NACIONES UNIDAS – El constante redoble de amenazas nucleares parece no tener fin, principalmente por parte de los rusos, los políticos de derecha israelíes y los norcoreanos.
Las amenazas también suscitan una pregunta persistente: ¿Puede haber una Tercera Guerra Mundial sin el uso de armas nucleares?
En una información del 27 de agosto, la agencia Reuters citaba a un alto funcionario ruso que afirmaba que Occidente estaba jugando con fuego al considerar la posibilidad de permitir a Ucrania atacar dentro del territorio ruso con misiles occidentales, y advertía a Estados Unidos de que la Tercera Guerra Mundial no se limitaría a Europa.
Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia desde hace nada menos que 20 años y exembajador ante la ONU, dijo que Occidente estaba generando una escalada en la guerra de Ucrania y se estaba «buscando problemas» al considerar las peticiones ucranianas de flexibilizar las restricciones al uso de armas suministradas desde el extranjero.
Situándolo en el contexto adecuado, la Asociación para el Control de Armamentos (ACA), con sede en Washington, señaló este mes de septiembre que «el entorno mundial de la seguridad nuclear difícilmente podría ser más precario».
Carol Giacomo, redactora jefe de Arms Control Today, la publicación insignia de la ACA, afirmó que el entorno mundial de seguridad nuclear difícilmente podría ser más precario, semanas antes de que Estados Unidos elija nuevo presidente.
«Rusia sigue agitando el espectro de la escalada de su guerra en Ucrania hasta el uso nuclear; Irán y Corea del Norte persisten en el avance de sus programas nucleares; China se está moviendo para ampliar constantemente su arsenal nuclear», señaló.
Y prosiguió: «Estados Unidos y Rusia tienen costosos programas de modernización en marcha; y la guerra en Gaza amenaza con estallar en una catástrofe en toda la región que enreda a Irán e Israel con armas nucleares, entre otros países».
Mientras tanto, Rusia y China se niegan a entablar conversaciones de control de armamento con Estados Unidos, nuevos países plantean la posibilidad de adquirir armas nucleares y décadas de tratados de control de armamento se deshacen.
La situación también ha llevado a Rafael Mariano Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (Oiea), a advertir el 26 de agosto, en una entrevista al diario británico The Financial Times, que el régimen mundial de no proliferación nuclear está sometido a mayor presión que en ningún otro momento desde el final de la Guerra Fría.
La actual campaña de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre no ha abordado públicamente la mayoría de estas cuestiones, a pesar de que el candidato que gane heredará en cuanto sea investido la autoridad exclusiva para utilizar armas nucleares de su país, escribió Giacomo, antigua integrante del consejo editorial de The New York Times (2007-2020).
«Los peligros que plantean las armas nucleares, y las muy poderosas instituciones y gobiernos que poseen estas armas de destrucción masiva, nunca han sido mayores», aseguró MV Ramana, catedrático y titular de la Cátedra Simons de Desarme, Seguridad Global y Humana de la Escuela de Políticas Públicas y Asuntos Globales de la Universidad de Colombia Británica, en Vancouver.
«En los últimos 16 meses, hemos visto a funcionarios de los gobiernos de Rusia (Dmitry Medvedev) e Israel (Amihai Eliyahu) amenazar con usar, o llamando a usar, armas nucleares contra Ucrania y Gaza, respectivamente», señaló el también director del programa de posgrado de esa escuela en la universidad canadiense.
Los gobernantes de estos países, recordó, ya han mostrado su disposición a matar a decenas de miles de civiles.
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«Yendo más atrás, podemos recordar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump (2017-2021)», ahora candidato a la reelección, amenazando con «destruir totalmente» Corea del Norte, dijo el catedrático.
«Viniendo de una persona como Trump y de un país como Estados Unidos que es el único que utiliza armas nucleares en la guerra, hay buenas razones para tomarse tal amenaza con la máxima seriedad», argumentó Ramana desde Vancouver.
Estos grandes peligros, añadió, solo pueden mitigarse con grandes visiones, con personas que exijan que no se mate a nadie en su nombre, especialmente utilizando armas nucleares, pero no sólo utilizando armas nucleares.
Esto requeriría que la gente hiciera causa común con personas de todo el mundo, y se negara a dividirse por los «nacionalismos estrechos» que Albert Einstein identificó como un «concepto anticuado», ya en 1947.
Norman Solomon, director ejecutivo del Institute for Public Accuracy y director nacional de RootsAction.org, dijo a IPS que el impulso de la carrera armamentística nuclear va casi totalmente en la dirección equivocada.
A su juicio, el mundo y la humanidad en su conjunto se encuentran cada vez más en circunstancias terribles, aún más terribles por la negativa de los líderes de los estados nucleares a reconocer el mayor peligro de aniquilación termonuclear para casi todos los habitantes de la Tierra.
En su calidad de superpotencias nucleares, Estados Unidos y Rusia, planteó, han impulsado el impulso para seguir desarrollando armamento nuclear. Siempre hay racionalizaciones, pero el resultado es la proliferación de armas nucleares.
«Las naciones con arsenales nucleares más pequeños y las que aspiran a tener armas nucleares son muy conscientes de lo que hacen los Estados nucleares más poderosos. Predicar sobre la no proliferación mientras se prolifera no es un modelo convincente para detener la expansión de las armas nucleares a más y más países», señaló Solomon.
Resulta particularmente peligroso, consideró, «en medio de la gran cantidad de cobertura mediática y verborrea diplomática sobre Israel, rara vez leemos u oímos mencionar el hecho de que Israel -único en Medio Oriente- posee armas nucleares».
«Dada la impunidad de Israel para atacar a otros países de la región, sería un error confiar en el autocontrol israelí en materia militar», subrayó.
El retorno de una guerra fría entre Estados Unidos y Rusia, dijo Solomon, está alimentando la carrera armamentística nuclear hasta un extremo peligroso.
El control de armamentos se ha convertido en algo del pasado, ya que un tratado tras otro en este siglo ha sido derogado por el gobierno estadounidense. Los tratados de Cielos Abiertos y de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio fueron cancelados por el presidente Trump.
Antes, el tratado de Misiles Antibalísticos fue eliminado por el presidente George W. Bush (2001-2009). La ausencia de esos pactos hace más probable una guerra nuclear con Rusia. Pero el actual presidente, el demócrata Joe Biden, no ha intentado revivir esos acuerdos apagados por sus predecesores republicanos, argumentó.
«Si queremos que prevalezca la cordura, será necesario un cambio drástico de actitudes y políticas. El rumbo actual se dirige hacia una catástrofe insondable para la raza humana», sentenció Solomon, autor de «Una Guerra Vuelta Invisible: Cómo Estados Unidos oculta el coste humano de su maquinaria militar».
Jacqueline Cabasso, directora ejecutiva de la estadounidense Fundación Legal de los Estados Occidentales (ESLF, en inglés), dijo a IPS: «Mirando alrededor del mundo de hoy, vemos una creciente turba de gobiernos y líderes nacionalistas autoritarios -incluyendo a Rusia, Israel, India, China, Corea del Norte y, cada vez más, Estados Unidos- con armas nucleares».
«Todos ellos se preparan afanosamente para la guerra en nombre de la paz», consideró.
Pero no tiene por qué ser así. Reflejando la urgencia de este momento, en junio, la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos, una asociación oficial no partidista de más de 1400 ciudades estadounidenses de más de 30 000 habitantes, adoptó una resolución de gran alcance, titulada «El imperativo del diálogo en una época de graves peligros nucleares».
La resolución «condena con razón la guerra ilegal de agresión de Rusia contra Ucrania y sus repetidas amenazas nucleares y pide al gobierno ruso que retire todas sus fuerzas de Ucrania». Pero también pide al presidente y al Congreso legislativo «que maximicen los esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra en Ucrania lo antes posible».
Cabasso consideró que esta resolución de 1400 alcaldes «pide al gobierno de Estados Unidos que trabaje para restablecer las conversaciones de alto nivel entre Estados Unidos y Rusia sobre reducción de riesgos y control de armas para reconstruir la confianza y trabajar hacia la sustitución del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas»
Este, recordó, es el único tratado bilateral de control de armas nucleares que queda, pero expirará en 2026.
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