NACIONES UNIDAS – La mortífera guerra de seis meses entre Israel y Hamás, que se ha cobrado la vida de más de 32 000 palestinos en Gaza y más de 1200 en Israel, ha dividido fuertemente al mundo con vociferantes manifestaciones de ambos lados del conflicto.
Las Naciones Unidas no son una excepción, ya que variados de sus 35 000 empleados, tanto en Nueva York como en sus filiales de todo el mundo, se han mostrado cada vez más críticos, sobre todo en las redes sociales, con Israel o con Hamás.
Como funcionarios internacionales, el personal de la ONU no debe participar en protestas y manifestaciones políticas ni expresar opiniones políticas en público o contra ningún Estado miembro del organismo.
En junio de 2020, la ONU aconsejó a los miembros de su personal que no participaran en las manifestaciones públicas que tuvieron lugar en todo Estados Unidos a raíz del polémico asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policía.
La razón: las muestras públicas de apoyo al movimiento de protesta socavarían la reputación de imparcialidad del organismo mundial.
Pero el secretario general, António Guterres, dio marcha atrás e informó a los funcionarios de que «no se prohíben las expresiones personales de solidaridad ni los actos de compromiso cívico pacífico, siempre que se lleven a cabo a título totalmente privado».
En esta crisis, Guterres ha criticado abiertamente los asesinatos cometidos por Hamás y, de forma más contundente, los asesinatos de civiles cometidos por Israel, mientras que las organizaciones de derechos humanos han acusado a Israel de genocidio y de utilizar el hambre como arma de guerra al cortar el suministro de alimentos a Gaza.
En una circular dirigida el mes pasado a los funcionarios, titulada Orientaciones sobre las comunicaciones personales, el Departamento de Comunicaciones Mundiales (DGC) de la ONU afirma que los recientes acontecimientos mundiales, incluida «la crisis en Israel y en los Territorios Palestinos Ocupados, son profundamente perturbadores y motivo de grave preocupación para todos nosotros».
Resulta comprensible que muchos de nosotros nos sintamos obligados a compartir opiniones sobre los acontecimientos que se están produciendo, pero incluso en foros personales como las redes sociales, debemos ser conscientes en todo momento de nuestros derechos y deberes como funcionarios internacionales, que nos obligan a actuar con independencia e imparcialidad.
Por favor, tómense un momento para familiarizarse con las políticas sobre el Estatuto, los derechos y deberes básicos de los funcionarios de las Naciones Unidas; las actividades externas; y las directrices para el uso personal de los medios sociales.
También se advierte sobre las «Directrices 2023 sobre actividades políticas» publicadas en iSeek por la Oficina de Ética de las Naciones Unidas.
Por ello, «debemos enmarcar cualquier comunicación pública sobre la actual crisis en Oriente Medio, así como otras cuestiones políticas, incluso a través del uso personal de los medios sociales, de una manera que sea coherente con la posición de la Organización y las declaraciones del secretario general».
Samir Sanbar, ex subsecretario general de la ONU y jefe del Departamento de Información Pública, dijo a IPS que el personal de la Secretaría de la ONU son funcionarios internacionales contratados para desempeñar sus funciones y regular su conducta de acuerdo con la posición del secretario general.
Sobre la situación actual en Gaza, dijo, Guterres estuvo en las fronteras de Gaza llamando la atención sobre los trágicos sufrimientos humanitarios, mientras que los representantes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hablaron públicamente sobre el hambre y el sufrimiento de civiles inocentes.
Miles de miembros del personal de las agencias relacionadas con la ONU, en particular la Agencia de las Naciones Unidas para la Población Refugiada Palestina (Unrwa), murieron tratando de ofrecer alimentos, refugio y atención médica a los niños necesitados de Gaza.
Sanbar señaló que el personal de la ONU, incluidos los jefes de Departamento, reflejan habitualmente las resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad, incluidas las que indican los «derechos inalienables del pueblo palestino».
Discutir las cuestiones urgentes con el personal, realizar consultas internas discretas y trabajar en equipo de forma creativa sería de gran ayuda, afirmó Sanbar, que prestó sus servicios bajo cinco secretarios generales diferentes.
Un artículo de Associate Press de enero, citado por el grupo UN Watch, con sede en Ginebra, informaba de que una jefa adjunta de la oficina de paz y seguridad de ONU Mujeres había respaldado 153 mensajes en las redes sociales desde los ataques de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel, en los que exponía sus opiniones sobre la guerra en Gaza.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
En una carta dirigida al personal con motivo del Día de las Naciones Unidas, el 24 de octubre del año pasado, Guterres afirmó que el Día de las Naciones Unidas llega en un momento de dolor y ansiedad para todos. La situación en Israel, los Territorios Palestinos Ocupados y la región en general está al borde del abismo, «y todos tememos lo que nos depararán los próximos días y semanas».
«El conflicto está marcado por un inmenso sufrimiento y dolor humano. Sé que muchos de nosotros tenemos familiares, amigos y seres queridos en la región y estamos viviendo esta tragedia de una manera muy personal», añade.
Reconoce que «todos estamos devastados y horrorizados por la situación de nuestro personal en Gaza».
«Al menos 35 de nuestros colegas de Unrwa han muerto y muchos más han resultado heridos. Tristemente, ese número sigue aumentando. Lloramos a los que hemos perdido y enviamos nuestras más profundas condolencias a sus familias y amigos. Como he dicho hoy al Consejo de Seguridad, debo a sus familias la condena de estos y muchos otros asesinatos similares», detalla Guterres.
De hecho, los derechos y deberes básicos de los funcionarios de las Naciones Unidas se rigen por las siguientes normas y reglamentos:
-Cláusula 1.1: Los funcionarios deberán hacer la siguiente declaración por escrito ante el Secretario General o su representante autorizado: «Declaro y prometo solemnemente ejercer con toda lealtad, discreción y conciencia las funciones que se me confíen como funcionario internacional de las Naciones Unidas, desempeñar esas funciones y regular mi conducta teniendo en cuenta únicamente los intereses de las Naciones Unidas, y no solicitar ni aceptar instrucciones, en lo que respecta al desempeño de mis funciones, de ningún gobierno ni de ninguna otra fuente ajena a la Organización.
Asimismo, declaro y prometo solemnemente respetar las obligaciones que me incumben en virtud del Estatuto y Reglamento del Personal.
-Cláusula 1.2: En el desempeño de sus funciones, los funcionarios no solicitarán ni aceptarán instrucciones de ningún Gobierno ni de ninguna otra fuente ajena a la Organización.
Si bien las opiniones y convicciones personales de los funcionarios, incluidas sus convicciones políticas y religiosas, son inviolables, los funcionarios velarán por que esas opiniones y convicciones no afecten negativamente a sus funciones oficiales ni a los intereses de las Naciones Unidas.
Se comportarán en todo momento de manera acorde con su condición de funcionarios internacionales y no participarán en ninguna actividad que sea incompatible con el correcto desempeño de sus funciones en las Naciones Unidas.
Evitarán cualquier acción y, en particular, cualquier tipo de declaración pública que pueda reflejar negativamente su estatus, o la integridad, independencia e imparcialidad que requiere tal estatus.
Los miembros del personal podrán ejercer el derecho de voto, pero deberán asegurarse de que su participación en cualquier actividad política sea coherente con la independencia e imparcialidad que exige su condición de funcionarios internacionales, y no refleje negativamente dicha independencia e imparcialidad.
Reglamento sobre conflicto de intereses:
Se produce un conflicto de intereses cuando, por acción u omisión, los intereses personales de un funcionario interfieren en el desempeño de sus funciones y responsabilidades oficiales o en la integridad, independencia e imparcialidad que exige su condición de funcionario internacional.
Cuando surja un conflicto de intereses real o posible, el funcionario deberá comunicarlo a su jefe, la Organización deberá atenuarlo y resolverlo en favor de los intereses de la misma.
T: MF / ED: EG