Tormentas de hambre amenazan a 18 lugares en el mundo

La gente intenta desesperadamente conseguir comida en un punto de distribución de las agencias humanitarias de la ONU en Gaza. Es apenas uno de los 18 lugares o países del planeta donde según la ONU la inseguridad alimentaria puede dar paso a situaciones de hambruna, a menos que reciban ayuda urgente. Imagen: Unrwa

ROMA – Haití en América, Sudán en África y Palestina en el Medio Oriente están entre los 18 lugares en crisis que padecen una grave inseguridad alimentaria y podrían sufrir “tormentas de hambre” a menos que reciban ayuda urgentemente, señaló este miércoles 5 un reporte de dos agencias de las Naciones Unidas.

“Una vez que se declara una hambruna, ya es demasiado tarde: muchas personas ya habrán muerto de hambre” advirtió Cindy McCain, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), agencia de la ONU corresponsable del informe.

Puso como ejemplo el caso de Somalia, donde “la mitad de las 250 000 personas que murieron de hambre en 2011 lo hicieron antes de que se declarara oficialmente la hambruna. El mundo no hizo caso de las advertencias en ese momento y las repercusiones fueron catastróficas”.

“Debemos aprender la lección y actuar ahora para evitar que estos puntos críticos desencadenen una tormenta de hambre”, remarcó.

En Haití, en medio de una crisis económica prolongada, la violencia vinculada a grupos armados delincuenciales ha interrumpido el suministro de alimentos y obligado a más de 362 000 personas a huir de sus hogares y abandonar sus medios de vida, incluidas tierras de cultivo.

El informe advierte que los niveles críticos de inseguridad alimentaria y desnutrición corren el riesgo de empeorar, con la amenaza de que resurjan condiciones catastróficas en áreas donde el acceso humanitario está limitado por la violencia de las pandillas.

En ese país caribeño de 11,5 millones de habitantes, de los que unos 4,4 millones requieren ayuda humanitaria, está previsto el despliegue de una fuerza internacional que ayude a disolver a las pandillas criminales, pero aún no se concreta.

Los conflictos y los desplazamientos también continúan a un ritmo y magnitud alarmantes en Sudán, de 47 millones de habitantes, escenario de un conflicto entre ejércitos rivales que en un año cobró la vida de 15 000 civiles y desplazó a 10 millones de sus hogares, de los cuales dos millones a países vecinos.

La inseguridad alimentaria alcanza a 18 millones de sudaneses, con casi cuatro millones de niños que padecen desnutrición aguda, según las agencias humanitarias, y el problema se ha desbordado hacia los países vecinos receptores.

En la palestina Franja de Gaza, escenario de una ofensiva militar israelí contra el movimiento islamista Hamás, más de un millón de personas –la mitad de la población- se enfrenta a una hambruna en el mes de julio, en un contexto de destrucción generalizada de la infraestructura y los servicios.

El informe, elaborado por el PMA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alerta sobre la situación en 17 países más el grupo de cuatro de África sudoriental -Malaui, Mozambique, Zambia y Zimbabue- severamente afectados por la sequía.

En Malí es probable que sigan aumentando los niveles ya críticos y catastróficos de inseguridad alimentaria aguda, impulsados principalmente por una intensificación del conflicto armado interno y agravados por la retirada total de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en ese país de África occidental.

En Sudán del Sur se prevé que el aumento de repatriados y refugiados del vecino Sudán aumente los niveles de inseguridad alimentaria, en este país de 12 millones de habitantes bajo el múltiple asedio de escasez de suministros internos, inflación, inundaciones y conflictos subnacionales.

Otros “puntos críticos de muy alta preocupación” son Chad y la República Democrática del Congo, en África; Siria y Yemen en el Medio Oriente, y Myanmar (también conocido por su antiguo nombre de Birmania) en el sudeste asiático.

También, y de modo resaltado desde un reporte similar en octubre de 2023, figuran en la lista de zonas críticas Burkina Faso, Líbano, Nigeria, la República Centroafricana, Sierra Leona y Somalia.

El informe indica que aunque los conflictos siguen siendo grandes impulsores de la inseguridad alimentaria, las crisis climáticas también son responsables, entre ellas el “aún persistente” fenómeno El Niño, de vientos cálidos sobre el océano Pacífico que alteran los ciclos de sequías y lluvias en varias regiones.

Aunque ese fenómeno meteorológico está llegando a su fin cíclico este año, “es evidente que su impacto fue grave y generalizado”, con sequías devastadoras en el sur de África y grandes inundaciones en el este de ese continente, asentó el informe.

En cuanto al impacto y la “amenaza inminente” de La Niña –fenómeno alterno e inverso a El Niño- entre agosto y febrero de 2025, la evaluación de las agencias de la ONU es que se espera que “influya significativamente” en las precipitaciones.

Eso podría conducir a un cambio de clima con “importantes implicaciones” en varios países, incluidas inundaciones en Chad, Etiopía, Haití, Malí, Nigeria, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.

A-E/HM

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