La economía palestina está en caída libre

Vista de una calle de la ciudad de Gaza antes de la actual guerra. Al costo humano del conflicto se ha unido el de la economía, que se desploma en esa Franja y también en Cisjordania, el otro territorio palestino, pues la destrucción ha alcanzado a los centros de producción, comercio y servicios, así como a la infraestructura física. Imagen: Stephen Butler / Shutterstock-Unctad

GINEBRA – Las operaciones militares de Israel sobre los territorios palestinos han causado una devastación económica en la Franja de Gaza y un declive sin precedentes en Cisjordania, indicó un nuevo informe de ONU Comercio y Desarrollo (Unctad).

“La economía palestina está en caída libre”, declaró en esta ciudad suiza Pedro Manuel Moreno, vicesecretario general de la Unctad, hasta 2023 denominada Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

El nuevo informe del organismo “insta a la comunidad internacional a detener esta caída libre de la economía, abordar la crisis humanitaria y sentar las bases de una paz y un desarrollo duraderos”.

Los Territorios Palestinos Ocupados comprenden la Franja de Faza, a orillas del Mediterráneo y enclavada entre Israel y Egipto, con 365 kilómetros cuadrados y 2,3 millones de habitantes; y Cisjordania, de 5860 kilómetros cuadrados y tres millones de habitantes, entre Israel y Jordania, incluida Jerusalén oriental.

La Unctad señala que ya a principios de 2024 entre 80 y 96 % de los activos agrícolas de Gaza -sistemas de riego, granjas de ganado, huertos, maquinaria y almacenes- fueron devastados, lo que paralizó la capacidad de producción de alimentos y exacerbó los ya elevados niveles de inseguridad alimentaria.

Además, 82 % de las empresas del sector privado resultaron dañadas o destruidas, y para mediados de 2024 la economía de Gaza se había reducido a menos de una sexta parte de su nivel de 2022.

La destrucción en la Franja se desató con la ofensiva israelí luego de que el 7 de octubre de 2023 la milicia islamista Hamás atacó el sur de Israel, perecieron cerca de 1200 personas y 250 fueron tomadas como rehenes.

Israel respondió con una ofensiva de bombardeos e infantería que ha dejado más de 40 000 muertos y 90 000 heridos, destruido la mayoría de los edificios de vivienda y las instalaciones de infraestructura vial, de agua, alimentación, electricidad, hospitales, escuelas, templos, comunicaciones y también campos de refugio.

La Unctad indicó que ya en enero de 2024 se habían perdido dos tercios de los empleos previos a la guerra, unos 201 000 puestos de trabajo, lo que en la práctica sumió a casi toda la población de la Franja en la pobreza.

Agencias de la ONU calculan que aproximadamente 90 % de los habitantes del territorio han sido desplazados, muchos de ellos a sórdidos campamentos de tiendas de campaña, y dependen de la ayuda internacional para subsistir.

Mientras tanto, en Cisjordania la expansión de asentamientos de colonos israelíes, confiscaciones de tierras, demolición de estructuras y el aumento de la violencia de los ocupantes han desplazado a comunidades y afectado las actividades económicas.

Sectores clave como el comercio, el turismo y el transporte en Cisjordania, incluida Jerusalén oriental, han sufrido una fuerte caída, con 80 % de las empresas en la Ciudad Vieja de Jerusalén cesando parcial o totalmente sus operaciones.

Se han perdido 306 000 empleos, lo que ha elevado la tasa de desempleo de 12,9 % antes del conflicto a 32 % en la actualidad.

Tras los atentados del 7 de octubre, Israel revocó inmediatamente las autorizaciones que les permitían a unos 150 000 palestinos trabajar en territorio israelí, privándolos de una fuente clave de ingresos.

Según el informe, la situación se ve agravada por las enormes presiones sobre la estabilidad financiera del gobierno palestino. En 2023, el apoyo de los donantes internacionales cayó a un mínimo de 358 millones de dólares, en comparación con los 2000 millones de dólares de 2008.

Desde octubre de 2023, las deducciones y retenciones de ingresos por parte de Israel han aumentado a más de 1400 millones de dólares entre 2019 y abril de 2024.

Estos desafíos fiscales han obstaculizado la capacidad del gobierno palestino para pagar los salarios de los empleados, honrar su deuda y mantener servicios públicos vitales como la atención médica y la educación.

La Unctad considera que la ocupación prolongada sigue siendo el principal obstáculo para el desarrollo sostenible debido a las persistentes restricciones a la inversión, la movilidad de la mano de obra y el comercio, que “socavan sistemáticamente el potencial económico y exacerban la pobreza y la inestabilidad”.

La intervención “inmediata y concreta” que pide a la comunidad internacional incluye considerar un plan de recuperación integral, aumentar la ayuda, liberar los ingresos retenidos y levantar el bloqueo a Gaza.

A-E/HM

 

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