ROMA – Casi 282 millones de personas en 59 países y territorios experimentaron altos niveles de hambre aguda en 2023, un aumento mundial de 24 millones con respecto al año anterior, indicó un informe divulgado este miércoles 24 por agencias del sistema de las Naciones Unidas.
Al presentar el Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que “esta crisis exige una respuesta urgente”, y pidió “utilizar los datos de este informe para transformar los sistemas alimentarios y abordar las causas subyacentes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición”.
El incremento en el número de personas con hambre aguda el último año se debe a la mayor cobertura del informe sobre los contextos de crisis, y al fuerte deterioro de la seguridad alimentaria, especialmente en la Franja de Gaza y Sudán, escenarios de conflictos armados hasta ahora imparables.
El informe fue elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Banco Mundial y otras entidades.
Durante cuatro años consecutivos la proporción de quienes enfrentan inseguridad alimentaria aguda se ha mantenido persistentemente alta en casi 22 % de las personas evaluadas, superando significativamente los niveles anteriores a la covid-19.
Los niños y las mujeres están en primera línea de estas crisis de hambre, con más de 36 millones de niños menores de 5 años gravemente desnutridos en 32 países, según muestra el informe, también suscrito por la Unión Europea, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (Fida).
Las agencias pidieron con urgencia “un enfoque transformador que integre la paz, la prevención y la acción de desarrollo junto con esfuerzos de emergencia a escala para romper el ciclo del hambre aguda que permanece en niveles inaceptablemente altos”.
En los análisis del grupo de agencias, 36 países han aparecido constantemente desde 2016, lo que refleja años continuos de hambre aguda, y actualmente representan 80 % por ciento de los más hambrientos del mundo.
En la clasificación internacional de cinco fases (desde Fase 1 con alimentación asegurada hasta Fase 5 de hambruna con riesgo de muerte), el informe registró aumento de un millón de personas que enfrentan emergencia (Fase 4) alimentaria aguda en 39 países y territorios, con el mayor incremento en Sudán.
En 2023, más de 705 000 personas se encontraban en el nivel de inseguridad alimentaria de catástrofe (Fase 5) y en riesgo de morir de hambre, la cifra más alta en la historia de informes de este tipo.
La situación actual en la Franja de Gaza, escenario de una ofensiva militar israelí tras el ataque de la milicia islamista Hamás el pasado octubre, da cuenta del 80 % de quienes enfrentan una hambruna inminente, junto con Sudán del Sur, Burkina Faso, Somalia y Malí.
Según las proyecciones para 2024, se prevé que alrededor de 1,1 millones de personas en la Franja de Gaza y 79 000 personas en Sudán del Sur se encuentren en catástrofe (Fase 5) para julio, lo que eleva la cantidad total de personas proyectadas en esta fase a casi 1,3 millones.
Al presentar la situación por regiones, el reporte muestra a 19,7 millones de personas encarando altos niveles de inseguridad alimentaria aguda en nueve países de América Latina y el Caribe: Bolivia, Colombia, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Perú y República Dominicana.
Son migrantes y refugiados entre 50 y 62 % de quienes encaran esa situación en Colombia, Ecuador y Perú, según el reporte. La inseguridad alimentaria también cubre a Bolivia y Venezuela, pero el reporte no incluyó sus cifras por considerar que los datos sobre esos países eran insuficientes para el estudio.
Hay 49,6 millones de personas en inseguridad alimentaria aguda en África central y del sur; 64,2 millones en África oriental; 44,3 millones en África occidental; 59,8 millones en Asia, y 36,7 millones en el Medio Oriente y Norte de África.
Los conflictos siguieron como el principal factor que afecta a 20 países con casi 135 millones de personas en inseguridad alimentaria aguda, y Sudán enfrentó el mayor deterioro debido al conflicto: 8,6 millones de personas más que en 2022.
Y los fenómenos meteorológicos extremos fueron los principales impulsores en 18 países, donde más de 77 millones de personas enfrentaban altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, en comparación con 12 países con 57 millones de personas en 2022.
En 2023, el mundo experimentó el año más caluroso registrado y las crisis relacionadas con el clima impactaron poblaciones, con episodios de graves inundaciones, tormentas, sequías, incendios forestales y brotes de plagas y enfermedades.
Las crisis económicas afectaron principalmente a 21 países, donde 75 millones de personas enfrentaban inseguridad alimentaria aguda, debido a su gran dependencia de alimentos e insumos agrícolas importados, y a desafíos macroeconómicos como la depreciación de su moneda, los altos precios y los elevados niveles de deuda.
El estudio del grupo de agencias concluye que para hacer frente a las crisis alimentarias persistentes se requiere una inversión nacional e internacional urgente a largo plazo, para transformar los sistemas alimentarios e impulsar el desarrollo agrícola y rural.
Asimismo, una mayor preparación para las crisis, y asistencia fundamental para salvar vidas a escala, donde la gente más la necesita.
“La paz y la prevención también deben convertirse en parte integral de la transformación a largo plazo de los sistemas alimentarios. Sin esto, la gente seguirá enfrentándose a una vida entera de hambre y los más vulnerables morirán”, sentenció la declaración.
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