Biden se enfrenta a una rebelión en sus filas por la guerra en Gaza

Las escuelas transformadas en refugios administrados por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, la Unrwa, han sufrido graves daños por los ataques israelíes en julio. Imagen: Naciones Unidas

NACIONES UNIDAS –  El gobierno estadounidense de Joe Biden, que ha sido duramente criticada por su inflexible postura proisraelí en la guerra en Gaza, que dura ya nueve meses, se enfrenta a una rebelión dentro de las propias filas de su burocracia: 12 dimisiones y contando.

Los 12 funcionarios de la administración que han dimitido haciéndolo público, han acusado a Estados Unidos de dar cobertura diplomática al continuo flujo de armas a Israel asegurando «nuestra innegable complicidad en las matanzas y la inanición forzada de una población palestina asediada en Gaza».

«Esto no solo es moralmente reprobable y supone una clara violación del derecho internacional humanitario y de las leyes estadounidenses, sino que también ha puesto una diana en la espalda de Estados Unidos», prosigue el grupo dimisionario,  argumentando que esa política ha puesto en peligro la vida de miembros de las fuerzas armadas y diplomáticos del país.

Alon Ben-Meir, profesor jubilado de Relaciones Internacionales en el Centro de Asuntos Globales de la Universidad de Nueva York,  dijo a IPS: «Comparto la opinión general de los 12 funcionarios del gobierno de Estados Unidos que han renunciado en protesta contra la política del gobierno de Biden en relación con la guerra entre Israel y Hamás».

El grupo dimisionario emitió el 4 de julio una declaración conjunta, titulada Service in Dissent (Servicio en disidencia), donde asegura que «la cobertura diplomática de Estados Unidos y el continuo flujo de armas a Israel han garantizado nuestra innegable complicidad en las matanzas y la inanición forzada de una población palestina asediada en Gaza».

«Esto no solo es moralmente reprobable y supone una clara violación del derecho humanitario internacional y de las leyes estadounidenses, sino que también ha puesto una diana en la espalda de Estados Unidos», añade.

Ben-Meir puntualizó que «he apoyado el derecho de Israel a defenderse, así como el apoyo de la administración Biden a los esfuerzos bélicos de Israel, defendiendo el férreo compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel, proporcionándole toda la ayuda militar y la cobertura política necesarias».

«He declarado una y otra vez que el ataque sin precedentes de Hamás del 7 de octubre de 2023 y las represalias sin parangón de Israel han reforzado mi propia opinión, que comparto con muchos otros, de que no habrá resolución al conflicto palestino-israelí de 76 años sin una solución de dos Estados», añadió.

El especialista que ha impartido cursos sobre negociación internacional y estudios sobre Medio Oriente,aseguró que «sigo manteniendo la postura de que será imposible volver al statu quo que prevalecía antes del 7 de octubre, ya que se creó un nuevo paradigma que ofrecía la oportunidad inimitable de reiniciar las negociaciones de paz que podrían conducir a una solución de dos Estados».

Mientras tanto, también ha habido reacciones negativas en las capitales europeas. En febrero,  The New York Times publicó un artículo titulado «Funcionarios estadounidenses y europeos publican una carta de protesta contra las políticas israelíes».

Según el reportaje del Times, más de 500 funcionarios de Estados Unidos, Reino Unidos y países de la Unión Europea (UE) publicaron una «carta pública de disconformidad» contra el apoyo de sus (respectivos) gobiernos a Israel en su guerra en Gaza».

En un artículo de opinión publicado publicado en IPS el 18 de julio, Mouin Rabbani, coeditor de Jadaliyya y miembro no residente del Centro para Confictos y Estudios Humanitarios (CHS, en inglés), afirma que la declaración de los 12 disidentes queda  indiscutiblemente claro que la política de Estados Unidos para el conflicto que martiriza a Gaza «ha sido un fracaso absoluto en prácticamente todos los niveles».

«No solo no ha logrado ninguno de sus objetivos y consolidar aún más la hegemonía occidental en Medio Oriente, sino que ha convertido al gobierno estadounidense en cómplice directo y activo del genocidio que actualmente se encuentra ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya», afirma.

Como señalan los firmantes del «Servicio en Disidencia», Estados Unidos está violando «deliberadamente» no solo las leyes internacionales que son vinculantes para el país,   sino que está violando de forma similar y consciente la propia legislación  estadounidense en su «fanática determinación» de llevar hasta el amargo final las atrocidades masivas de Israel, afirma Rabbani, que también es miembro no residente de Democracia para el Mundo Árabe Ahora (DAWN, en inglés).

«De manera reveladora, y bastante acertada, también señalan que la determinación de la administración Biden de estar codo con codo con el primer ministro israelí Netanyahu y su gobierno ultraderechista y anexionista ha llevado a la supresión de libertades constitucionales básicas dentro de Estados Unidos», asegura.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Mientras tanto, en un discurso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, su  secretario general, António Guterres, advirtió el 17 de julio sobre que «los recientes acontecimientos están clavando una estaca en el corazón de cualquier perspectiva de solución biestatal».

«La geografía de la Cisjordania ocupada está siendo alterada constantemente mediante medidas administrativas y legales israelíes. Se espera que la confiscación de grandes parcelas de tierra en zonas estratégicas y los cambios en la planificación, la gestión de la tierra y la gobernanza aceleren significativamente la expansión de los asentamientos», añadió.

Estos cambios, señaló, incluyen la emisión de dos órdenes militares a finales de mayo. Estas órdenes transfirieron poderes y nombraron a un adjunto civil en la Administración Civil de Israel en Cisjordania, lo que resulta alarmante.

Esta medida, consideró, es otro avance significativo de Israel en la actual transferencia de autoridad sobre muchos aspectos de la vida cotidiana en la Cisjordania ocupada, y un paso más hacia la extensión de la soberanía israelí sobre este territorio ocupado.

A juicio de Guterres, si no se abordan, estas medidas corren el riesgo de causar daños irreparables en Palestina .

«Debemos cambiar de rumbo.Toda actividad de asentamiento debe cesar inmediatamente. Los asentamientos israelíes son una violación flagrante del derecho internacional y un obstáculo clave para la paz. La violencia debe terminar, y sus autores deben ser llevados rápidamente ante la justicia», dijo el secretario general de la ONU.

E insistio: «Israel debe garantizar la seguridad de la población palestina».

Por su parte, Ben-Meir precisó que «personalmente, estaba a favor de paralizar militarmente a Hamás», la milicia armada islamista de Gaza.

En paralelo, «también he declarado en repetidas ocasiones que aunque Israel pueda aplastar militarmente a Hamás, no podrá destruirlo como movimiento político que sostiene una ideología específica que pide la destrucción de Israel».

«Sin embargo, nunca he suscrito la noción de que Hamás estará alguna vez en condiciones de extinguir a Israel por muchas razones, entre ellas el hecho de que los dirigentes de Hamás saben demasiado bien que Israel es una formidable potencia militar cuya existencia es irrevocable.La guerra ha dejado claro que desafiar el derecho de Israel a existir equivale a suicidarse», analizó.

No hay que olvidar que el presidente Biden ha sido uno de los primeros líderes mundiales en plantear que ante la guerra en Gaza, la solución de los dos Estados es un requisito previo para poner fin a este conflicto endémico.

Pero a medida que la guerra ha seguido avanzando, aumentaba tanto la destrucción como los muertos en Gaza y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, senegaba siquiera a hablar de cualquier solución en la línea de un Estado palestino independiente, toda la idea de una solución de dos Estados fue desapareciendo del léxico de Biden.

Eso mientras el flujo de armas estadounidenses a Israel aumentaba sin condiciones previas sobre los inclementes ataques sobre la Franja.

Además, Estados Unidos vetó dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que pedían un alto el fuego, mientras que los alimentos, el agua, el combustible y los suministros médicos disminuían y el desplazamiento de palestinos por cientos de miles no cesaba.

Mientras tanto, los incesantes bombardeos de Israel con bombas de fabricación estadounidense, que han matado y siguen matando a miles de personas en zonas densamente pobladas, hacían a Estados Unidos cómplice de la horrible matanza, recordó Ben-Meir.

A estas alturas, precisó, más de 37 000 palestinos han muerto,  la mayoría población civil, y más de la mitad de Gaza ha quedado en en ruinas.

T: MF / ED: EG

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