NUEVA YORK – Tanto individual como colectivamente, los países miembros del Grupo de los 20 (G20) están muy retrasados en sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero, sin hacer los recortes significativos que serían necesarios para contener las temperaturas del planeta, a pesar de poseer las capacidades tecnológicas y financieras para reducir las emisiones.
Y con el final del verano boreal más caluroso jamás registrado, el secretario seneral de las Naciones Unidas, António Guterres, afirma que «el colapso climático ha comenzado».
Los países del G20 grandes países industriales y emergente tienen tanto las mayores economías como las mayores cantidades de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y se comprometieron a reducir las emisiones para 2030 con el fin de limitar el recalentamiento planetario.
Pero un nuevo documento de Oxfam concluye que su avance en esa dirección no es suficientemente ambicioso, en coincidencia con la cumbre del G20 que se realiza este sábado 9 y domingo 10 en India.
Los países del G20 -tanto colectivamente como casi todos ellos individualmente- no están alcanzando la parte que les corresponde de la mitigación global necesaria para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC», informa la organización internacional contra la pobreza.
Oxfam señala que 63 % de la población mundial vive en los países del G20, que producen 78 % de los GEI. La cantidad de dióxido de carbono emitida anualmente por cada persona en estos países debe reducirse a la mitad de aquí a 2030 para cumplir el objetivo. Sin embargo, los planes actuales no van por buen camino para alcanzar el objetivo global.
Según el informe, «los países más ricos del G20 son los que peores resultados están obteniendo».
Oxfam señala que los países de renta alta se han centrado en aumentar los esfuerzos climáticos de los países de renta baja y media sin abordar sus propios fracasos a la hora de comprometerse a hacer su parte.
Por ejemplo, para contribuir proporcionalmente a la reducción de las emisiones mundiales, Estados Unidos tendría que aumentar su actual objetivo de reducción en 240 % adicional. Oxfam determinó estas carencias utilizando tres herramientas de medición diferentes que evalúan la equidad y la ambición de los objetivos de reducción actuales de los países.
Los países más ricos del mundo, integrantes del Grupo de los Siete (G7) y que también son parte del G20, deben aumentar su propia ambición climática nacional e incrementar radicalmente la financiación para el clima para compensar las emisiones históricas.
“No se trata solo de una cuestión de equidad. Sin ella, nunca alcanzaremos los objetivos del Acuerdo de París que salvan vidas», ha afirmado Nafkote Dabi, responsable de políticas de cambio climático de Oxfam.
Los países de renta alta del G20 -como Estados Unidos, Australia y Alemania- emiten el equivalente de 7,4 a 7,7 toneladas de CO2 de media por persona.
El informe de Oxfam indica que sus emisiones deben reducirse a la mitad -de 2,9 a 3,8 toneladas- para 2030. Refleja un fracaso en sus promesas internas en sus países y en sus compromisos internacionales. En conjunto, los países de renta alta resultaron estar entre los peores emisores de gases de efecto invernadero al año.
La falta de financiación ha impedido a muchos países alcanzar sus objetivos climáticos. Según Oxfam, los países de renta media como Sudáfrica, China y México tienen tanto una menor responsabilidad histórica en el cambio climático como una menor capacidad financiera para hacer frente a sus efectos.
Los países de renta media del G20 -como India, Turquía, Indonesia y Sudáfrica-, emiten actualmente entre 6,1 y 6,3 toneladas de CO2 por persona y año. Necesitarían reducirlo a entre 4 y 5,8 toneladas de CO2 por persona. En algunos casos, estos países carecen de la capacidad de financiación necesaria para hacer frente a estos problemas.
Por lo tanto, estos países «en desarrollo» podrían buscar con razón las contribuciones de financiación climática que serían necesarias para cumplir estos compromisos.
Aquí es donde los miembros de renta alta del G20 también podrían cumplir con la mitigación global aumentando sus contribuciones a la financiación climática internacional, apoyando así los esfuerzos de mitigación de los países de renta media-baja.
De acuerdo con la métrica del reparto equitativo de los esfuerzos de mitigación, esto también permitiría a todos ellos cumplir con los niveles globales de mitigación.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
El informe de Oxfam se ha publicado en un momento crítico en el que los líderes mundiales se preparan también para converger en cumbres en las que la acción por el clima estará en el orden del día mientras reevalúan sus avances en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, durante la semana de alto nivel que inaugurará a partir del 18 de septiembre la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York.
Ashfaq Khalfan, Director de Justicia Climática de Oxfam América, explica que los países del Sur global necesitan inversiones masivas a largo plazo para sustituir rápidamente los combustibles fósiles por energías renovables. Según Khalfan, el presupuesto actual de la ONU de 100 000 millones de dólares al año para financiar todos los proyectos relacionados con el cambio climático es «una gran subestimación».
La ONU prevé que, si no se toman medidas más ambiciosas, las emisiones aumentarán 10 % en 2030, en lugar de 45 % necesario para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París sobre cambio climático suscrito por la comunidad internacional en 2015.
Si el calentamiento global aumenta sobre el límite de más de 1,5° C, afirma Khalfan, medio millón de personas sufrirán inseguridad hídrica, se destruirán ecosistemas y habrá niveles de calor extremo sin precedentes.
Para evitar estos riesgos, Khalfan sugiere que los ciudadanos sean más radicales a la hora de presionar a sus gobiernos para que actúen, especialmente en los países de renta alta.
Guterres tendrá la oportunidad de llamar la atención a los líderes cuyos compromisos climáticos sean insuficientes cuando asista a la cumbre del G20 en India este fin de semana. En noviembre, los países presentarán sus últimas promesas de acción climática en la Cumbre del Clima de la ONU en Dubái.
“Los gobiernos tienen que decir básicamente: o aceptamos un cambio climático catastrófico porque no estamos dispuestos a proporcionar los recursos, o no estamos dispuestos a aceptar un cambio climático catastrófico y estamos dispuestos a proporcionar los recursos. Tiene que ser una cosa o la otra», afirma Khalfan.
T: MF / ED: EG