Personas LGBT mayores afrontan riesgos de más discriminación

Las personas que llegan a la intersección entre la vejez y el hecho de ser LGBT pueden sufrir discriminación y violencia, lo que a su vez conduce a mayores tasas de depresión, ansiedad, demencia y otras condiciones de salud mental. Expertos de la ONU piden a los Estados producir medidas que les garanticen el disfrute de sus derechos humanos. Imagen: Gobierno de México

GINEBRA – Las personas mayores LGBT encaran más riesgos de sufrir violencia y discriminación, y los Estados deben tomar las medidas necesarias para abordar esos impactos, dijeron en una declaración tres expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas.

“Al encontrarse en la intersección entre la vejez y el hecho de ser LGBT, se enfrentan a una situación complicada, y eso eleva el riesgo de mayor discriminación, exclusión social y violencia”, apunta la declaración sobre esas personas del colectivo de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales.

El texto dice que desafíos específicos que enfrentan incluyen “llevar sus vidas en el contexto de estereotipos sociales negativos y suposiciones sobre su salud física y mental, su sexualidad y vida sexual, su capacidad para contribuir a la sociedad, a sus familias y comunidades”.

Las experiencias de discriminación y estigma agravados a lo largo de sus vidas pueden conducir a mayores tasas de depresión, ansiedad, demencia y otras condiciones de salud mental en la vejez, según el reporte.

A menudo, esas condiciones son agravadas por el aislamiento social y la soledad, si viven en un entorno social que no los acepta, agregaron los expertos, que trabajan por designación del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con sede en esta ciudad suiza.

Ellos son Víctor Madrigal-Borloz (Costa Rica), a cargo del tema violencia y discriminación por orientación sexual e identidad de género, Claudia Mahler (Austria), del área de derechos de las personas mayores, y Tlaleng Mofokeng (Sudáfrica), sobre el derecho al más alto nivel posible de salud física y mental.

Señalaron que los supuestos sociales de género crean barreras importantes para el acceso a la salud, incluida la atención menopáusica y ginecológica para lesbianas mayores y hombres trans.

Además, son causa de preocupaciones de salud diferenciadas para hombres homosexuales negros, y agrandamiento y cáncer de próstata para mujeres trans.

También el estigma y los prejuicios afectan el reconocimiento de necesidades como el síndrome perimenopáusico, la disfunción eréctil, la disminución de la libido, la sequedad vaginal, las relaciones sexuales dolorosas y la disfunción sexual.

La pérdida de memoria y la confusión asociadas con la demencia también pueden afectar a una persona LGBT mayor de maneras diferenciadas. Puede experimentar una especialmente angustiosa confusión relacionada con su orientación sexual o identidad de género.

El texto señala los desafíos que plantean la falta de reconocimiento de las familias elegidas por personas LGBT, y la discriminación y la violencia que pueden ser generalizadas en las instituciones de atención, las que pueden conducir a violaciones crueles de los derechos humanos al final de la vida de una persona.

Pueden incluso tener efectos después de la muerte, cuando a los seres queridos supervivientes se les niega el acceso a la planificación del funeral, a las prestaciones de supervivencia y a la herencia, o cuando se conmemora a las personas de maneras contrarias a su identidad de género u orientación sexual.

La declaración insta a los Estados miembros de las Naciones Unidas y a otras partes concernidas a diseñar, aprobar e implementar todas las medidas necesarias para abordar la violencia y la discriminación que impactan de manera desproporcionada el disfrute de los derechos humanos de esa colectividad.

Recomienda que los Estados reconozcan la discriminación por edad estructural como una preocupación significativa y apremiante que también afecta a las personas LGBT, que se legisle contra la discriminación y se instrumenten programas de concientización, capacitación y servicios especializados.

Recuerda finalmente que “no hay justificación en el derecho internacional para la discriminación en la prestación de servicios a personas en función de su edad, su orientación sexual o su identidad de género” o por particularidades nacionales, regionales, históricas, culturales y religiosas.

A-E/HM

 

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