Un chayote (Sechium edule) cultivado en la finca La Luisa, en La Habana, perteneciente a la agricultora Ivonne Moreno. Ella destaca que un contexto problemático como la pandemia de covid, en Cuba se evidenció las oportunidades de la permacultura, pues con ella se dispone de variedad de alimentos y no se depende de uno o dos cultivos, un factor de vulnerabilidad ante fenómenos como los huracanes. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS