GINEBRA – La ayuda humanitaria está llegando a Gaza, pero “muy poca, demasiado tarde”, y la búsqueda de comida es desesperada, advirtieron responsables de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde ese territorio palestino bajo un masivo ataque del ejército israelí desde hace tres meses.
Sean Casey, coordinador de los equipos médicos de emergencia de la OMS, dijo que “la situación alimentaria en el norte (de la Franja de Gaza) es absolutamente horrible, casi no hay comida disponible. Las personas se nos acercan y preguntan: ¿Dónde, dónde está la comida?”.
“La gente nos ayuda a hacer llegar nuestros suministros médicos. Pero constantemente nos dicen que tenemos que regresar con comida”, narró Casey a periodistas en esta ciudad suiza a través de un vídeo desde Rafah, sur de Gaza.
Israel ha avanzado con sus operaciones militares desde el norte hacia el sur de esta franja a orillas del Mediterráneo oriental, de 365 kilómetros cuadrados y 2,3 millones de habitantes, de los cuales 1,9 millones han debido abandonar sus hogares.
Según el Ministerio de Salud gazatí han muerto 23 210 personas, y unas 59 000 han resultado heridas, desde que Israel lanzó su ofensiva en respuesta a la incursión el 7 de octubre, desde Gaza, de la milicia islámica Hamás.
Esa operación sobre el sur de Israel dejó 1200 muertos y unos 240 secuestrados, la mitad de los cuales aún son rehenes, según fuentes israelíes.
“Al cabo de 90 días de infierno, Gaza simplemente se ha vuelto inhabitable. Esta guerra nunca debería haber comenzado. Pero ya es hora de que termine”: Martin Griffiths.
La ofensiva israelí ha desplazado y aislado a 85 % de la población civil gazatí, privada de servicios esenciales como agua, alimentos y electricidad, y agencias humanitarias procuran llegar con auxilios de salud y alimentación.
Sin tregua en los combates entre fuerzas israelíes y de Hamás, la OMS pidió mejores accesos a través de corredores humanitarios, pues la ayuda que entra desde el sur fronterizo con Egipto es “demasiado poca y llega demasiado tarde”, según dijo Rik Peeperkorn, su representante para el Territorio Palestino Ocupado.
“Incluso si no hay un alto el fuego, se esperaría que los corredores humanitarios funcionaran de manera mucho más sostenida de lo que está sucediendo ahora”, dijo Peeperkorn.
Además de llevar más suministros esenciales a Gaza, lo que también se necesita con urgencia es facilitar el movimiento de la ayuda de las agencias de la ONU y de los trabajadores humanitarios dentro del enclave, “para que podamos llegar a las personas dondequiera que estén”, agregó Peeperkorn.
Esos trabajadores huyen para salvar sus vidas y “la restricción del flujo de suministros y el acceso y la evacuación del personal médico de muchos hospitales, debido a temores por la seguridad, son una receta para el desastre y harán que más hospitales dejen de funcionar, como se vio en el norte”, expuso Peeperkorn.
Por su parte, la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha) informó que la intensificación de la ofensiva en el centro y el sur de Gaza aumenta las víctimas civiles y tiene “consecuencias devastadoras” para decenas de miles de personas que ya habían huido desde el norte.
Los almacenes, centros de distribución, centros de salud y refugios de la ONU se encuentran dentro de áreas sobre las que las autoridades israelíes han emitido recientemente órdenes de evacuación.
Varias panaderías que contaban con apoyo de la ONU se vieron obligadas a cerrar sus operaciones como resultado de los combates, y tres hospitales en Deir al Balah y Khan Younis (centro y sur) corren el riesgo de cerrar debido a las órdenes de evacuación en zonas cercanas y a los enfrentamientos armados.
Martin Griffiths, secretario general adjunto de la ONU a cargo de la Ocha, dijo que “es hora de que las partes cumplan todas sus obligaciones en virtud del derecho internacional, incluida la de proteger a los civiles y satisfacer sus necesidades esenciales, y liberar a todos los rehenes de inmediato”.
“Es hora de que la comunidad internacional utilice toda su influencia para que esto suceda”, dijo Griffiths, y concluyó expresando que “al cabo de 90 días de infierno, Gaza simplemente se ha vuelto inhabitable. Esta guerra nunca debería haber comenzado. Pero ya es hora de que termine”.
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