GINEBRA – La legislación recientemente adoptada por las autoridades de facto de Afganistán intenta convertir a las mujeres en “sombras sin rostro ni voz”, y refuerza las violaciones de sus derechos ya existentes, denunció este martes 27 la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh).
“La ley de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio recientemente adoptada por las autoridades de facto de Afganistán consolida políticas que borran por completo la presencia de las mujeres en público”, señala la declaración de Acnudh.
En particular, ese brazo del sistema de Naciones Unidas con sede en esta ciudad suiza consideró “absolutamente intolerable” que la nueva legislación prohíba, en su Artículo 13, que las voces de las mujeres puedan oírse en público.
La regla considera que la voz de una mujer es “un atributo íntimo que no debe ser escuchado en público”, por lo que se prohíbe que canten, reciten o lean en voz alta.
El portavoz del ministerio afgano para la promoción de la virtud, Abdul Gafar Faruq, expuso que la nueva restricción a las mujeres “será de gran ayuda para la promoción de la virtud y la eliminación del vicio”.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha pedido que “se derogue inmediatamente esta ley atroz”.
Por su parte Zabihullah Mujahid, portavoz del movimiento islamista talibán, que gobierna en el país asiático, dijo que “los no musulmanes que expresen sus preocupaciones sobre estas leyes o las rechacen deberían primero informarse sobre las leyes islámicas y respetar los valores islámicos”.
Acnudh expuso que la larga lista de disposiciones represivas que esa ley impone a las mujeres refuerza restricciones ya existentes que violan sus derechos fundamentales.
Esas incluyen su libertad de circulación, su libertad de expresión y su derecho a vivir libres de discriminación.
La ley incluye la obligación de llevar ropas que cubran completamente el cuerpo de la cabeza a los pies, incluido el rostro, y prohíbe a los transportistas trasladar a mujeres a menos que vayan acompañadas por un familiar varón, sumadas a la prohibición de que se escuchen las voces femeninas en público.
“Desempoderar y hacer invisible y sin voz a la mitad de la población solo empeorará la crisis humanitaria y de derechos humanos de Afganistán”, sostuvo Acnudh.
Indicó que limitaciones “vagamente definidas” en la legislación afectan otros derechos, como el de practicar libremente la propia religión, y también “otorga a los agentes del Estado amplios poderes discrecionales para detener a personas, imponerles castigos o remitir asuntos a los tribunales”.
Además, la normativa “estrecha aún más el cerco” sobre el sector de los medios de comunicación, con la prohibición de publicar imágenes de seres humanos, presumiblemente también las de los funcionarios de facto.
Para Acnudh, al contrario de lo hecho con la nueva ley, “es el momento de reunir a todos los afganos, con independencia de su sexo, religión o etnia”, para ayudar a resolver los numerosos retos a los que se enfrenta el país.
Por su parte, la secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz, Rosemary DiCarlo, declaró que, de mantenerse, la ley “solo impedirá el retorno de Afganistán a la escena internacional”.
El gobierno talibán de Afganistán, un país de 42 millones de habitantes, no es reconocido por otros Estados desde que hace tres años esa insurgencia conquistó la capital, Kabul, forzó el retiro de tropas extranjeras y se hizo con el control del país.
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