KUALA LUMPUR – La ayuda del Banco Mundial alienta a los gobiernos a permitir salidas financieras ilícitas a paraísos fiscales mediante la reducción de los controles de capital, drenando así preciosas divisas y recursos gubernamentales.
Ayuda a la riqueza de las élites
Los desembolsos de ayuda a países muy dependientes de ella coinciden con fuertes aumentos de los depósitos bancarios en centros financieros extraterritoriales conocidos por el secreto bancario y la gestión de patrimonios privados.
Utilizando datos del Banco de Pagos Internacionales (BPI), Jørgen Juel Andersen, Niels Johannesen y Bob Rijkers descubrieron tendencias que sugieren una acumulación de riqueza en el extranjero por parte de las élites nacionales que coincide con los desembolsos de ayuda del Banco Mundial.
Las fugas de capital siguen a las entradas de ayuda, aparentemente captadas por los políticos gobernantes, los burócratas y sus compinches. En los 22 países más dependientes de la ayuda del Banco Mundial, los desembolsos de ayuda coinciden con un aumento de los depósitos en cuentas bancarias extranjeras en paraísos fiscales .
Las élites nacionales acaparan la ayuda del Banco Mundial a los países pobres en desarrollo. Estas fugas alcanzaron a 7,5 % de los flujos de entrada, aumentando con la dependencia de la ayuda. Anteriormente, las fugas de rentas del petróleo a paraísos fiscales secretos se estimaban en 15 %.
Los desembolsos del Banco Mundial, que representan una parte modesta de toda la ayuda, superan por término medio 2 % del producto interno bruto (PIB) anual de los países de renta baja. En coincidencia con los desembolsos del Banco de al menos 1 % del PIB, las fugas de 46 países aumentaron los depósitos en paraísos en 3,4 %.
Pero a partir de un umbral de 3 % del PIB, ¡las fugas de siete países aumentaron hasta 15 %!
Las élites captan la ayuda
La opinión generalizada es que la ayuda fomenta el desarrollo económico de los países más pobres, pero algunos no están muy de acuerdo. Muchos creen que la eficacia de la ayuda depende de las instituciones y políticas de los países receptores, y algunos advierten de que las élites corruptas de esos países pueden capturar la ayuda recibida.
Muchos sospechan que las élites que captan la ayuda, o los fondos liberados por la ayuda, ocultan sus ganancias mal habidas en cuentas privadas en paraísos fiscales. Algunos países receptores de ayuda exterior son bastante corruptos, y las entradas de ayuda son captadas por los políticos gobernantes y sus compinches.
Hay muchas pruebas de que las grandes cantidades de ayuda fomentan la corrupción y de que los proyectos de desarrollo fracasan debido a la codicia de las élites. Los países más pobres reciben supuestamente la mayor parte de la ayuda, pero a menudo es un hecho que son los peor gobernados.
El estudio muestra que la ayuda del Banco Mundial no ha sido mejor que el de otras instituciones, lo que ha supuesto una carga adicional para los países y las poblaciones pobres.
Sus datos no permiten identificar a los implicados ni a los mecanismos utilizados. No obstante, concluye que los beneficiarios pertenecen a las élites económicas, y otros estudios muestran que las cuentas bancarias en paraísos fiscales se concentran abrumadoramente en lo más alto de la distribución de la riqueza.
Salidas ilícitas permitidas
La captación de la ayuda por parte de las élites gobernantes ayuda a explicar su desvío al extranjero, cómo esos fondos acaban en paraísos fiscales y el consiguiente aumento de los flujos ilícitos. De ahí que el gran aumento de las cuentas bancarias en paraísos fiscales coincida con los desembolsos de la ayuda.
Estos abusos empeoran cuando los países son más corruptos y tienen controles y equilibrios menos eficaces. Como era de esperar, los flujos hacia los paraísos son mayores cuando los proyectos fracasan, lo que sugiere la responsabilidad de las élites en dichos fracasos.
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Por el contrario, hay menos fugas a los paraísos cuando la contratación se hace a contratistas locales. Cuando los impuestos pueden evadirse fácilmente sin utilizar cuentas en paraísos fiscales, y es poco probable que se penalicen esos abusos, los flujos hacia los paraísos se vuelven innecesarios y disminuyen.
La ayuda exterior también se ha utilizado para conseguir que los gobiernos reduzcan los controles de capital. Aunque esos controles están asegurados por las normas del Fondo Monetario Internacional y (FMI) y otras instituciones de Bretton Woods, de hecho esas reglas se han erosionado desde la década de los años 90. Afirman que así garantizarán las entradas netas, cuando todo indica que sucede lo contrario.
La reducción de los controles de capital permite e impulsa las salidas ilícitas de capital al reducir las barreras de salida. Dichas salidas han superado con creces las entradas de ayuda del Banco Mundial, agotando los valiosos recursos en divisas del gobierno.
El estudio subestima las salidas
El estudio intenta minimizar otros factores que influyen en las entradas de ayuda y las salidas financieras. Excluye los casos en que las guerras, las catástrofes naturales, las crisis financieras, las subidas del precio del petróleo y la volatilidad de los tipos de cambio desencadenaron tales flujos.
El estudio solo cubre las fugas de las ayudas del Banco Mundial desviadas a paraísos fiscales. Tampoco se contabilizan los gastos en bienes inmuebles, artículos de lujo, proyectos favoritos y salidas de fondos a través de intermediarios extraterritoriales que ayudan a ocultar y blanquear activos. Además de ignorar tales salidas, también descarta otras posibles causas.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación filtró datos sobre sociedades extraterritoriales, especialmente los Papeles de Panamá, que mostraban muchos paraísos fiscales secretos utilizados para ocultar salidas ilícitas, especialmente en Suiza y Luxemburgo.
La transparencia financiera ha mejorado significativamente, con más información sobre los centros financieros extraterritoriales desde 2009. Pero esta mayor transparencia no ha frenado los flujos ilícitos, incluida la acumulación de riqueza en paraísos fiscales procedente de la ayuda.
Como era de esperar, los países más corruptos, con menos contratación local y más proyectos fallidos han generado más flujos de salida, vale decir, más fugas. Pero el estudio sugiere que un mayor seguimiento y control por parte de los donantes puede haber reducido las tasas de fuga de la ayuda en comparación con la extracción de recursos naturales.
Un insulto más
Ya es bastante malo que el Banco Mundial permita la sustracción de recursos financieros escasos por parte de élites influyentes. Pero todavía peor es que el Banco haya exigido o aconsejado tales reformas a pesar de conocer de antemano sus posibles consecuencias perniciosas.
Para colmo, se culpa a los propios países pobres de tales abusos y sus consecuencias. Como era de esperar, las élites beneficiarias son los aliados políticos y económicos de quienes controlan el Banco y sus políticas.
Estas mismas élites han contraído mucha deuda en nombre de sus países y pueblos. Pero gran parte de la deuda basada en el mercado se agotó cuando la estadounidense Reserva Federal, el Banco Central Europeo y otros aumentaron bruscamente las tasas de interés a partir de 2022.
Así, la mayoría de los países pobres se enfrentan a unas condiciones de crédito en el mercado muy duras ante las enormes contracciones económicas internacionales debidas a las políticas aplicadas por Estados Unidos y sus aliados europeos.
T: MF / ED: EG