NUEVA YORK – Al menos 320 periodistas estaban encarcelados por su trabajo en todo el mundo al cierre de 2023, con la novedad de que Israel se sumó al grupo de países más criticados por llevar comunicadores a la cárcel, indicó un informe del estadounidense Comité para la Protección de Periodistas (CPJ en inglés).
“Nuestra investigación muestra cuán arraigado está el autoritarismo a nivel mundial, con gobiernos envalentonados para eliminar los informes críticos e impedir la rendición pública de cuentas”, dijo Jodie Ginsberg, directora ejecutiva del CPJ.
Israel tenía a fecha del 1 de diciembre de 2023 a 17 periodistas presos, fruto de la “detención administrativa” que permite a una autoridad militar practicar detenciones sin cargos y extender los encarcelamientos de modo indefinido, con el argumento de que previenen así posibles delitos futuros, recordó el CPJ.
En 2023, los cinco grandes encarceladores de periodistas eran China (44 tras las rejas), Myanmar (43), Bielorrusia (28), Rusia (22) y Vietnam (19).
La destacada presencia israelí en el listado “es la prueba de que una norma democrática básica como es la libertad de prensa se desvanece mientras Israel aplica métodos draconianos para silenciar a los periodistas palestinos”, dijo Ginsberg.
El CPJ destacó que su clasificación se produce cuando más de 80 periodistas han sido asesinados desde que comenzó la guerra entre Israel y Gaza el 7 de octubre.
En América Latina el número de periodistas tras las rejas debido a su labor es bajo –en Cuba, Guatemala y Nicaragua, uno en cada país- pero en un clima de amenazas a los medios que ha forzado al exilio a un gran número de comunicadores.
El CPJ destacó el caso de José Rubén Zamora, editor de elPeriódico de Guatemala, que debió cerrar el año pasado, preso a pesar de que un tribunal anuló su condena por lavado de dinero en junio de 2023.
En Nicaragua el periodista independiente Víctor Ticay cumple una pena de ocho años de prisión, “bajo acusaciones de noticias falsas que encajan en un patrón de acoso legal, intimidación y cargos criminales a medida que el presidente Daniel Ortega intensifica esfuerzos de reprimir la libertad de expresión”, según el CPJ.
El informe sostiene que en un mundo donde los periodistas son vilipendiados habitualmente por los líderes políticos, la mayoría de los periodistas incluidos en el censo enfrentan cargos de actividades antiestatales, como noticias falsas y terrorismo, en represalia por su cobertura crítica.
No obstante, más de 60 periodistas en todo el mundo estaban detenidos sin que se revelara ningún cargo.
Las detenciones preventivas prolongadas y los tratos crueles son comunes, mientras que algunos gobiernos, como Rusia y Etiopía, incluso han perseguido a periodistas a través de sus fronteras, recuerda el CPJ.
En Vietnam, Egipto y otros países, después de su liberación los periodistas continúan enfrentándose a prohibiciones de viajar y otras medidas que restringen su libertad.
Asia sigue siendo la región con el mayor número de periodistas encarcelados, y además de los principales carceleros (China, Myanmar y Vietnam), también hubo periodistas tras las rejas en India, Afganistán y Filipinas.
Según el reporte, “la censura generalizada en China, que durante años ha sido uno de los peores encarceladores de periodistas, hace que sea notoriamente difícil determinar el número exacto de periodistas encarcelados allí”.
Para el CPJ “Rusia se ha vuelto experta en encarcelar a periodistas extranjeros”, pues allí están 12 de los comunicadores extranjeros encarcelados en algún otro país.
En África subsahariana el número de periodistas encarcelados pasó de 31 a 47 en un año, mientras que en el Medio Oriente destaca una disminución de casos en Irán, desde su designación como el mayor encarcelador de periodistas en 2022.
Muchos de los 62 periodistas detenidos en ese año, en el marco de las protestas por la muerte en la cárcel la joven Mahsa Amini –detenida por supuestamente llevar de modo indebido el velo islámico- fueron puestos en libertad bajo fianza a la espera de que se les formulen cargos definitivos o se les sentencie.
Ginsberg dijo que en 2024 “un año electoral excepcional –comicios en más de 50 países-, con miles de millones de personas acudiendo a las urnas en todo el mundo, cualquier otra cosa es un flaco favor a la democracia y nos perjudica a todos”.
“En todo el mundo hemos llegado a un momento crítico. Necesitamos poner fin a la utilización de leyes que silencian la información, y garantizar que los periodistas sean libres de informar”, concluyó la responsable del CPJ.
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