NACIONES UNIDAS – El aumento del autoritarismo en todo el mundo ha llevado a una coalición de más de 85 organizaciones de la sociedad civil a pedir al Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, que designe un Relator especial, un experto independiente de la ONU, para proteger la democracia y revertir su declive.
El llamado conjunto se produce antes del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se conmemorará el 10 de diciembre de 2023.
Andreas Bummel, director ejecutivo de Democracia Sin Fronteras, dijo a IPS que el Relator propuesto no tiene por qué emitir juicios generales sobre si un país está gobernado democráticamente o no.
Pero será útil que el Relator identifique deficiencias democráticas específicas basándose en los principios que la ONU ha establecido hasta ahora, señaló
Por ejemplo, la existencia de un sistema pluralista de partidos políticos es uno de esos principios. Obviamente, los Estados que se rigen por regímenes unipartidistas están en contradicción con este principio.
Aparte de las deficiencias, el Relator también debe tratar de identificar las mejores prácticas, o en otras palabras, dónde funciona muy bien la democracia y por qué, para que otros puedan aprender de ello, dijo Bummel.
“La democracia es un derecho humano y los derechos humanos dependen de la democracia. La ONU no puede seguir mirando hacia otro lado mientras este derecho se niega, socava y debilita en muchos países del mundo. Se necesita urgentemente un Relator de la ONU para la Democracia”, argumentó,
En cuanto a qué países se enfrentan a desafíos, el Relator puede basarse en evaluaciones internacionales como las realizadas por dos instituciones suecas: el Instituto Variedades de la Democracia (V-Dem) o el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (Idea), una organización intergubernamental que trabaja para apoyar y fortalecer las instituciones y los procesos democráticos en todo el mundo.
Según el último informe de Idea Internacional, presentado a principios de este mes, el mayor declive democrático de los últimos años se observó en Benín, Bielorrusia, El Salvador, Afganistán y Myanmar, entre otros.
Siria, Corea del Norte y China figuran entre los países más autocráticos, según la organización V-Dem, que opera dentro de la sueca Universidad de Gotemburgo.
En la actualidad, dos de las mayores democracias del mundo son India (1400 millones de habitantes) y Estados Unidos (332 millones).
India ocupa el puesto 108 en el Índice de Democracia Electoral del Reporte de la Democracia 2023, elaborado por V-Dem. Estados Unidos, descrito como una democracia defectuosa, ocupa el puesto 30 del mundo. A la cabeza del índice de democracia se encuentra Noruega, en el puesto número uno, seguida de Nueva Zelanda, Finlandia y Suecia.
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Joe Biden ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020, pero su rival Donald Trump se ha negado a reconocer su derrota, haciendo falsas acusaciones de que la votación estaba amañada, lo que provocó un ataque de sus partidarios contra la sede del legislativo Congreso en el Capitolio, el 6 de enero de 2021.
Las acusaciones de «elecciones robadas» también han socavado la democracia en Estados Unidos.
En un artículo del 21 de noviembre de este año, el diario The New York Times afirmaba que Trump, que actualmente es el principal candidato republicano a las elecciones presidenciales de 2024, “ha utilizado un lenguaje que recuerda a los líderes totalitarios que subieron al poder en Alemania e Italia en la década de 1930”, degradando a sus adversarios políticos como «alimañas» que necesitan ser «extirpadas de raíz”.
Según el Times, la retórica de Trump ha hecho sonar nuevas alarmas entre los expertos en autocracia, preocupados desde hace tiempo por sus elogios a dictadores extranjeros y su desdén por los ideales democráticos, todo lo cual se pondrá de manifiesto si vuelve al poder.
Mientras tanto, la última epidemia de golpes de Estado en África, incluidos los golpes militares de Mali, Burkina Faso, Níger y Gabón, también ha suscitado la inevitable pregunta: ¿Está en retirada la democracia multipartidista?
El Barómetro de la Sociedad Abierta, una encuesta mundial anual de Open Society Foundations, lanzada el pasado mes de septiembre, refleja los aspectos positivos y negativos de la democracia en los Estados en todo el mundo.
La encuesta concluye que los jóvenes de todo el mundo, los aglutinados en la Generación Z y milenial,»tienen menos fe en la democracia que cualquier otro grupo de edad, lo que representa una grave amenaza para su futuro».
Más de un tercio (35 %) de los encuestados de entre 18 y 35 años apoyan a un líder fuerte que suprima el parlamento y las elecciones.
Una alta minoría de los jóvenes encuestados (42 %) cree que el gobierno militar es una buena forma de dirigir un país. Un número algo más bajo (35 %) opina que tener un líder fuerte que no se moleste en celebrar elecciones o consultar al parlamento es una buena forma de gobernar un país.
Hay además 20 % que apoya el régimen militar y 26 % que está a favor de un líder fuerte de más de 56 años.
Según la declaración de la coalición de oenegés, «la democracia está amenazada y el autoritarismo va en aumento». En esta situación, la ONU «necesita hacer más para fortalecer los derechos humanos y la democracia», dice la declaración colectiva.
La declaración señala que el nuevo mandato puede basarse en resoluciones de la ONU que identifiquen y apoyen los principios democráticos. Esto incluye el «principio democrático central» de que «la autoridad pública debe derivar de la voluntad del pueblo», expresado en el Artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En un momento en que la democracia se ve desafiada por las autocracias y socavada en muchas democracias, la propuesta de un Relator de la ONU sobre Democracia merece una consideración urgente y seria.
«El proyecto V-Dem y su Comité Directivo la respaldan plenamente», declaró el politólogo Staffan Lindberg, director de V-Dem.
Natalie Samarasinghe, directora mundial de Incidencia Política de Open Society Foundations, afirmó que la gente cree en la democracia. Pero sus esperanzas se ven aplastadas cuando los Estados no cumplen y pisotean las normas que nos protegen.
“En un momento de crisis y de discursos controvertidos, la ONU debe utilizar todas las herramientas posibles para empoderar a la gente: un Relator Especial sobre Democracia sería un buen comienzo”, afirmó.
Rebecca A. Shoot, directora ejecutiva de Citizens for Global Solutions, consideró que la democracia es un derecho humano fundamental que no puede darse por sentado en ningún rincón del mundo.
“En los últimos años, hemos visto retrocesos, erosión e invasión autoritaria contra los que los defensores de la democracia han luchado valientemente en todo el mundo. No deben estar solos”, resumió.
El sistema de relatores especiales de la ONU es una herramienta inestimable para promover los derechos humanos. Es hora de que este poderoso mecanismo se despliegue en apoyo de la democracia, sentenció.
T: MF / ED: EG