NACIONES UNIDAS – La matanza de miles de civiles en el actual conflicto de Medio Oriente es en gran medida el resultado de una batalla desigual: un Israel con armas nucleares, equipado con algunos de los sistemas de armamento estadounidenses más sofisticados, que lucha contra un grupo heterogéneo de militantes, Hamás.
En este contexto, una destacada organización de derechos humanos hace un llamamiento a los principales aliados de Israel -entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Alemania- para que suspendan la asistencia militar y la venta de armas a Israel «mientras sus fuerzas cometan impunemente abusos graves y generalizados, equivalentes a crímenes de guerra, contra civiles palestinos».
Irán y otros gobiernos, afirma Human Rights Watch (HRW), con su oficina central en Nueva York, también deberían dejar de suministrar armas a los grupos armados palestinos, incluidos Hamás y la Yihad Islámica, mientras cometan sistemáticamente ataques equivalentes a crímenes de guerra contra civiles israelíes.
Pero los asesinatos cometidos por los israelíes superan con creces a los cometidos por Hamás, según cálculos conservadores. Desde el 7 de octubre han muerto unos 1400 israelíes y otros ciudadanos, y más de 10 000 palestinos, 40 % de ellos niños.
«Se está castigando y asesinando a civiles a una escala sin precedentes en la historia reciente de Israel y Palestina», afirmó Bruno Stagno, jefe de incidencia política de HRW. «Estados Unidos, Irán y otros gobiernos se arriesgan a ser cómplices de graves abusos si continúan proporcionando ayuda militar a violadores conocidos», añadió.
Kenneth Roth, exdirector ejecutivo de HRW, fue citado diciendo que el hecho de que Israel lanzara varias bombas de gran tamaño en medio de un campo de refugiados densamente poblado iba a provocar de forma completa y previsible una pérdida significativa y desproporcionada de vidas civiles y, por tanto, un crimen de guerra.
Describiendo al ejército de Israel «como parte de la maquinaria de guerra de Estados Unidos», Norman Solomon, director nacional de RootsAction y director ejecutivo del Instituto para la Exactitud Pública, dijo a IPS que la sólida alianza de cimientos entre Israel y Estados Unidos ha asegurado la continuación de un acuerdo de 10 años que garantiza 38 000 millones de dólares en ayuda militar estadounidense a Israel.
Y ahora, mientras continúa la matanza en Gaza, señaló, Washington se apresura a proporcionar ayuda militar adicional por valor de 14 000 millones de dólares.
Durante las últimas semanas, dijo, el «derecho internacional humanitario» ha sido una frase común del presidente Joe Biden al expresar su apoyo a las acciones militares de Israel.
“Es un absurdo orwelliano, como si decir esas palabras fuera suficiente, mientras se ayuda constantemente a Israel a violar el derecho internacional humanitario de numerosas maneras”, afirmó Solomon.
HRW afirmó que las futuras transferencias militares a Israel ante las continuas y graves violaciones de las leyes de la guerra corren el riesgo de convertir a Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Alemania en cómplices de estos abusos si contribuyen a ellos de forma consciente y significativa.
El suministro de armas a los grupos armados palestinos, dados sus continuos ataques ilegales, corre el riesgo de convertir a Irán en cómplice de esas violaciones.
Biden ha solicitado 14 300 millones de dólares para más armas a Israel, que se suman a los 3800 millones de ayuda militar estadounidense que Israel recibe anualmente.
El 2 de noviembre, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que proporcionaría esa ayuda militar a Israel.
Desde el 7 de octubre, cuando se produjo el ataque terrorista de Hamás contra Israel, que llevó a Tel Aviv a una represalia bélica inclemente contra Gaza, Estados Unidos ha transferido o anunciado que tiene previsto transferir bombas de pequeño diámetro, kits para municiones de ataque directo conjunto, proyectiles de artillería de 155 mm y un millón de cartuchos de munición, entre otras armas.
El Reino Unido ha autorizado la venta de armas por valor de 539 millones de dólares a las fuerzas israelíes desde 2015, incluidos aviones, bombas y munición. Canadá exportó 33 millones de dólares en armas en 2021 y 2022. Alemania emitió licencias por 916 millones de dólares en ventas de armas a Israel entre 2015 y 2019, según datos suministrados por HRW.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Los dirigentes de Hamás declararon públicamente en enero de 2022 que habían recibido al menos 70 millones de dólares estadounidenses en ayuda militar de Irán, pero no especificaron durante qué periodo de tiempo se proporcionó esta ayuda.
«¿Cuántas vidas civiles más deben perderse, cuánto más deben sufrir los civiles como consecuencia de los crímenes de guerra antes de que los países que suministran armas a Israel y a los grupos armados palestinos tiren del carro y eviten ser cómplices de estas atrocidades?», dijo Stagno.
Naciones Unidas describió en su día las muertes y la destrucción en la guerra civil de Yemen, que dura ya ocho años, como «el peor desastre humanitario del mundo».
Las matanzas, en su mayoría de civiles, se han estimado en más de 100 000, con acusaciones de crímenes de guerra contra una coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, cuyo principal proveedor de armas es Estados Unidos.
Y ahora, las matanzas de palestinos en Gaza han vuelto a colocar a los estadounidenses en una nueva zona de guerra.
Pero incluso así, es improbable que Estados Unidos sea llevado ante la Corte Penal Internacional (CPI), ni que sea acusado por abusos contra los derechos humanos, torturas y crímenes de guerra cometidos en Afganistán e Irak en una época pasada.
«Si a los funcionarios estadounidenses no les importan los civiles palestinos que se enfrentan a atrocidades con armas estadounidenses, quizá les importe un poco más su propia responsabilidad penal individual por ayudar a Israel a llevar a cabo estas atrocidades», ha declarado Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de Democracia para el Mundo Árabe Ahora (DAWN, en inglés), una organización estadounidense que promueve la democracia y los derechos humanos en Medio Oriente.
«El pueblo estadounidense nunca firmó para ayudar a Israel a cometer crímenes de guerra contra civiles indefensos con bombas y artillería financiadas por los contribuyentes», señaló.
En octubre, Josh Paul, funcionario de larga trayectoria en la oficina político-militar del Departamento de Estado, dimitió por lo que, en su opinión, era un apoyo inmoral de Estados Unidos y una ayuda letal a los bombardeos de Israel en Gaza.
Según el estadounidense Departamento de Estado, Israel ha sido designado Aliado Mayor No OTAN por la legislación estadounidense. Este estatus proporciona a los socios extranjeros ciertos beneficios en las áreas de comercio de defensa y cooperación en seguridad y es un poderoso símbolo de su estrecha relación con Wahington.
En consonancia con los requisitos legales, la política de Estados Unidos es ayudar a Israel a preservar su ventaja militar cualitativa (QME, en inglés), o su capacidad para contrarrestar y derrotar cualquier amenaza militar convencional creíble de cualquier Estado individual o posible coalición de Estados o de actores no estatales, sufriendo daños y bajas mínimas.
Esto requiere un informe cuatrienal al Congreso, para las transferencias de armas que deben ser notificadas al Congreso, y la determinación de que las transferencias individuales de armas a la región no afectarán negativamente a la QME de Israel.
Para reforzar aún más su relación militar, Estados Unidos e Israel han firmado múltiples acuerdos bilaterales de cooperación en materia de defensa, entre ellos: un Acuerdo de Asistencia para la Defensa Mutua (1952); un Acuerdo General de Seguridad de la Información (1982); un Acuerdo de Apoyo Logístico Mutuo (1991); y un Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas (1994).
T: MF / ED: EG