NACIONES UNIDAS – Tras siete meses de guerra en el territorio palestino de Gaza, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que reconstruir y restaurar los edificios derrumbados llevará varias décadas, y que revitalizar la economía palestina será una tarea titánica. Mientras tanto, las grandes pérdidas en viviendas y servicios públicos, así como el estancamiento económico, amenazan con dejar aún más palestinos en la pobreza.
La semana pasada, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Comisión Económica y Social para Asia Occidental (CESPAO) publicaron una actualización de su informe conjunto “La guerra de Gaza: impactos socioeconómicos previstos en el Estado de Palestina”, publicado por primera vez en noviembre de 2023. El informe inicial estimaba que tres meses de guerra guerra significarían una pérdida de más de 12 % del PBI de Palestina y un aumento de la pobreza de más de 25 %.
La actualización extiende a nueve meses de conflicto la estimación de las pérdidas que sufrirá Palestina. Según las proyecciones, la pobreza podría superar el 60 % de la población. En declaraciones a la prensa, el director de la Oficina Regional para los Estados Árabes, del PNUD, Abdallah Al Dadari, informó que otros 1,8 millones de personas cayeron en la pobreza desde el inicio de la guerra, en octubre de 2023.
Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD, en seis meses de guerra, Palestina tendrá una caída significativa, llegando a 0,677 frente a 0,716 en 2022, lo que supone un retroceso de 17 años. Eso se refiere a la caída de ciertos indicadores, como la reducción de la esperanza de vida, el descenso de la renta nacional bruta (RNB) y la reducción de los años de escolarización.
Solo en Gaza, el retroceso en materia de desarrollo supera los 30 años en ese escenario, ya que sufrirá un descenso del 0,598 % en 2023, frente al 0,705 % de 2022. Si la guerra se extiende a nueve meses, es probable que el IDH experimente un descenso mayor del 0,551 %, lo que dejaría a ese territorio palestino en la década de los años 80.
Casi todas las actividades económicas de Gaza han sufrido un fuerte declive desde el comienzo de la guerra, señala el informe, y los principales sectores registraron pérdidas significativas durante el último trimestre de 2023, extendiéndose a todos los territorios palestinos ocupados. El desempleo alcanzó 57 % en el primer trimestre de este año, al perderse más de 507 000 puestos de trabajo, incluidos 160 000 trabajadores de Cisjordania.
El PBI de Palestina también disminuyó 22,5 % en 2023, y este año podría seguir la caída hasta 51 %. Sin duda, la guerra agravó los costes socioeconómicos, los que repercutirán en la recuperación y el desarrollo tras la guerra en todo los territorios palestinos.
“Cada día de combate no hace más que aumentar el coste de la reconstrucción”, declaró Al Dadari. Desde que comenzó la guerra en octubre de 2023, la destrucción y los daños a la infraestructura, que ascienden a 341,2 millones de dólares en educación (escuelas y universidades), 503,7 millones de dólares en agua, saneamiento e higiene, y 553,7 millones de dólares en instalaciones sanitarias, afectan directamente a la provisión de necesidades básicas en Gaza. El informe señala que la ayuda exterior para la reconstrucción y la recuperación de la infraestructura de servicios básicos será esencial para el restablecimiento de estos servicios, y que se necesitarán décadas y considerables recursos financieros para restablecer las condiciones socioeconómicas de Gaza a los niveles anteriores a la guerra.
Más de 30 hospitales de Gaza fueron destruidos desde el inicio de la guerra, y más de 400 escuelas y universidades están total o parcialmente destruidas por acciones bélicas.
Al Dadari hizo hincapié en la importancia de llevar de forma inmediata ayuda de emergencia a Gaza, para contribuir a la creación de refugios. Un programa de tres años ascendería a 3 000 millones de dólares, mientras que el costo total de una reconstrucción a largo plazo de la infraestructura perdida oscilaría entre 40 000 y 50 000 millones de dólares. Pero antes de construir los refugios temporales de emergencia y las instalaciones necesarias, será necesario limpiar los 37 millones de toneladas de escombros que, según los informes, hay en Gaza.
Además de atender las necesidades inmediatas de la población civil gazatí, el PNUD también se concentra en diseñar un plan de reconstrucción con el pleno apoyo de la ONU y sus distintas agencias. “Nuestra principal preocupación es estar preparados para el día que se pueda, traer los refugios y los servicios necesarios. Eso es lo que hacemos en movilización de recursos», explicó Al Dadari.
“A diferencia de guerras anteriores, la destrucción en Gaza hoy en día no tiene precedentes en su alcance y escala, y sumado a la pérdida de hogares, medios de subsistencia, recursos naturales, infraestructura y capacidades institucionales, puede tener impactos profundos y sistémicos en las próximas décadas”, dijo la secretaria ejecutiva de la CESPAO, Rola Dashti.
“Los niveles sin precedentes de pérdidas humanas, destrucción de capital y el aumento vertiginoso de la pobreza en tan poco tiempo precipitarán una grave crisis de desarrollo que pone en peligro el futuro de las generaciones venideras”, coincidió Achim Steiner, administrador del PNUD.