Medardo Pérez, de 60 años, rocía paraquat, un potente herbicida, para secar la maleza que crece en su cultivo de maíz, en el cantón San Isidro, del municipio de Santa María Ostuma, en el centro de El Salvador. La mayoría de campesinos centroamericanos usan ese y otros agroquímicos en sus cultivos, así como la agroindustria lo hace en monocultivos como el banano, la piña, el café y la caña de azúcar. Imagen: Edgardo Ayala / IPS