NACIONES UNIDAS – La continua devastación de Gaza por parte de Israel ha desencadenado acusaciones generalizadas de crímenes de guerra, genocidio, desplazamiento forzado, limpieza étnica, inanición como arma de guerra y asesinatos masivos de civiles -más de 22 000 en el último recuento- frente a los 1200 asesinatos perpetrados por Hamás.
Estas acusaciones han provocado crecientes demandas de intervención de la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, que ha permanecido en silencio mientras su fiscal Karim Khan es acusado de doble rasero y de jugar a la política.
La Asociación de la Prensa Extranjera (FPA, en inglés), con sede en Nueva York, afirmó que «con más de 20 000 palestinos muertos y zonas de Gaza convertidas en escombros, el fiscal de la CPI, Karim Khan, aún no ha investigado ni a Israel ni a Hamás por las muertes ocurridas el 7 de octubre y después de esa fecha, a pesar de su ejemplar celeridad contra (el presidente ruso) Vladimir Putin por los crímenes de guerra cometidos en Ucrania».
En un contexto geopolítico en el que Sudáfrica ha denunciado a Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por genocidio y Estados Unidos sigue apoyando firmemente la respuesta militar del gobierno de Benjamín Netanyahu, muchos esperan que la Corte Penal Internacional actúe, aunque sólo sea como advertencia a las partes.
Pero hasta ahora Karim Khan, el abogado británico que ejerce como fiscal de la CPI, no ha dado señales de actuar, lo que refuerza las acusaciones de «justicia de país rico», según la FPA.
Ian G Williams, autor, escritor, locutor y presidente de la FPA, dijo a IPS que Khan está abordando la acusación con toda la cautela de un sheriff en el viejo Alabama procesando a una turba de linchamiento del Ku Klux Klan.
“Con sus cómplices en Washington, ha hecho más de lo que nadie hubiera soñado para confirmar las sospechas del Sur global sobre la parcialidad de la justicia de la ONU», declaró Williams, expresidente de la Asociación de Corresponsales ante la ONU (Unca, en inglés).
Mouin Rabbani, coeditor de Jadaliyya, una revista electrónica independiente producida por el Instituto de Estudios Árabes, dijo a IPS que Khan ha demostrado constantemente que no es apto para el cargo de fiscal de la CPI.
“En un momento en que debería estar trabajando horas extras para hacer frente al déficit de legitimidad de la CPI, ha politizado el cargo mucho más allá de lo que su credibilidad puede soportar», afirmó.
Poco después de asumir su cargo, aseguró al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que solo daría prioridad a los casos que el Consejo remitiera a su oficina, e ignoraría de hecho otros, entre los que destacó Palestina y Afganistán.
“Cuando Rusia invadió Ucrania varios meses después, este modus operandi se esfumó y en menos de un año acusó al jefe de Estado de un miembro permanente del Consejo», dijo Rabbani.
Mientras tanto, añadió, trató la investigación sobre Palestina, mucho más antigua, como si no existiera.
“Khan, en otras palabras, ha demostrado sistemáticamente una adicción a complacer las prioridades del poder occidental”, afirmó.
Desde el 7 de octubre, dijo Rabbani, su doble rasero ha vuelto a ser visible: ha denunciado repetida y explícitamente a las organizaciones palestinas en los términos más enérgicos posibles, sugiriendo que ya ha llegado a conclusiones sobre su conducta, mientras que se niega a considerar una declaración similar con respecto a Israel y su conducta.
“Por el contrario, ha sugerido que el sistema judicial israelí, y no la CPI, es el lugar adecuado para exigir responsabilidades a los criminales de guerra israelíes, a pesar de que numerosas organizaciones de derechos humanos e investigaciones independientes han denunciado este sistema como una farsa”, denunció el especialista en asuntos árabes.
Para Rabanni, “es totalmente posible que Khan acuse solo a palestinos y deje que los sospechosos israelíes sean declarados inocentes por los tribunales israelíes”.
La negativa del fiscal de la CPI a investigar «la situación en Palestina» más allá de afirmar que existe una investigación sin ofrecer ninguna prueba de que se esté llevando a cabo activamente, fue de hecho citada por Sudáfrica en su presentación ante la Corte de Justicia Internacional de su planteamiento de investigación sobre un genocidio de Israel en Gaza.
Según Rabbani, es revelador que Khan haya guardado silencio sobre este caso y, de hecho, sobre otros crímenes israelíes.
“Khan se ha convertido en el principal facilitador de la impunidad israelí. De hecho, los dirigentes occidentales se muestran habitualmente reticentes cuando se les pregunta por los crímenes de guerra israelíes, alegando que son competencia de Khan, aunque saben perfectamente que Khan los considera competencia del fondo de su archivador”, aseguró
A juicio de Rabbani, la CPI seguirá siendo incapaz de perseguir los crímenes israelíes hasta que Khan sea sustituido por un fiscal comprometido a llevar a cabo el trabajo de acuerdo con su mandato y términos de referencia.
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El 9 de enero, Riyad Mansour, observador permanente del Estado de Palestina ante la ONU, se dirigió a los representantes de los 193 miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas para decirles: «Estoy aquí representando a un pueblo que está siendo masacrado, con familias asesinadas en su totalidad, hombres y mujeres tiroteados en las calles, miles de personas secuestradas, torturadas y humilladas, niños asesinados, amputados, huérfanos, marcados de por vida”.
“Ningún pueblo debería soportar esto. Esto debe terminar”, subrayó.
El mundo entero, señaló, está pidiendo un alto el fuego humanitario inmediato, 153 Estados de todo el planeta han votado a favor de un alto el fuego, las voces morales de nuestro tiempo han suplicado un alto el fuego, el secretario general y las Naciones Unidas han pedido un alto el fuego, las organizaciones humanitarias han instado a un alto el fuego.
Todos saben, insistió, que los horrores deben terminar y que la única manera de hacerlo es con un alto el fuego.
“Este asalto no tiene precedentes en la historia moderna en cuanto a la escala y el ritmo de los asesinatos de niños, de personal de la ONU, de equipos médicos y de rescate, de periodistas. Es una guerra de atrocidades. ¿Cómo se puede conciliar oponerse a estas atrocidades y vetar un llamamiento para poner fin a la guerra que está conduciendo a su comisión?”, inquirió Mansour.
Una mesa redonda de expertos convocada por Democracia para el Mundo Árabe Ahora (DAWN, en inglés) ha llegado a la conclusión de que el asalto a Gaza por parte de Israel, que incluye la matanza masiva de al menos 22 000 civiles y el desplazamiento forzoso de casi 1,9 millones de palestinos.
También se ha producido la privación de elementos esenciales como el agua y la electricidad, y la denegación de acceso a la ayuda humanitaria, junto con las declaraciones explícitas de intención de los funcionarios israelíes de destruir a la población de Gaza.
Eso equivale probablemente a genocidio según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
«El análisis pericial de las declaraciones del gobierno israelí que revelan su intención de destruir a los palestinos de Gaza, junto con las acciones militares sobre el terreno, como los homicidios en masa, los desplazamientos forzosos y la privación de artículos esenciales para la vida en Gaza, sugieren que se está cometiendo un delito de genocidio contra la población palestina», ha declarado Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de DAWN.
Mientras tanto, la CPI afirma que investiga y, cuando está justificado, juzga a las personas acusadas de los crímenes más graves que preocupan a la comunidad internacional: genocidio, crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y crimen de agresión. Como tribunal de última instancia, pretende complementar, no sustituir, a los tribunales nacionales, y se rige por un tratado internacional denominado Estatuto de Roma.
Hay 123 países miembros, pero decenas de gobiernos no son partes de la CPI, entre ellos China, India, Rusia y Estados Unidos, así como Israel.
La CPI cuenta con más de 900 funcionarios procedentes de unos 100 Estados y tiene seis lenguas oficiales: Inglés, francés, árabe, chino, ruso y español. Pero las dos lenguas de trabajo son el inglés y el francés.
Según la CPI, hasta ahora se han presentado 31 casos ante la Corte, y en algunos de ellos hay más de un sospechoso. Los jueces de la CPI han emitido 40 órdenes de detención: 21 personas han sido detenidas en el centro de detención de la CPI y han comparecido ante la Corte. 15 personas siguen en libertad. Se han retirado los cargos contra 7 personas debido a su fallecimiento.
Los jueces de la CPI también han dictado 10 condenas y cuatro absoluciones, además de emitir nueve órdenes de comparecencia.
T: MF / ED; EG