NACIONES UNIDAS – El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, hizo un emotivo llamamiento el martes 18 a los Estados miembros en la 88 sesión plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde se abordó la abrupta finalización del acuerdo de granos del Mar Negro y el coste humanitario de la guerra de Rusia en Ucrania.
Kuleba centró su intervención, realizada por teleconferencia, en llamar a la protección de los 7,9 millones de niños ucranianos a los que la invasión rusa ha «privado» de una vida normal desde febrero de 2022. Para hacerlo más humano, compartió con los delegados de países del Norte y el Sur una serie de anotaciones en un diario que, según dijo, habían sido escritas por niños y niñas ucranianos.
Un niño de ocho años de la bloqueada ciudad de Mariúpol escribe sin rodeos sobre la muerte de varios miembros de su familia. Una niña de 13 años, que lleva cuatro meses viviendo en los territorios ocupados, escribe sobre su miedo a salir de casa. “Mamá nos dice que no salgamos a pasear por lugares donde hay mucha gente porque violan a muchas niñas”, leyó Kuleba.
“Hay miles de niños como este que sufren lo mismo», dijo el ministro ucraniano mientras blandía el diario en el aire.
La intervención del ministro tuvo lugar en el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible, que se celebró en la sede de la ONU en Nueva York entre el 10 y este miércoles 19.
En este Foro, la guerra en Ucrania se ha citado repetidamente como una de las razones por las que el mundo no está logrando avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que la comunidad internacional se comprometió a cumplir en 2030.
“Esta guerra está intrínsecamente ligada a nuestra Agenda de Desarrollo Sostenible y a los ODS», afirmó el presidente de la Asamblea General, el húngaro Csaba Kőrösi.
El ODS 10, dedicado a la reducción de las desigualdades, borda entre sus metas, precisamente, el apoyo urgente que necesitan los refugiados, recordó.
Una actualización de la marcha de los ODS, publicada por la ONU durante el Foro Político de Alto Nivel, afirma que el número de refugiados en el mundo ha alcanzado la cifra récord de 34,6 millones. De ese total, 41 % son niños.
Según dijo Kuleba, solo 383 de los 19 474 niños ucranianos trasladados ilegalmente por las fuerzas rusas, se han reunido con sus familias.
Por ello, hizo un llamamiento para que Rusia «facilite inmediatamente la lista de niños de Ucrania y permita el acceso a ellos de las misiones internacionales de derechos humanos y de supervisión». También pidió que otros países se sumen a este llamado.
El ministro ucraniano concluyó con el compromiso de que la guerra acabará con la victoria de su país, respaldado en el conflicto por la mayoría de los países occidentales.
«Esta guerra tiene que ganarse. Desgraciadamente, en el campo de batalla, y a un alto coste para que el agresor abandone sus planes”, sentenció.
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Péter Szijjártó, ministro húngaro de Asuntos Exteriores, se centró, en cambio, en la necesidad de la comunidad internacional de que se logre la paz a través de la diplomacia, en lugar de la batalla.
A su juicio, eso es indispensable para mitigar la inflación desorbitada, la escasez de alimentos y las demandas energéticas que sienten los pueblos de todo desde que se produjo la invasión de Rusia a Ucrania. Son problemas, dijo, que representan “amenazas adicionales” contra los ODS y sus metas.
Szijjártó sugirió que el grano procedente de Rusia y Ucrania se transporte a través de Europa Central, donde países como Hungría ayudarían a prevenir la escasez de alimentos que su bloqueo podría producir, según ha alertado la ONU, en los países del Sur con las economías más frágiles y dependientes de este abastecimiento.
Para el ministro húngaro, esto ofrecería una alternativa a la Iniciativa de Granos del Mar Negro, que permitía el transporte de mercancías a través del Mar Negro hasta Turquía y que Moscú dio por liquidado el lunes 17.
“No solo mantenemos abierta la posibilidad de que el grano ucraniano transite por Europa Central, sino que hemos invertido en un enorme desarrollo de infraestructuras en Hungría para aumentar el volumen de grano procedente de Ucrania, desde donde pueda enviarse a África y a los países de Medio Oriente, donde este grano es muy necesario», declaró Szijjártó.
Por su parte, Dmitri Polianski, primer adjunto del representante permanente de Rusia ante la ONU, describió las injusticias sufridas por los civiles rusoparlantes en Crimea bajo el gobierno ucraniano.
Calificó al gobierno de Kiev de «régimen títere» de Occidente y criticó las mentiras sobre Rusia en la «sociedad occidental contemporánea».
“Los colegas de los países en desarrollo tienen una comprensión clara de lo que está ocurriendo”, dijo refiriéndose a lo que calificó de “tradición colonial de enfrentar a los países entre sí”.
Korosi, el presidente de la Asamblea General, expresó su decepción por el hecho de que el Consejo de Seguridad no haya adoptado hasta ahora ninguna resolución sobre la guerra en Ucrania.
También destacó que la Asamblea General había aprobado seis resoluciones en apoyo de Ucrania. Condenó que durante el conflicto se haya producido una guerra ecológica, así como los ataques contra infraestructuras civiles y las «violaciones sistemáticas y constantes del derecho internacional».
“Esta guerra constituye una grave amenaza que puede poner en peligro las perspectivas de un futuro sostenible para la humanidad y el planeta», afirmó Körosi.
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