NAIROBI – Las pequeñas empresas agrícolas de África tienen muchas dificultades para obtener créditos de instituciones financieras como los bancos, debido a los estrictos requisitos que difícilmente pueden cumplir. La confianza de los inversores suele ser escasa, dados los riesgos que entraña este sector de la economía.
El cambio climático tampoco ha ayudado. Las sequías prolongadas y los patrones de precipitaciones poco fiables han hecho que sean menos resistentes. Y dado que un mísero 1,7 % de la financiación climática se destina a la pequeña agricultura – según datos de la Iniciativa de Política Climática-, los pequeños productores agropecuarios son especialmente vulnerables.
Sin embargo, las soluciones financieras innovadoras dirigidas a estos agricultores están transformando el sector de forma tangible en África. Organizaciones como Root Capital trabajan con pequeñas empresas agrícolas utilizando un modelo financiero que se adapta a sus necesidades específicas y aborda al mismo tiempo el componente del cambio climático sobre el terreno.
Root Capital es una organización sin ánimo de lucro que apoya a empresas agrícolas que trabajan directamente con pequeños agricultores. Por otro lado, Mercy Corp, una oenegé internacional, a través de su rama de capital riesgo, apoya a empresarios que desarrollan tecnologías transformadoras, modelos empresariales innovadores y soluciones eficaces de resiliencia para la adaptación al clima, que suelen estar basadas en la tecnología.
Los usuarios de estas tecnologías se encuentran en los 35 países más vulnerables a la crisis del clima, según Scott Onder, director de inversiones de Mercy Corp.
En Kenia, por ejemplo, la organización se ha asociado con Safaricom, el mayor operador de redes móviles del país, a través de su producto DigiFarm.
El producto reúne una serie de soluciones para los pequeños agricultores, ayudándoles a ser más productivos, aumentar sus cosechas e incrementar sus ingresos.
Batian Nuts Ltd, una empresa de procesamiento de frutos secos comestibles con sede en el condado de Meru, en el centro de Kenia, ha visto crecer sus operaciones desde que empezó a trabajar con Root Capital.
Esta empresa exporta nueces de macadamia a nivel internacional, pero también procesa cacahuetes para el mercado local. Cuenta con una base de 8000 pequeños agricultores.
“Decidimos trabajar con Root Capital porque sus tipos de interés son inferiores a los que se obtienen normalmente en el mercado financiero, y porque sus condiciones son muy favorables para una empresa de nueva creación como la nuestra», afirma James Gichanga, cofundador de Batian Nuts, quien explica que los bancos comerciales exigen considerables garantías.
Precisa que los bancos comerciales exigen garantías considerables, como parcelas de tierra u otros activos, que ellos no tienen.
En cambio, Root Capital les proporcionará la financiación que necesiten, basándose en el compromiso adquirido por el comprador extranjero de sus productos. El comprador sólo tiene que presentar una carta de intenciones, comprometiéndose a comprar nueces de macadamia a Batian Nuts, “y Root Capital nos dará dinero basándose únicamente en eso”, dice Gichanga.
En otras palabras, el comprador de productos agrícolas con sede en Estados Unidos, Europa o Asia y el productor prestatario (podría ser una cooperativa cafetera de, por ejemplo, Ruanda) – o Batian Nuts en este caso – firman un acuerdo con Root Capital. Y cuando llega el momento del pago, el comprador de su producción paga directamente a Root Capital.
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“Nos llevamos nuestro interés principal y luego pasamos el resto del pago a la cooperativa cafetera” o el productor que sea en cada caso, explica Elizabeth Teague, directora sénior de Resiliencia Climática de Root Capital.
Aunque este tipo de financiación ya existía antes, su innovación consiste en aplicarla al contexto de la agricultura minifundista, de pequeñas explotaciones. Se trata, explica Teague, de una forma de mitigar el riesgo sin exigir garantías a los pequeños agricultores.
Además, proporcionan a las pequeñas y medianas empresas agrícolas asistencia técnica a través de un programa conocido como asesoramiento agronómico y de dependencia climática.
Antes de su asociación con Root Capital, Batian Nuts solía manejar entre 300 y 400 toneladas de productos al año.
Pero desde 2017, cuando comenzó la colaboración, la empresa ha duplicado con creces esta capacidad hasta las 1000 toneladas, y su plantilla ha pasado de 26 empleados fijos a 55 en la actualidad. Su mano de obra estacional también ha aumentado de un par de docenas a 160, que trabajan siete meses al año.
Tradicionalmente, los inversores han evitado invertir en los pequeños agricultores del África subsahariana, debido en gran parte a los elevados costes y riesgos que conllevan, lo que ha creado un déficit de financiación anual de 65 000 millones de dólares para las pequeñas empresas de la región, según Teague.
Además, el cambio climático agrava la situación y hace la operación aún más arriesgada para los inversores, añade.
Root Capital trabaja con una red de 200 empresas y 500 000 agricultores en África, América Latina e Indonesia, con un enfoque y una operación muy diferente a las entidades crediticias convencionales.
T: MF / ED: EG