NAIROBI – África es el continente que recibe más horas de luz solar. Pero incluso con 60 por ciento de los recursos solares del mundo, el continente tiene solo uno por ciento de la capacidad de generación solar, según la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Debido a los problemas de producción de energía y de infraestructuras, muchos países africanos sufren periódicamente apagones, caídas de tensión y un suministro eléctrico deficiente.
Después, la pandemia de covid-19 golpeó duramente a la economía mundial, y los precios de las materias primas se dispararon tras la invasión de Ucrania, dificultando aún más la compra de energía para los africanos más pobres.
Cada vez son más las empresas emergentes que ofrecen acceso a soluciones avanzadas de energía solar a la mayoría de la población africana. Aprovechando la energía solar y pasando a una energía limpia, los africanos pueden esperar importantes avances económicos y sociales en todo el continente.
La energía solar ilumina otras industrias
Con sede en Nairobi, la capital de Kenia, SunCulture ha recaudado más de 40 millones de dólares para equipar a los agricultores rurales con sistemas de riego alimentados por energía solar.
En lugar de depender de la lluvia o de los surtidores de gasóleo o gasolina, los agricultores pueden recurrir a sistemas solares, más baratos, que utilizan energías renovables y requieren un mantenimiento mínimo.
Una vez que la empresa instala un panel solar en lo alto de la casa del agricultor y lo conecta a una bomba de agua alimentada por batería, el sistema de riego puede cubrir hasta tres hectáreas.
La energía solar es especialmente atractiva por su impacto medioambiental positivo, su potencial de creación de empleo y su potencial de desarrollo económico», afirma Mikayla Czajkowski, jefa de personal de SunCulture.
«Las naciones africanas tienen un inmenso potencial para beneficiarse de la utilización de la energía solar, especialmente en regiones remotas e insuficientemente atendidas donde el acceso a la energía es limitado, y facilita la reducción de la huella de carbono del continente, haciendo una valiosa contribución a los esfuerzos mundiales para combatir el cambio climático», añadió Czajkowski.
En un estudio de impacto realizado entre los clientes de SunCulture, la empresa de medición 60 Decibels, una organización estadounidense que ofrece evaluaciones personalizadas, descubrió que SunCulture había aportado mejoras significativas.
Entre ellas, que 89 % de los pequeños agricultores mejoró su calidad de vida, 90 % aumentó su producción y 87 % incrementó sus ingresos.
Empresas emergentes ambiciosas
De hecho, a África no le faltan empresas emergentes enfocadas en la energía solar. Está, por ejemplo, GridX Africa, una empresa que ofrece energía solar sin conexión a la red a granjas, alojamientos de safari para turistas y proyectos de construcción en Kenia, Mozambique y Tanzania. O la empresa solar de pago por uso Bboxx y el promotor de energía solar y distribuidor de electricidad KarmSolar, con sede en Egipto, .
Pero aunque las ambiciones de estos emprendimientos solares son son loables, no es fácil alcanzar altos niveles de crecimiento.
Emily McAteer, fundadora y consejera delegada de Odyssey Energy Solutions, lleva más de una década trabajando en la financiación y construcción de proyectos de energía solar distribuida en África e India.
Su empresa ofrece soluciones tecnológicas y financieras para empresas de energías renovables distribuidas. En cada fase del desarrollo de un proyecto, se encontró con cuellos de botella que dificultan la expansión de empresas solares como la suya.
Al ofrecer herramientas para que los promotores de energía solar agrupen y presenten carteras de proyectos a las entidades financieras, las empresas pueden acceder al capital de forma más eficaz.
Para adquirir equipos de forma más eficaz, Odyssey agilizó el proceso de compra negociando directamente con los fabricantes de equipos originales para obtener mejores precios y garantías, y trabajando con los promotores para apoyar la cadena de suministro.
«Las operaciones y el mantenimiento, especialmente en zonas remotas, pueden ser un gran obstáculo», afirma McAteer. «Ofrecemos hardware y software que se instala sobre los activos solares para que los operadores y los inversores puedan obtener información detallada sobre el rendimiento y optimizar el rendimiento de sus sistemas», añade.
Las iniciativas globales necesitan capital catalizador
Más de 500 millones de personas viven en África sin acceso a la electricidad, según el informe Perspectivas Energéticas de África 2022 de la AIE.
Los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales han puesto en marcha muchos planes de alto perfil para impulsar el sector de la energía solar en los países africanos, con éxito desigual. El continente necesita una respuesta mundial para abordar un reto de esta inmensa envergadura.
Lanzada en 2012, la iniciativa Financiamiento de energía limpia entre Estados Unidos y África (US-Acef, en inglés) intentó compensar los costes de la fase inicial de desarrollo de proyectos de energía limpia, en un intento de atraer inversiones a estas empresas.
La energía solar es especialmente atractiva por su impacto medioambiental y económico positivo.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Para McAteer, el modelo US-Acef ha demostrado su eficacia. Ahora los innovadores necesitan mayores niveles de capital catalizador para seguir creciendo y cumplir el 7 Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por las Naciones Unidas, el de «Garantizar el acceso a una energía limpia y asequible».
La inversión anual de capital en energías renovables en los mercados emergentes debe alcanzar el billón de dólares al año para que el mundo alcance el objetivo de emisiones netas cero en 2050.
«US-Acef estableció el modelo de cómo la industria puede lograrlo», dijo McAteer. Ahora lo que falta es una inversión continuada por parte de financiadores públicos y privados», añadió.
Innovación en marcha en toda África
Hasta ahora, el US-Acef ha apoyado 32 proyectos, con inversiones específicas en Etiopía, Kenia, Marruecos, Namibia, Nigeria, Ruanda, Senegal, Sudáfrica, Tanzania y Uganda.
Nijhad Jamal, socio gerente de Equator, una empresa de capital riesgo en fase inicial centrada en la tecnología climática en el África subsahariana, coincide en que el sector de la energía solar en África se ha beneficiado enormemente del US-Acef.
«El impacto del US-Acef será mucho mayor con proyectos como la Alianza para la Electrificación Sanitaria, cuyo objetivo es electrificar más de 10.000 instalaciones sanitarias en África», afirma Jamal.
Añade que «la mayoría de los proyectos del US-Acef hacen hincapié en la sostenibilidad. En nuestra opinión, esto tendrá un impacto duradero en el sector de la energía solar».
NdR: Este artículo contó con el apoyo de Africa Renewal, revista digital de las Naciones Unidas que cubre la evolución económica, social y política de África.
T: MF / ED: EG