentales pagas, horarios de trabajo flexibles, guarderías asequibles, incentivos en efectivo, apoyo a las familias, tratamientos de reproducción asistida subsidiados y el fomento de la igualdad de género en las tareas domésticas y el cuidado de personas.
En 2023, la tasa de fertilidad de Estados Unidos cayó a un mínimo histórico de 1,6 nacimientos por mujer. Ese nivel es dos nacimientos por mujer por debajo de la tasa de 1960 y medio hijo por debajo del nivel de reemplazo (Tabla 1).
Algunos, especialmente hombres ricos del sector privado y funcionarios republicanos de Estados Unidos, llevan años haciendo sonar las alarmas sobre el riesgo de extinción de la población de Estados Unidos y han instado a las mujeres a tener más hijos.
El colapso demográfico debido a las bajas tasas de natalidad, han advertido algunos de ellos, es un riesgo mucho mayor para la civilización que el calentamiento global.
A diferencia de las medidas pronatalistas adoptadas por muchos otros países, la razón de la baja tasa de natalidad del país es, según muchos republicanos, que las mujeres opten por tener pocos hijos o ninguno en Estados Unidos.
¿Por qué los republicanos culpan a las mujeres estadounidenses de la baja tasa de natalidad del país, que según afirman ha creado una crisis de civilización con consecuencias catastróficas?
La respuesta, según muchos miembros del Partido Republicano de Estados Unidos, es que en todo el país las mujeres en edad fértil rechazan cada vez más la santidad del matrimonio, el papel fundamental de la familia y la maternidad, y evitan las bendiciones y la satisfacción emocional de dar a luz y criar a varios hijos en casa.
A pesar de su énfasis en las recompensas de quedarse en casa y criar a los hijos, los republicanos siguen delegando más responsabilidades de la crianza de los hijos en sus esposas que en los padres demócratas.
También es importante reconocer el hecho indiscutible, que algunos miembros del Partido Demócrata suelen ignorar o prefieren minimizar, de que los hombres no pueden quedar embarazados y dar a luz bebés. Solo las mujeres tienen la capacidad de quedarse embarazadas, dar a luz bebés y amamantarlos.
Los republicanos han subrayado que cada vez más mujeres jóvenes en todo el país simplemente están optando por no tener varios hijos.
Muchas mujeres están evitando quedarse embarazadas, dar a luz y quedarse en casa para criar a los hijos hasta la edad adulta. Por ejemplo, entre los adultos estadounidenses menores de 50 años sin hijos en 2023, la proporción de los que dijeron que es poco probable que tengan hijos fue de 47 %, un aumento de 10 puntos porcentuales con respecto a 2018 (Tabla 2).
Los republicanos afirman que, en lugar de tener hijos, cada vez más mujeres jóvenes en Estados Unidos optan por permanecer solteras y se están convirtiendo en amantes de los gatos o de los perros, lo que supone una amenaza para la democracia estadounidense.
Según se informa, entre los beneficios notables de tener un gato o un perro en lugar de un marido están que los gatos y los perros no juzgan, son relativamente fáciles de adiestrar y no vienen con suegros.
En Estados Unidos, las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de querer tener hijos. Como resultado de las decisiones de las mujeres sobre la procreación, la tasa de fertilidad de Estados Unidos cayó por debajo del nivel de reemplazo a principios de los años 70 y, desde entonces, ha ido en gran medida en descenso.
Muchas mujeres sostienen que tener hijos no les proporciona ni una compensación económica ni ahorros para la jubilación por su tiempo y trabajo. A diferencia de la paternidad, las mujeres pagan una penalización por tener hijos y criarlos. Las madres trabajadoras se encuentran con desventajas en cuanto a salario y beneficios en comparación con las mujeres trabajadoras sin hijos.
También es importante destacar que las mujeres, al igual que los hombres en Estados Unidos, quieren recibir una compensación económica por su trabajo. No quieren que se les dé una palmadita en la espalda por haber dado a luz a varios hijos y criarlos hasta que puedan tener hijos propios.
En lugar de tener hijos a una edad temprana, las mujeres cada vez más optan por recibir una educación, incorporarse a la fuerza laboral, buscar carreras gratificantes, ganar sus propios ingresos y, en consecuencia, posponer la maternidad.
Muchas mujeres en Estados Unidos dicen que quieren poder tomar sus propias decisiones personales sobre tener hijos y definitivamente no quieren que los republicanos les digan que den a luz a varios niños para el bienestar de la nación.
El surgimiento del movimiento de liberación de la mujer en la década de 1960, junto con la introducción de métodos modernos de control de la natalidad, especialmente la píldora anticonceptiva oral, contribuyó considerablemente a la disminución de la tasa de natalidad en Estados Unidos hasta situarse muy por debajo del nivel de reemplazo.
Además, las mujeres en Estados Unidos han estado exigiendo cada vez más la igualdad de derechos y oportunidades, especialmente en la educación, el empleo y la participación política, así como el control sobre sus cuerpos y la reproducción.
Sin embargo, los republicanos en el Senado de los Estados Unidos siguen bloqueando la aprobación de la Enmienda de Igualdad de Derechos (ERA, en inglés). Y fueron fundamentales para revocar el derecho de las mujeres al aborto, así como para apoyar prohibiciones extremas del aborto, incluidas aquellas que penalizan el procedimiento para las víctimas de violación y las niñas embarazadas.
Las mujeres quieren disfrutar de sus libertades personales y tomar sus propias decisiones sobre la procreación en lugar de que otros, en particular los hombres, les digan qué hacer y cuándo hacerlo.
Además, cada vez más mujeres estadounidenses optan por casarse más tarde o por evitar esa institución tradicional. Algunas mujeres también posponen la maternidad a edades más avanzadas, deciden tener pocos hijos o ninguno y rechazan la estructura familiar patriarcal.
Debido a la baja tasa de natalidad de Estados Unidos, el nivel resultante de crecimiento natural (nacimientos menos muertes) ha estado disminuyendo durante décadas. El nivel actual de crecimiento natural de la población estadounidense es aproximadamente una cuarta parte del nivel experimentado a principios del siglo XXI. Además, se espera que la inmigración impulse el crecimiento demográfico de Estados Unidos durante el resto del siglo XXI.
Según muchos dirigentes empresariales y funcionarios del Partido Republicano de Estados Unidos, la baja tasa de natalidad sostenida y la disminución de la tasa de crecimiento natural están afectando negativamente a la prosperidad continua del país. Las bajas tasas de fertilidad y el descenso de la población se consideran catastróficos y amenazan seriamente el crecimiento económico y la fortaleza nacional de Estados Unidos.
Una baja tasa de natalidad sin altos niveles de inmigración suele conducir a la despoblación, que muchos republicanos consideran un desastre demográfico.
A pesar de su retórica antiinmigratoria, de sus esfuerzos por construir un muro a lo largo de la frontera sur del país y de sus llamamientos explícitos a la deportación masiva de todos los inmigrantes ilegales, los republicanos son conscientes de que, sin inmigración, se prevé que la población y la fuerza laboral de Estados Unidos disminuyan.
Sin la migración internacional, se prevé que la población actual de Estados Unidos, de 337 millones de habitantes, se reduzca a 299 millones en 2060 (Tabla 3).
En lugar de depender de la migración internacional para el crecimiento demográfico del país, el Partido Republicano y los sectores de extrema derecha están instando a las mujeres de todo Estados Unidos a que cumplan con sus obligaciones tradicionales para con su patria, es decir, dar a luz no menos de varios hijos y criarlos en casa.
Al hacerlo, esperan que la tasa de fertilidad de Estados Unidos vuelva al nivel de reemplazo o tal vez incluso aumente, asegurando así un crecimiento económico sostenido para el país y reduciendo la necesidad de inmigrantes.
Para fomentar la procreación, algunos funcionarios republicanos han ofrecido una serie de sugerencias, entre ellas, dar a los padres la capacidad de votar en nombre de sus hijos, recurrir a los abuelos, tías y tíos para quienes los tengan y establecer una tasa impositiva más alta para los estadounidenses sin hijos.
Sin embargo, es poco probable que esas sugerencias y culpar a las mujeres por la baja tasa de natalidad de Estados Unidos eleven la tasa de fertilidad del país al nivel de reemplazo.
En resumen, según muchos republicanos, la baja tasa de natalidad de Estados Unidos y la crisis de civilización resultante, con sus desastrosas consecuencias para el país, pueden atribuirse sin duda a las mujeres estadounidenses en edad fértil.
Joseph Chamie es demógrafo y consultor independiente. Fue director de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido sus dos libros más reciente: “Niveles, tendencias y diferenciales de población” y “Nacimientos, muertes, migraciones y otros asuntos importantes sobre población”.
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