El monocultivo de la caña, impulsado por familias que han invadido y acaparado tierras en la zona costera del Bajo Lempa, en el sur de El Salvador, ha dañado el frágil ecosistema del territorio, pues fomenta el uso intensivo de agroquímicos y de la quema de cañaverales, que muchas veces alcanzan los cultivos de las comunidades asentadas en las riberas del río. Imagen: Edgardo Ayala / IPS