Los pescadores pierden las redes alcanzadas por el crudo derramado en el lago de Maracaibo. Los derrames les hacen perder jornadas de trabajo, dañan sus botes y artes de pesca, dejan de percibir ingresos y de proveer alimentos nutritivos y aumentan a las poblaciones ribereñas. Imagen: Cortesía de Winton Medina