Opinión

Mejorar la atención médica para todos

El objetivo de la Salud para Todos choca con el debilitamiento en la inversión pública para el sector en el mundo. Imagen: Stephan Gladieu / Banco Mundial
El objetivo de la Salud para Todos choca con el debilitamiento en la inversión pública para el sector en el mundo. Imagen: Stephan Gladieu / Banco Mundial

KUALA LUMPUR / BERNA – En 2015, casi todos los jefes de gobierno del mundo se comprometieron con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas para 2030, incluida la cobertura de salud universal. Esto sigue la línea del compromiso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con la Salud para Todos.

La pandemia de covid-19 expuso la falta de inversión de la mayoría de los países en el suministro de atención médica pública y otras debilidades. Claramente, se necesitan reformas del sistema de salud y financiamiento apropiado para mejorar el bienestar de las poblaciones.

En lugar de ayudar, las inversiones en busca de ganancias y «soluciones» de mercado en las últimas décadas han socavado la UHC. Los mercados de salud en todo el mundo rara vez brindan atención médica para todos. En cambio, han aumentado los costos y cargos, lo que limita el acceso. Peor aún, los fondos públicos se están desviando para apoyar las ganancias, en lugar de los pacientes.

Crecen las desigualdades en salud

En las últimas décadas, la atención médica en muchos países en desarrollo tiende hacia un sistema que se percibe en dos niveles: un sector privado de mayor calidad y servicios públicos de menor calidad. Muchos médicos, sobre todo especialistas, han dejado el servicio público por una práctica privada mucho más lucrativa.

Esta “fuga de cerebros” ha empeorado ya deteriorando la calidad del servicio público, aumentando los tiempos de espera. Por lo tanto, aquellos con medios han recurrido a instalaciones privadas. Como los costos médicos privados son altos en los países en desarrollo, muchos de los que pueden pagar un seguro médico privado lo compran.

Si no se controla, la brecha (en costos y calidad) entre los servicios de salud públicos y privados crecerá, aumentando las disparidades entre los que tienen y los que no tienen. La solidaridad social implica subsidios cruzados en el financiamiento de la salud: los sanos financian a los enfermos y los ricos subsidian a los pobres. La solidaridad social también permite la cobertura universal y el acceso equitativo.

Mejor salud para todos

La mayoría de los gobiernos deben fortalecer la provisión pública de protección integral de la salud con una financiación adecuada. Mientras tanto, los costos de atención médica han subido debido a más problemas de salud, el aumento de los costos de las nuevas tecnologías médicas, la privatización y la menor contratación pública.

Todos, tanto las naciones como las familias, enfrentan más amenazas inesperadas para la salud, empeoradas por el aumento de los gastos catastróficos y otros gastos médicos, una mayor vulnerabilidad económica, una mayor inseguridad de ingresos, una disminución del suministro público y estrategias de afrontamiento más costosas.

La muerte prematura, la discapacidad y la enfermedad han significado la pérdida de miles de millones de años de vida saludable, en gran parte debido a enfermedades no transmisibles (ENT) prevenibles. Aunque causan muchas pérdidas de salud, el gasto público en salud se destina relativamente poco a la prevención de las ENT.

Gastos y resultados

La mayoría de los países, incluidos los del mundo en desarrollo, han experimentado un aumento del gasto en atención médica. Pero no existe una relación directa entre el gasto sanitario y el bienestar. Por lo tanto, más gasto no garantiza mejores resultados, mientras que una provisión adecuada de atención médica pública sí lo hace.

Nazihah Muhamad Noor

Aunque el gasto en salud ha aumentado en muchos países en desarrollo, en general se ha mantenido bajo en relación con los ingresos. Los servicios de salud del gobierno ya enfrentaban restricciones fiscales antes de la pandemia. Para hacer frente a la covid, se disparó el gasto público en salud en muchos países de ingresos medios.

La falta de inversión crónica en los servicios públicos ha socavado la atención médica en general. No obstante, muchos sistemas con fondos insuficientes han mejorado las condiciones de salud, reduciendo la morbilidad y la mortalidad. Los resultados decentes en salud, a pesar de un gasto en salud relativamente bajo, implican una mayor “rentabilidad” o eficiencia del gasto público.

No obstante, se podría lograr mucho más con mejores políticas, mayores gastos y prioridades más apropiadas. Así, la reducción de la mortalidad infantil y materna, además de mejorar el saneamiento y el abastecimiento de agua, han aumentado significativamente la esperanza de vida en los países en desarrollo.

Política de mejora

Para mejorar el bienestar, los sistemas de salud deben proteger mejor a las personas de las amenazas y desafíos actuales y futuros. Una mejor financiación de la sanidad pública, con una financiación absoluta y relativa mayor, pero también más adecuada, parece lo más importante.

Los gobiernos de los países en desarrollo a menudo reciben afirmaciones repetidas pero dudosas de que el gasto actual del gobierno en atención médica es demasiado alto y que el seguro médico es necesario para llenar el vacío de financiamiento. Al contrario, los ingresos oficiales deberían financiar principalmente los presupuestos de salud para garantizar la eficiencia y la equidad.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

La promoción de la salud debería involucrar más esfuerzos preventivos. Al centrarse principalmente en intervenciones curativas, la mayoría de los gastos gubernamentales y las prioridades políticas descuidan los determinantes del bienestar, incluidas las desigualdades.

Algunas políticas recomendadas por la OMS consideraron más rentables apuntar a los productos de tabaco, el consumo nocivo de alcohol y las dietas poco saludables.

Coherencia de políticas

Para abordar mejor el bienestar general, un enfoque más integral y exhaustivo debería integrar la salud con las políticas públicas relacionadas. Las opciones asequibles de alimentos más saludables, el ejercicio físico y los estilos de vida más saludables merecen un énfasis mucho mayor.

Por ejemplo, un programa de alimentación escolar diario económico, pero nutritivo, seguro y saludable en Japón, introducido hace un siglo, cuando todavía era bastante pobre, ha asegurado que la esperanza de vida en la nación archipelágica sea la más alta del mundo durante décadas.

Un enfoque de «todo el gobierno» debe garantizar comidas planificadas por dietistas, teniendo en cuenta no solo la buena nutrición, sino también las culturas alimentarias locales, los costos, la seguridad y las deficiencias de micronutrientes.

Con un enfoque de «toda la sociedad», los padres involucrados pueden garantizar que los niños en edad escolar reciban alimentos seguros de agricultores que no usan pesticidas tóxicos.

Esto se puede asegurar con la participación del ministerio de agricultura o alimentación. Se pueden contratar organizaciones de agricultores para que suministren los alimentos necesarios con el apoyo inicial de los servicios gubernamentales de extensión agrícola, no de vendedores corporativos.

Esto, a su vez, mejora la seguridad de todos los productos agrícolas, asegurando alimentos saludables para todos.

Las recomendaciones de la reforma de salud deben priorizar los principales compromisos de los gobiernos, con las personas y la comunidad internacional, de «cobertura de salud universal» para garantizar «salud para todos».

T: MLM / ED: EG

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