NACIONES UNIDAS – Cuando las Naciones Unidas conmemoraron el 75 aniversario de la Carta de la ONU en 2020, el secretario general António Guterres hizo un cumplido supremo a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC).
Las OSC, señaló, fueron una voz vital en la Conferencia de San Francisco, donde nació la ONU (Organización de las Naciones Unidas). “Habéis estado con nosotros durante décadas, en campos de refugiados, en salas de conferencias y movilizando a las comunidades en calles y plazas de todo el mundo”, remarcó.
“Ustedes son nuestros aliados en la defensa de los derechos humanos y en la lucha contra el racismo. Ustedes son nuestros aliados en la defensa de los derechos humanos y la lucha contra el racismo. Son socios indispensables para forjar la paz, impulsar la acción por el clima, promover la igualdad de género, prestar ayuda humanitaria que salva vidas y controlar la proliferación de armas mortíferas”, detalló.
Y el marco mundial para el progreso compartido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es impensable sin ustedes, acotó.
Pero, en realidad, las OSC son tratadas en ocasiones como ciudadanas de segunda clase, y cientos de OSC con credenciales de la ONU son excluidos habitualmente de las Naciones Unidas, especialmente cuando los líderes mundiales llegan para participar en septiembre en la inaugural fase de alto nivel de la anual Asamblea General.
Este ritual anual, en el que se trata a la sociedad civil como parias políticos y sociales, siempre ha desencadenado fuertes protestas. Las Naciones Unidas justifican la restricción principalmente por «razones de seguridad».
Una coalición de OSC -entre las que se encuentran Access Now, Acción para el Desarrollo Sostenible, Amnistía Internacional, Civicus, Sociedad Civil en el Desarrollo (CISU), Democracia sin Fronteras, Forus, Global Focus, Greenpeace Internacional, Human Rights Watch, Oxfam Internacional, TAP Network y UNA UK- propone ahora la creación de la figura de un enviado especial de la ONU para la Sociedad Civil que proteja, promueva y represente los intereses de estas organizaciones no gubernamentales.
En una carta a Guterres, la coalición señala que la disparidad en el acceso de los delegados de la sociedad civil frente al personal de la ONU y los miembros de las delegaciones gubernamentales, que no se enfrentan a tales restricciones.
Se trata de un recordatorio crítico de los obstáculos a los que se enfrentan los representantes acreditados de la sociedad civil que viajan grandes distancias para contribuir con sus actividades y perspectivas a la propia acción de la ONU.
“También es una oportunidad perdida para que los delegados de la sociedad civil participen en negociaciones clave dentro de la sede de la ONU y para que los responsables políticos se beneficien de sus voces críticas y expertas respaldadas por la experiencia vivida en la promoción de los principios consagrados en la Carta de la ONU», dice la carta de la coalición.
Ante esta disparidad recurrente, añade la carta, «creemos que es vital corregir esta injusticia con prontitud para garantizar que todas las partes interesadas tengan la oportunidad de contribuir a los debates sobre las consecuencias globales».
Esta cuestión subraya una vez más la necesidad de que la sociedad civil cuente con un defensor específico dentro del sistema de las Naciones Unidas, en la forma de un enviado especial de la Sociedad Civil.
Ese representante del secretario general tendría como objetivo ayudar a promover las mejores prácticas en la participación de la sociedad civil en toda la ONU y fomentar el acercamiento de las Naciones Unidas a los grupos de la sociedad civil en todo el mundo, en particular los que se enfrentan a dificultades para acceder al organismo y sus agencias.
Las OSC expresan que “también nos gustaría expresar nuestro apoyo a la revisión de las modalidades para garantizar una participación significativa de la sociedad civil en todas las etapas de las reuniones y procesos de la ONU”, así como a las recomendaciones de la voz activada de la sociedad civil, apoyadas por 52 Estados y más de 300 OSC de todo el mundo.
De hecho, el lema en inglés de la campaña a favor de esa voz activada de las OSC dentro de la ONU es UNmute Civil Society, que juega con la sigla UN (ONU, en inglés) con el verbo que está en muchos dispositivos para silenciarlo (mute) o reactivar el audio o la voz o anular el silencio (unmute), que es lo que la sociedad civil quiere que pase con ella dentro del sistema de la ONU.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Abordar de esa nueva manera las preocupaciones expresadas en la misiva, dicen, podría conducir a avances significativos en la promoción del ideal de una ONU más inclusiva, equitativa y eficaz en el espíritu de “Nosotros los Pueblos”, que representan las OSC.
Mandeep Tiwana, responsable de Evidencia y Compromiso de Civicus, una alianza internacional de sociedad civil, dijo a IPS que los representantes de las OSCl se han quejado durante mucho tiempo de las asimetrías entre las agencias y oficinas de la ONU y la sociedad civil.
Para ponerle remedio, recordó, han pedido un interlocutor dentro del sistema de la ONU para impulsar las mejores prácticas y armonizar los esfuerzos.
Uno de estos medios, dijo, podría ser el nombramiento de un enviado de la Sociedad Civil en la línea con otros enviados especiales, como el de la Juventud y el de Tecnología, que impulsan compromisos clave en sectores prioritarios.
En particular, dijo Riwana, un enviado de la Sociedad Civil podría fomentar una mayor inclusión de ese sector y de las voces de la gente en la toma de decisiones de la ONU, en un momento en que el foro mundial tiene que hacer frente a múltiples crisis y existe una raafirmación de los intereses nacionales por parte de los Estados en detrimento de los acuerdos y normas internacionales.
Estas son las cinco razones por las que para la coalición de OSC es hora de un enviado especial de la Sociedad Civil:
1. Sin una mayor participación de la sociedad civil, los ODS no volverán a ponerse en marcha. La propia evaluación de la ONU lamenta la falta de progreso en los ODS. Necesitamos desesperadamente una mayor participación de la sociedad civil para impulsar innovaciones en las políticas públicas, prestar eficazmente servicios que «no dejen a nadie atrás» y estimular la transparencia, la rendición de cuentas y la participación. Un enviado de la Sociedad Civil puede catalizar alianzas cruciales entre la ONU, la sociedad civil y los gobiernos.
2. La sociedad civil puede ayudar a reequilibrar las narrativas que socavan el orden internacional basado en normas. Con los conflictos, las violaciones de los derechos humanos, la desigualdad económica, el populismo nacionalista y el autoritarismo, el espíritu del multilateralismo consagrado en la Carta de las Naciones Unidas se encuentra en un punto de ruptura. Los representantes de la sociedad civil, centrados en la búsqueda de soluciones globales basadas en los valores de los derechos humanos y en las necesidades de los excluidos, pueden ayudar a resolver los callejones sin salida provocados por gobiernos que persiguen intereses egoístas y estrechos.
3. Un enviado de la Sociedad Civil puede ayudar a superar las restricciones de la Asamblea General a la participación ciudadana y crear mejores vías de participación en la ONU. Como todos los años, este septiembre la ONU suspendió los pases anuales y temporales expedidos a las ONG acreditadas durante la Asamblea General, impidiendo así la participación de la mayoría de los representantes de la sociedad civil. Además, el acceso de la sociedad civil a las agencias y oficinas de la ONU sigue siendo irregular. Los líderes de la ONU con mentalidad reformista y los Estados que apoyan a la sociedad civil pueden dar prioridad al nombramiento de un enviado para mejorar el acceso.
4. Una representación más equitativa. Las pocas organizaciones de la sociedad civil que disfrutan de acceso a la Asamblea General de las Naciones Unidas se inclinan en gran medida hacia los grupos con sede en el Norte Global que tienen los recursos para invertir en la representación del personal en Nueva York, o los pasaportes adecuados para entrar fácilmente en los lugares clave de la ONU. Un enviado de la ONU para la sociedad civil lideraría el acercamiento de las Naciones Unidas a la sociedad civil en todo el mundo y, en particular, en las regiones desatendidas. Además, un enviado de la sociedad civil podría ayudar a garantizar una representación más diversa y equitativa de la sociedad civil en las reuniones de la ONU donde se toman las decisiones.
5. Un enviado de la Sociedad Civil es posible. Para conseguir cualquier cosa en la ONU hay que atenerse a lo que es políticamente factible. Un enviado especial de la sociedad civil está a nuestro alcance. La iniciativa “Unmute Civil Society”, destinada a permitir una participación significativa en la ONU cuenta con el apoyo de 52 Estados y más de 300 organizaciones de la sociedad civil. Incluye, entre otras cosas, la convocatoria de un día de la sociedad civil en la ONU y el nombramiento de un enviado de la ONU.
T: MF / ED: EG