KUALA LUMPUR – Muchos países de renta baja (PRB) siguen rezagándose respecto al resto del mundo. Mientras tanto, las personas en situación de pobreza extrema han vuelto a aumentar tras décadas de descenso.
Un mayor retraso
La producción mundial se ha más que duplicado, pasando de 36 billones de dólares en 1990 a 87 billones en 2021 (en dólares constantes), pero este crecimiento no se ha distribuido de manera uniforme, lo que ha provocado que la mayoría de los países de renta baja se queden más rezagados.
Muchas de las economías más pobres del mundo han experimentado un escaso crecimiento desde la década de los 60 del siglo pasado. A medida que la mayoría de los países en desarrollo han progresado, las diferencias de renta entre las naciones han disminuido.
El estancamiento económico mundial afecta negativamente a la mayoría de los países y personas, especialmente a los países en desarrollo que dependen de la demanda y los precios de los productos básicos. Mientras gran parte del mundo crecía, la mayoría de los países de renta baja se quedaban más rezagados.
Cientos de millones de personas están atrapadas en la pobreza extrema, y la renta por habitante de muchos países poscoloniales apenas ha variado. Un documento del Banco Mundial sostiene que los pobres están especialmente mal.
Muchas naciones pobres no se han puesto al día, y mucho menos han diversificado sus economías de tipo colonial. Mientras tanto, muchas naciones pobres siguen sumidas en conflictos, lo que agrava su estancamiento.
La pobreza ha aumentado debido al escaso progreso a medida que crecía la población. Según otro informe del Banco Mundial, el menor crecimiento está correlacionado con las muertes por conflictos y la fragilidad institucional. Como era de esperar, estos países solían tener las tasas de pobreza más altas del mundo.
Peor aún, el recalentamiento global perjudica mucho más a las naciones tropicales pobres y a sus poblaciones. Se prevé que el cambio climático empuje a más de cien millones de personas a la pobreza extrema de aquí a 2030.
Dejados atrás
Paul Collier, coautor del informe, identificó 58 países de África, Asia y América Latina, con cerca de 1400 millones de personas en 2021, definidos como el grupo de los «mil millones más pobres», en la jerga en inglés «Bottom Billion». Collier sostiene que la mayoría sigue teniendo problemas y no ha progresado desde entonces.
Estas naciones llevan mucho tiempo sufriendo una pobreza persistente, un bajo crecimiento y un fracaso en su desarrollo. Su difícil situación se ha visto agravada por los conflictos civiles, las limitaciones geográficas y, a menudo, la incapacidad de utilizar sus recursos naturales para acelerar el desarrollo económico.
Desde los años 80, y no desde los 60 y 70, como afirma el documento del Banco Mundial, el grupo de países con los mil millones más pobres no han crecido, sino que se han quedado rezagados.
Por el contrario, los pocos antiguos países de renta baja que han mantenido un alto crecimiento disfrutan ahora de una producción por persona al menos tres veces superior a la de otros países de los mil millones más pobres, al que algunos definen como «el club de la misería».
Salvo estas pocas y notables excepciones, la mayoría de los 58 países más pobres siguen siendo de renta baja o se han convertido en países de renta media-baja. Solo seis han alcanzado la categoría de países de renta media-alta en la última década, debido principalmente al rápido crecimiento gracias al petróleo y al gas.
Aunque el grupo de los mil millones más pobres existen en todas las regiones, cerca de dos tercios (38 de 58) se encuentran en la región de África Subsahariana (ASS). Representan 77 % de la población de los «mil millones más pobres». Más de la mitad tienen abundantes recursos naturales, pero la mayoría no ha utilizado su riqueza mineral para sostener el progreso económico.
En 2012, el Fondo Monetario Internacional (FMI) clasificó a 34 de los 58 países del grupo de los mil millones más pobres, como ricos en recursos , con exportaciones e ingresos de recursos no renovables que a menudo superan 20 % de sus exportaciones totales e ingresos públicos, respectivamente.
Pero la mayoría sigue experimentando un crecimiento mediocre, si es que lo hay.
Desde 1990, la renta por habitante media anual del África Subsahariana apenas ha crecido 0,8 %. Mientras tanto, las tasas de crecimiento mundiales se duplicaron y regiones como Asia oriental registraron tasas anuales de crecimiento por habitante en más de 6 %.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
El crecimiento anémico significó que los ingresos medios de los africanos y otros países de renta baja de crecimiento lento se quedaron aún más rezagados con respecto al resto del mundo. Utilizando el umbral de pobreza global del Banco Mundial, el número de africanos pobres aumentó en decenas de millones.
Si persisten las tendencias actuales de crecimiento y pobreza, muchos países del grupo PRB, de crecimiento lento o estancado, principalmente en África, serán incapaces de acabar con la pobreza extrema, y mucho menos de alcanzar al resto del mundo.
Los más pobres, en la peor situación
Los modelos de crecimiento convencionales implican que los países rezagados deberían crecer más deprisa que los que ya van por delante. La industrialización de Asia oriental, supuestamente emulando el crecimiento europeo anterior, apoya esta noción.
En muchos países de renta baja, el crecimiento se ha ralentizado desde principios de siglo. El documento concluye que los mil millones más pobres fueron los que salieron peor parados, ya que la producción por habitante apenas aumentó.
Los mil millones más pobres no experimentaron una convergencia que les permitiera alcanzar a los demás. Aunque algunos estudios sugieren una convergencia general de los ingresos, los más pobres del mundo están relativamente peor.
Ahora, los mil millones más pobres se están quedando rezagados, mientras que los que viven en la pobreza extrema podrían estar aumentando de nuevo. Es probable que los ingresos de los países y las personas más pobres del mundo se queden rezagados, aunque solo sea relativamente, a pesar de cierta convergencia entre países.
La situación ha empeorado desde 2022. Además del colapso de los precios de los productos básicos desde 2015, la pandemia de covid, las guerras en Ucrania y Gaza y las sanciones unilaterales impulsadas geopolíticamente han garantizado un estancamiento prolongado.
Los países de los mil millones de abajo carecen del espacio político y fiscal para hacer frente, y mucho menos abordar, las inminentes crisis de deuda. La situación se ha visto agravada por la restricción del crédito y las elevadas tasas de interés fijadas por la Reserva Federal estadounidense, que han extendido la fórmula en muchos mercados.
A pesar de llevar décadas reconociendo las características de los PRB, el Banco Mundial aún no ha desarrollado estrategias, políticas y medios para superar su pobreza. No está claro por qué el Banco ha respaldado la designación y el concepto de los mil millones más pobres, aunque no ha mejorado la comprensión y la respuesta ante la pobreza.
T: MF / ED: EG