Un puesto de productos pesqueros, entre ellos bivalvos de todo tipo, en el mercado de mariscos de Ensenada, en el noroccidental estado mexicano de Baja California. La acidificación del océano perjudica a las especies que desarrollan caparazón, pues impide la formación del recubrimiento en especímenes jóvenes y debilita las cubiertas de las variedades adultas. Imagen: Emilio Godoy / IPS