NACIONES UNIDAS – Los nombramientos de alto nivel de la ONU se han basado principalmente en la «rotación geográfica equitativa», con turnos para Asia, África, Europa del Este, Europa Occidental y América Latina y el Caribe.
Pero una propuesta para futuros nombramientos y para candidatos a cargos electivos -basada en la rotación de género- está ganando terreno en un organismo mundial orientado mayoritariamente a los hombres, incluso en sus más altos niveles, con nueve secretarios generales varones y solo cuatro mujeres de los 78 presidentes de la Asamblea General.
En una entrevista con IPS, Natalie Samarasinghe, directora mundial de Incidencia Política de Open Society Foundations y cofundadora de la campaña «1 para 8000 millones«, a favor de un proceso de selección más abierto e inclusivo, dijo que las llamadas medidas especiales temporales han tenido éxito en la transformación del panorama para las mujeres en todos los sectores, desde la política nacional a los consejos de administración de las empresas y los altos cargos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Pero estas medidas solo pueden llegar hasta cierto punto, ya que son los gobiernos los que nominan y nombran a los candidatos a puestos como el de secretario general (SG), el presidente de la Asamblea General (PGA) y los jefes de múltiples agencias de la organización.
Señaló que son décadas que se ha evidenciado que “las palabras bonitas no son suficientes”. Como ha demostrado el Grupo de Mujeres Líderes, 13 organizaciones internacionales nunca han tenido una mujer al frente, entre ellas las Naciones Unidas, la Organización Internacional del Trabajo y el Banco Mundial.
Otras cinco solo han tenido una, entre ellas la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Y de los 78 presidentes de la Asamblea General, solo cuatro han sido mujeres.
“La rotación de género en la presidencia de la AG no es una reforma compleja: solo requeriría una simple resolución y significaría que los Estados tendrían que presentar candidatas cualificadas (de las que hay muchas) al menos cada dos años, en lugar de limitarse a hablar de ello. Esto es algo que podría considerarse también para otros altos cargos”, dijo.
En cuanto al nombramiento del secretario general, parece que los Estados por fin están despertando. En 2021, la AG señaló por primera vez que «todavía no ha habido una mujer secretaria general» e invitó a los Estados a «tenerlo en cuenta en el futuro a la hora de proponer candidatos».
Pero incluso este lenguaje suave provocó reacciones en contra, especialmente por parte de los cinco miembros permanentes (P5) del Consejo de Seguridad. Aunque la atención se centró en las objeciones de Rusia, los observadores de la ONU han visto que todos los miembros permanentes trabajaron para socavar el lenguaje de género, aunque con argumentos más sofisticados, señaló Samarasinghe.
“Durante el último proceso de selección del SG, pedí deliberadamente que se nombrara a la ‘mejor persona posible’, señalando que muchas mujeres cumplirían sobradamente los requisitos. Esto se debió a que decir que tenía que ser una mujer no se ajustaba a la idea de alterar la prioridad regional”, explicó.
Hoy, “no tengo reparos en solicitar a la señora secretaria general», dijo.
Susana Malcorra, presidenta de Global Women Leaders (Mujeres lideresas mundiales, GWL en inglés), dijo a IPS que «GWL Voices aboga activamente por una mejor representación de género en todas las organizaciones del sistema, tanto en las instituciones como en sus órganos de gobierno».
Explicó que su informe insignia, titulado “Los números importan” y presentado en marzo, muestra lo poco representadas que han estado las mujeres en la historia de las 33 organizaciones multilaterales a lo largo de su historia.
“A continuación, hemos lanzado dos campañas: “Señora Secretaria General” (para garantizar que una mujer suceda al actual secretario general, António Guterres) y #GenderAlternationUNPGA (Alternancia de Género en la Presidencia de la Asamblea General).
Algunos presidentes, a petición de GWL Voices, dijo Malcorra, plantearon estas cuestiones en sus declaraciones en la Semana de Alto Nivel que abrió la 78 Asamblea General, en septiembre.
El demógrafo Joseph Chamie, exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas, dijo a IPS: “En primer lugar, lamentablemente es poco probable que se cumpla el Objetivo 5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas para 2030”.
“En segundo lugar, dado que las Naciones Unidas tienen una larga tradición de rotaciones geográficas y regionales en la mayoría de los nombramientos y elecciones de alto nivel, parece razonable y deseable guiarse por rotaciones de género para cada región”, añadió.
“En tercer lugar, si las Naciones Unidas adoptan la rotación por sexos como directriz para nombramientos y elecciones, incluido el Consejo de Seguridad, las rotaciones deben aplicarse a todas y cada una de las principales regiones”, afirmó Chamie, que ha trabajado en varias regiones del mundo y es autor de numerosas publicaciones sobre cuestiones de población.
Por último, aunque sería deseable la rotación de género por regiones en los nombramientos y elecciones de la ONU, es evidente que queda mucho por hacer, especialmente por parte de algunos países, para lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas.
“Los países que niegan flagrantemente a las mujeres y las niñas sus derechos humanos básicos deben ser señalados y alentados enérgicamente a poner fin a sus políticas discriminatorias», consideró Chamie.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Antonia Kirkland, directora mundial de Igualdad Jurídica y Acceso a la Justicia de Equality Now (Igualdad Ya), recordó a IPS que el ODS 5 plantea lograr en 2030 la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas pero todavía 54 % por ciento de los países no tienen leyes sobre cuestiones clave de la igualdad de género, como los derechos al matrimonio y al divorcio.
Por ejemplo, solo 14 países, apenas el 0,07 %, tienen plena igualdad jurídica entre hombres y mujeres, señaló.
“El acoso sexual y la explotación sexual por parte del personal de la ONU, dentro y fuera del organismo, persiste, y los casos no se denuncian por miedo a represalias y estigmatización. Y aunque se ha logrado la paridad en el nivel directivo superior de las Naciones Unidas, aún no se ha alcanzado en los puestos ejecutivos de los organismos de las Naciones Unidas ni en las categorías generales del personal”, denunció Kirkland.
A su juicio, “además de seguir reforzando los marcos políticos y jurídicos de la ONU en todo el mundo, se necesita una Secretaria General feminista que lidere y fomente una cultura de igualdad e inclusión basada en las normas fundamentales de derechos humanos”.
Para KIrkland, hay que reafirmar resoluciones anteriores que hacen referencia al «equilibrio de género» y alentar firmemente a los Estados miembros a tener en cuenta que solo ha habido secretarios generales hombres, como ya hizo la Asamblea General en una resolución de septiembre.
Pero, además, “la ONU debería respaldar plenamente una rotación o alternancia de género, como piden GWL Voices y otras organizaciones”, dijo.
Basándose en campañas anteriores en favor de una mujer secretaria general, UNA-UK, cofundadora de la campaña ‘1 por 8000 millones’, ha pedido claramente a los Estados Miembros de la ONU que consideren la posibilidad de designar únicamente a mujeres como candidatas y que emprendan otras reformas importantes para que el proceso de selección sea lo más transparente e inclusivo posible.
Aunque la igualdad de género es responsabilidad de todos, Kirkland afirma que la representación es importante porque las mujeres han estado excluidas de la toma de decisiones durante demasiado tiempo.
Sin embargo, es importante estar representado por mujeres progresistas, feministas y que trabajen por una igualdad de género sustantiva para todos, en todas partes, incluidas las comunidades más marginadas.
Mientras tanto, la noción de distribución geográfica sigue firmemente arraigada en el sistema de la ONU, según las organizaciones de la sociedad civil.
Cuando se trata de la representación de los Estados en órganos como el Consejo Económico y Social (Ecosoc) o el Consejo de Derechos Humanos, es sacrosanta y está consagrada en la Carta, las resoluciones y los reglamentos.
Cuando se trata de nombramientos de personal, es una cuestión de principios y se refleja en varias resoluciones y procesos (por ejemplo, A/41/206, que afirma «el principio de distribución geográfica equitativa y la necesidad de rotación en la composición de los altos cargos de la Secretaría»).
La idea de «rotación» entre regiones se trata de manera diferente según el puesto. En el caso del Presidente de la Asamblea General, está prevista la rotación entre los grupos regionales (Reglamento de la Asamblea General, artículo 30). Así se ha hecho desde 1966.
En el caso del secretario general, la idea cobró fuerza después de que el austriaco Kurt fuera el tercer titular (1972-1981), y no especialmente eficaz, y de nuevo cuando el egipcio Boutros Boutros-Ghali (1991-1996) no fue designado para un segundo mandato y los diplomáticos africanos argumentaron que su región se había «perdido».
En 2015, los países de Europa del Este presentaron varios candidatos, aunque la región afirmó que nunca había ocupado el puesto y algunos se mostraron resentidos por la presión ejercida ese año (dentro y fuera de la ONU a través de la campaña «1 por 8000 millones») para que se diera prioridad a los méritos.
Pero en la práctica todos los procesos de nombramiento han contado con candidatos de distintas regiones y, por supuesto, el titular del puesto no debe representar a ninguna de ellas.
En el caso de otros nombramientos de alto nivel, no se trata tanto de la rotación como de romper el dominio que determinados Estados ejercen sobre estos puestos.
En cuanto al género, varias referencias aluden a la necesidad de una distribución equitativa y justa basada en el género, así como en el equilibrio geográfico (por ejemplo, res. 69/321 de la AG). No se hace referencia a la rotación, ni se ha aplicado este principio en la práctica.
Se ha avanzado en la paridad de género en otros puestos de alto nivel (SGA, jefes y jefes adjuntos de operaciones de paz y coordinadores residentes).
Esto ha sido el resultado de un esfuerzo concertado: una visión clara defendida al más alto nivel y traducida en una estrategia para todo el sistema con objetivos y las llamadas «medidas especiales temporales» (por ejemplo, la paridad en las listas de preselección, o una explicación de por qué esto no fue posible).
En la actualidad, la ONU cuenta con cinco grupos regionales: los Estados de Asia-Pacífico, los Estados de África, los Estados de Europa Oriental (aunque Europa Oriental ha dejado de existir tras el final de la Guerra Fría), los Estados de América Latina y el Caribe y los Estados de Europa Occidental y otros Estados (incluidos Australia y Nueva Zelanda).
Estados Unidos no pertenece a ningún grupo regional, pero está designado como «observador» en el Grupo de Estados de Europa Occidental y Otros Estados.
T: MF / ED: EG