LONDRES – Un impuesto de entre 1,7 y 3,5 por ciento anual a las grandes fortunas del mundo recabaría 2,1 billones (millones de millones) de dólares, el doble de la suma necesaria para financiar la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo, indicó un estudio de la Red por la Justicia Fiscal publicado este lunes 19.
La riqueza de los multimillonarios “crece al doble del ritmo que la del resto de la sociedad, pero tienden a pagar tasas impositivas que son solo la mitad de las que paga el resto”, observó Mark Bou Mansour, portavoz de la red que reúne a investigadores y activistas de organizaciones civiles, religiosas y sindicales.
En su opinión eso ha contribuido a que la riqueza de la diezmilésima parte de la población (0,00001 %) se haya cuadruplicado desde 1987, en detrimento de las economías, las sociedades y el planeta.
En promedio, el 0,5 % más rico de cada país es dueño de una cuarta parte de la riqueza, mientras que la mitad de la población apenas posee tres por ciento.
El doble tratamiento de la riqueza (impuestos más bajos sobre la riqueza recaudada, es decir, dividendos, alquileres, ganancias de capital; impuestos más altos sobre la riqueza ganada, es decir, salarios) está alimentando la riqueza extrema.
La riqueza extrema hace que las economías sean inseguras y está directamente relacionada con el hecho de que las personas tengan que gastar más de lo que ingresan, y haciendo que las economías sean más pobres que la suma de sus partes.
“Algunos de los mismos países están bloqueando un progreso real en la COP29 sobre el clima, impidiendo que el mundo recupere billones de dólares en impuestos de los paraísos fiscales en una reunión, y luego afirmando en la otra reunión que no hay dinero para la crisis climática”: Alison Shultz.
Según el informe, la raíz del problema está en que la riqueza acumulada –dividendos, ganancias de capital y rentas obtenidas por poseer cosas– suele tributar a tasas mucho más bajas que la riqueza ganada, es decir, los salarios ganados por trabajar.
Al mismo tiempo, la riqueza acumulada normalmente crece más rápido que la riqueza ganada. Solo la mitad de la riqueza creada en todo el mundo cada año va a personas que ganan dinero para vivir; el resto se recauda en forma de rentas, intereses, dividendos y ganancias de capital.
Si bien los superricos pueden trabajar y tener empleos, prácticamente toda su riqueza proviene de poseer negocios e imperios inmobiliarios, no de trabajar en ellos.
“Cualquier salario que puedan ganar es una gota en su cubo de riqueza”, dice el informe, y menciona que tres de los cinco hombres más ricos en la lista de multimillonarios de la revista especializada Forbes ganan salarios de un dólar.
Ellos son Elon Musk (Space X, Tesla, red X), Mark Zuckerburg (Meta) y Larry Elison (Oracle), quienes ganan miles de millones de dólares en compensaciones basadas en la propiedad.
De allí la propuesta de un impuesto con un tipo de 1,7 a 3,5 %, aplicado únicamente a los más ricos, que supondría en promedio un impulso de siete por ciento a los presupuestos nacionales, el doble de la cantidad necesaria como financiación externa para la lucha climática en las naciones en desarrollo.
El financiamiento será tema clave en las negociaciones de la COP29, la 29 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se realizará en Bakú el próximo noviembre.
También un estudio del Observatorio Fiscal de la Unión Europea y el Gobierno de Brasil mostró que es posible obtener entre 200 000 y 250 000 millones de dólares adicionales cada año pechando con menos dos por ciento a las 3000 personas con riqueza superior a los 1000 millones de dólares.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva prevé plantear el tema en la cumbre del Grupo de los 20 (G20, economías industrializadas y emergentes) de la que será anfitrión en Río de Janeiro también el venidero noviembre, y anima una decisión para que esos recursos se destinen a paliar el hambre en el mundo.
Bou Mansour insistió al presentar el informe que “existe la idea de que los multimillonarios ganan riqueza como todo el mundo, pero son mejores en eso. Es falso. Es imposible ganar mil millones de dólares”.
Alison Shultz, investigadora de la Red y coautora del informe, dijo que “una minoría de países ricos todavía parece estar renuente a apoyar una convención marco sólida sobre impuestos, a pesar de que esta es la mejor oportunidad que hemos tenido y una que sus propios pueblos exigen que aprovechen con urgencia”.
Destacó que “algunos de los mismos países están bloqueando un progreso real en la COP29 sobre el clima, impidiendo que el mundo recupere billones de dólares en impuestos de los paraísos fiscales en una reunión, y luego afirmando en la otra reunión que no hay dinero para la crisis climática”.
“Esto debe cambiar ahora: el clima no puede esperar, y tampoco los pueblos del mundo”, concluyó.
A-E/HM