Máximo Crespín y su esposa Marlene Hernández, junto a su pequeña nieta, en su casa en el caserío Los Crespines. Este campesino es uno de los pocos productores que por decisión propia cosecha su caña de forma orgánica y sin usar madurantes, para no perjudicar al ambiente y la salud de las familias de su comunidad. Imagen: Edgardo Ayala / IPS

Máximo Crespín y su esposa Marlene Hernández, junto a su pequeña nieta, en su casa en el caserío Los Crespines. Este campesino es uno de los pocos productores que por decisión propia cosecha su caña de forma orgánica y sin usar madurantes, para no perjudicar al ambiente y la salud de las familias de su comunidad. Imagen: Edgardo Ayala / IPS

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