NAIROBI – África recicla menos de 11 por ciento de sus residuos, mientras los líderes del continente están tomando medidas medidas ambiciosas para impulsar sistemas integrados de gestión de residuos que incluyan, además, a los trabajadores informales del sector.
Akinyi Walender, directora para África de Practical Action (Acción Práctica), un innovador grupo de desarrollo internacional, reconoció que los trabajadores informales de residuos rara vez participan, pero ellos forman parte de un manejo sostenible de los desechos en el continente, durante su participación en la primera Cumbre sobre el Clima en África, celebrada en septiembre.
“Para abordar el problema de los residuos, tenemos que ver cómo podemos implantar un sistema más integrado, lo que significa que tenemos que implicar a todo el mundo», declaró en un encuentro sobre el problema de la incineración de residuos al aire libre, que fue una de las reuniones paralelas a la cumbre, que se celebró en esta capital keniana.
Wandeler consideró que la 28 Conferencia de las Partes (COP28) sobre cambio climático, que se inaugurará en Dubái el 30 de noviembre, brinda al continente africano la oportunidad de pensar concretamente en lo que quiere conseguir en materia climática y dentro de ello en el tratamiento de los desechos.
“La situación climática es tan grave que tenemos que actuar de verdad. Ya deberíamos empezar a buscar oportunidades dentro del continente y aprovecharlas mientras esperamos la financiación que supuestamente llegará para la adaptación”, dijo Walender a IPS en una entrevista posterior a la primera cumbre continental enfocada solo en el clima.
Más de 90 % de los residuos generados en África se eliminan en vertederos incontrolados, a menudo con quemas al aire libre. Diecinueve de los 50 mayores vertederos del mundo se encuentran en África, todos en el África subsahariana.
La Unión Africana fijó un ambicioso objetivo para que las ciudades africanas reciclaran al menos la mitad de sus residuos en 2023, pero muchas aún están lejos de conseguirlo.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), con su sede mundial en Nairobi, el objetivo puede alcanzarse e incluso superarse con un cambio de los residuos orgánicos hacia el compostaje y la recuperación de bioenergía, junto con la renovación, reparación, reutilización y reciclaje de los residuos.
En 2016, tan solo la región de África subsahariana generó alrededor de 9 % de los residuos del planeta, equivalente a 180 millones de toneladas. De ese total, cerca de dos tercios se arrojan en vertederos, buena parte a cielo abierto, dejando que contaminen el ambiente del entorno y el clima mundial. Se prevé que esta cifra se cuadruplique de aquí a 2050.
El año pasado, los ministros de Ambiente de 54 países africanos se reunieron en Dakar, la capital de Senegal, en la 18 sesión de la Conferencia Ministerial Africana sobre Medio Ambiente y se comprometiéndose a lograr una reducción de 60 % de la quema de residuos a cielo abierto para 2030 y a eliminarla totalmente para 2040.
“Se trata de un objetivo ambicioso”, reconoció Walender, para quien si se suma la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a cumplir también en 2030, “muchos países tienen mucho que hacer”.
“Tenemos muchas políticas, pero la mayoría apenas se aplican. El tema de la incineración de residuos a cielo abierto y su plazo hasta 2040 es muy corto. Muchos aún no han puesto en marcha las políticas que regulan la quema de residuos a cielo abierto. Creo que este plazo es realmente muy corto”, remarcó la especialista.
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Sam Dindi, director de capacitación y movilización comunitaria de Mazingira Yetu, una organización ambiental con sede en Kenia, dice que si los países adoptan una economía verde y circular en la que se reutilicen los residuos, tendrían el potencial de crear oportunidades de trabajo para los jóvenes.
“La quema de residuos a cielo abierto es una forma rápida de abordar un problema, pero, de nuevo, trae otro problema aún mayor que puede que no seamos capaces de resolver como país y como continente”, dijo a IPS en una entrevista.
El año pasado, Kenia aprobó la Ley de Gestión Sostenible de Residuos Sólidos, que exige el cierre de todos los vertederos abiertos y el tránsito a vertederos controlados.
Esa norma, “transforma la forma en que gestionamos los residuos de la anterior economía lineal y promueve una economía circular en la que se da una nueva vida a los residuos. Se reutilizan o se reciclan”, explicó Dindi.
Pero a su juicio, la aplicación de las políticas y las normas es lo más difícil. “Aquí es donde nos falta la buena voluntad política porque quizá se perciba que la aplicación de estas políticas afecta a algunas empresas, responsables políticos u otras partes interesadas”, dijo.
El vertido de residuos, según las partes interesadas que intervinieron en la sesión, coincidieron en que la quema de residuos a cielo abierto afecta gravemente a las comunidades empobrecidas y marginadas.
Un informe de 2021 de Practical Action titulado Managing Our Waste (Gestionar nuestros residuos) indica que casi dos mil millones de personas en el planeta viven sin ningún tipo de recogida de residuos, y que África subsahariana es una de las regiones con menor cobertura de ese servicio.
El informe recomienda supervisar la gestión de residuos como un servicio centrado en las personas, integrando la voz de los más afectados y mejorando la vida y las condiciones laborales de los trabajadores informales del sector, que son mayoría.
“A todos los niveles, las políticas de residuos deben centrarse no sólo en los beneficios medioambientales, sino también en mejorar la vida de las comunidades y los trabajadores más pobres. Sus voces deben ser escuchadas en todos los procesos clave de toma de decisiones”, reza el informe.
En Senegal, Practical Action está trabajando con las comunidades locales y los organismos gubernamentales para reducir la quema de residuos a cielo abierto en dos grandes vertederos, el tristemente famoso de Mbeubeus, en Dakar, y otro en Thies.
En general se considera responsabilidad del gobierno local, pero la comunidad y el sector privado deben participar en la gestión de residuos. “Si nos fijamos en toda la economía circular, existe la posibilidad de reutilizar, reciclar los residuos y reorientarlos en términos de envasado”, dijo Walender.
T: MF / ED: EG