NACIONES UNIDAS – Una enorme brecha financiera ha colocado a las puertas del fracaso a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por los líderes del mundo para 2030, advirtió un nuevo informe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (Desa).
“A nuestro ritmo actual, estimamos que unos 600 millones de personas seguirán viviendo en la pobreza extrema más allá de 2030. Y como muestra el informe, las finanzas son el quid del problema”, dijo al presentar el informe la vice secretaria general de la ONU, Amina Mohammed.
El Informe sobre Financiamiento para el Desarrollo Sostenible 2024 dice que se necesitan medidas urgentes para movilizar financiamiento, a gran escala, para cerrar la brecha hacia el desarrollo sostenible, ahora estimada en 4,2 billones (millones de millones) de dólares anuales.
Esa suma es 68 % más alta que la estimada con el mismo fin antes de la pandemia covid-19 que se desató en todo el mundo a comienzos de 2020.
Mientras tanto, las crecientes tensiones geopolíticas, los desastres climáticos y una crisis mundial del costo de la vida han afectado a miles de millones de personas, perjudicando los avances en materia de atención sanitaria, educación y otros ODS.
Los 17 ODS, adoptados por los líderes mundiales en 2015, dan cuerpo a la Agenda 2030 de la ONU e incluyen poner fin a la pobreza extrema y al hambre, garantizar la disponibilidad de agua potable y saneamiento, reducir la desigualdad dentro y entre los países, y salvar los ecosistemas terrestres y acuáticos del planeta.
Al presentar el informe, Mohammed destacó que el financiamiento para los ODS está en una encrucijada, y pidió para su rescate un aumento de la inversión y una reforma del sistema financiero internacional.
La carga de la deuda y el aumento de los costos de endeudamiento son grandes contribuyentes a la crisis del desarrollo sostenible, indicó.
Se estima que en los países menos desarrollados el servicio de la deuda (pagos de capital e intereses) será de 40 000 millones de dólares anuales entre 2023 y 2025, más de 50 % sobre los 26 000 millones de dólares en 2022.
Los desastres relacionados con el clima, cada vez más fuertes y frecuentes, representan más de la mitad del aumento de la deuda en países vulnerables.
Mohammed recordó que aproximadamente 40 % de la población mundial, unos 3300 millones de personas, viven en países donde los gobiernos ahora gastan más en pagos de intereses que en educación o salud.
Mientras tanto, la economía global no apoya la inversión y el desarrollo como debería, señaló. Las tasas promedio de crecimiento han disminuido constantemente en los últimos 25 años, desde más del seis por ciento antes de la crisis financiera mundial hace más de 15 años a alrededor del cuatro por ciento en la actualidad.
El informe pide aumentar la inversión pública y privada en los ODS, destacando la importancia de la reforma del sistema de bancos de desarrollo y que los países donantes –industrializados- cumplan sus compromisos en materia de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y financiación climática.
La AOD aumentó hasta alcanzar un máximo histórico en 2022, de 211 000 millones de dólares -frente a los 185 900 millones de 2021, pero gran parte del crecimiento provino de la ayuda a los refugiados que viven en países donantes, y la cantidad total es inadecuada para el desarrollo, según el informe de Desa.
Solo cuatro países cumplieron el objetivo de ayuda de la ONU, del 0,7 % del ingreso nacional bruto en 2022.
En segundo lugar, la actual arquitectura financiera internacional, establecida hace casi 80 años, “también debe rehacerse porque ya no es adecuada para su propósito, y los países en desarrollo deberían tener una mayor voz en la gobernanza económica global”, afirmó Mohammed.
Finalmente, los líderes mundiales “deben cerrar las brechas de credibilidad y los déficits de confianza”, planteó la responsable de la ONU.
Apuntó con ello a las naciones más ricas, que han hecho promesas sobre reformas de la gobernanza global, entrega de ayuda y reformas internas para abordar la corrupción y la desigualdad, incluida la desigualdad de género.
El informe alienta a los gobiernos a aprovechar al máximo las oportunidades de cambio que se presentarán en la Cumbre del Futuro, en la sede de la ONU en septiembre, y la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo, programada para el próximo año.
“Estamos realmente en una encrucijada y el tiempo se acaba. Los líderes deben ir más allá de la mera retórica y cumplir sus promesas. Sin una financiación adecuada, no se podrán cumplir los objetivos para 2030”, sentenció finalmente Mohammed.
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